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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

En búsqueda de la educación de calidad

Foto 1_Yazmely Labrador_ El Diario (1)

Por Ana G. Guinand

La educación de calidad es un bien público y un derecho básico de todos los venezolanos. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 102, la reconoce como “un derecho humano y un deber social fundamental”, estableciendo a continuación que “el Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés”. También establece que

“Toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones. La educación es obligatoria en todos sus niveles, desde el maternal hasta el nivel medio diversificado”. (Artículo 103)

Ello implica que las personas son titulares del derecho; las organizaciones sociales, titulares de responsabilidades; y el Estado, titular de obligaciones en relación con ese derecho. El Estado está obligado a respetar ese derecho de todos, protegerlo y garantizarlo. La responsabilidad de la sociedad es exigirlo y también realizar esfuerzos, junto con el Estado, para que se alcance. Estos tres actores, lejos de separarse y contraponerse, deben apoyarse, exigirse y potenciarse recíprocamente para, entre todos, asegurar el cumplimiento del derecho humano a una educación de calidad para todos y cada uno de los venezolanos1.

Sin embargo, algunos estudios precisan que no todos los venezolanos tienen las mismas oportunidades de participar en la educación: los que participan no reciben la misma calidad educativa y los más pobres son sistemáticamente excluidos. De hecho, la educación se ha venido convirtiendo en un medio de reafirmar la desigualdad social existente, por la que unos afirman sus privilegios sociales y otros reciben una mayor exclusión social2.

Según el más reciente estudio de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), los alumnos de educación media en Venezuela cada vez tienen menos competencias en materias fundamentales del currículo. En promedio, obtuvieron 8,95 puntos sobre 20 en matemáticas y 9,34/20 en habilidad verbal.

Con base en más de 16 mil pruebas realizadas en más de 50 instituciones de Caracas y 17 estados del país, a estudiantes entre 4to grado de primaria hasta 5to año de bachillerato, se realizó un estudio que confirmó una realidad de la que vienen hablando especialistas y docentes: los alumnos del sistema educativo venezolano no tienen los conocimientos necesarios sobre matemáticas y habilidad verbal, su nivel de competencias en estas áreas se deteriora a medida que avanzan en bachillerato, y la brecha de aprendizaje es mayor entre los estudiantes de colegios privados y los de colegios públicos.

En una reseña de ese estudio3, Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la UCAB, explica que el sistema educativo venezolano está excluyendo a cerca del 31 % de niños y jóvenes en edad escolar, lo que agrava aún más la situación educativa actual y compromete el futuro del país. Por eso, es urgente convertir la educación de calidad en una prioridad para todos: el Estado, las instituciones y los ciudadanos.

La educación de la Compañía de Jesús en Venezuela comenzó con el Colegio San Ignacio, en enero de 2023 cumplirá 100 años. A partir de allí, se fundaron la UCAB, Fe y Alegría, el Centro de Reflexión y Planificación Educativa (CERPE), y los demás colegios jesuitas. Desde entonces, cada una de estas instituciones está trabajando activamente en buscar alternativas para ofrecer una educación integral de calidad y dar respuestas acordes a las necesidades de sus estudiantes y de las nuevas realidades que se presentan cada día. Esto lo han hecho con una identidad y misión educativa clara y compartida: directivos liderando equipos y procesos confiables, inclusivos y pertinentes; educadores comprometidos, generosos y en formación permanente; familias y comunidades apoyando cada proceso.

Sin embargo, hoy en día esto no parece ser suficiente. El tiempo de pandemia ha dejado grandes aprendizajes, pero también una serie de retos y desafíos que en la actualidad se hacen más evidentes con el regreso a la presencialidad de maestros, niños y jóvenes a las escuelas. En medio de este complejo contexto, la formación de personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas, como perfil de excelencia humana que promueve la educación jesuita, requiere de esfuerzos inmediatos y conjuntos.

Por esto, desde el Consorcio Spes y la Comisión de Educación de la Provincia se convoca, anima y acompaña a las obras sociales vinculadas a los jesuitas, a trabajar juntas y pensar propuestas que promuevan la sinergia entre ellas para fortalecer la calidad educativa en todas y, al mismo tiempo, ampliar la mirada y abrirse a una mayor incidencia pública en el país. En la Compañía de Jesús nos comprometemos y trabajamos por el derecho a una educación integral de calidad para todos.


Notas:

  1. CERPE (2012): “Síntesis: Siete perspectivas y siete propuestas educativas”. Documento en línea.
  2. Ídem.
  3. LAFONTANT, G. (2022). “SECEL 2022: el rendimiento de los alumnos de bachillerato sigue deteriorándose”. El Ucabista. 11 de octubre de 2022. Disponible en línea.

Fuente:

Este artículo ha sido originalmente publicado en la página web del Consorcio de Obras Sociales vinculadas a los Jesuitas (Consorcio Spes). Disponible en línea.

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