Jesús María Aguirre
Hace 54 años Venezuela puso sus sueños en las orillas de la confluencia entre el Orinoco y el Caroní y estableció el espacio que consagraba la voluntad de futuro de todo el país. SIDOR, EL GURI, LA HIDROELÉCTRICA DE MACAGUA, UVERITO…no eran sino las obras más emblemáticas.
La CORPORACIÓN DE GUAYANA lideraba la fundación y expansión de lo que un soñador calificaba como la Pitssburg venezolana. Se concentraron cuantiosos recursos económicos y humanos en una aventura inigualable que compartieron empresas públicas y privadas. Hoy parece, sin embargo, que la ciudad padece todos los infortunios del país y además agravados.
No podemos dejar de evocar desde las páginas de SIC las ilusiones que se volcaron en esa región agraciada del país por su potencial económico y por su magnetismo progresista. También la Iglesia y las congregaciones religiosas se hicieron presentes para atender las demandas educativas y espirituales de la zona en sinérgica con otras muchas instituciones de servicio ciudadano. La Salle, Salesianos, Capuchinos, Jesuitas enviaron gente preparada para responder a ese nuevo reto.
La Revista SIC, haciendo eco del gran misionero jesuita GUMILLA, siguió acuciosamente el desarrollo de la zona, la trayectoria de algunos proyectos, los problemas de la población obrera y sus conflictos, así como las respuestas de las comunidades eclesiales.
En recuerdo y homenaje a CIUDAD GUAYANA , adjuntamos estos enlaces sobre diversas etapas, que nos sirven para rememorar esos días y retomar las banderas que los fundadores blandieron, así como los riesgo que se previeron y que siguen siendo un reto para la región y para todo el país.
Para ampliar este tema, consulta los siguientes enlaces:
Ciudad Guyana: Las razones de las sinrazones de una ciudad
