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Embajada de Nicaragua en Venezuela se negó a recibir comunicado de organizaciones sociales de la Iglesia

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Para manifestar su “preocupación por la grave crisis social y política que vive actualmente Nicaragua” y “pedir una solución pacífica, democrática y justa”, representantes del Centro de Acción Social de la Compañía de Jesús en Venezuela – Centro Gumilla- junto a organizaciones sociales vinculadas a la Red de Acción de la Iglesia llevaron un comunicado a la embajada de Nicaragua en Venezuela.

Unas 10 personas pertenecientes a instituciones como Fe y Alegría, la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el Consejo Nacional de Laicos, entre otras, se acercaron hasta la embajada para hacer entrega formal del comunicado, así como la lista de firmas recogidas que avalaron el mismo.

Sin embargo, los funcionarios de la Policía Nacional de Bolivariana que resguardan la embajada se negaron entregar la misiva. “No nos recibieron la carta”, aseguró El padre Alfredo Infante s.j., director de la revista SIC y representante del Centro Gumilla y de la parroquia San Alberto Hurtado de la Vega, en Caracas.

Al ver por las cámaras de seguridad al grupo de personas que se dirigían hacia la embajada, un funcionario de la PNB se acercó al portón de la residencia, pidió al grupo identificarse y consultó sobre la causa de la visita, enseguida un representante de las organizaciones presentes le indicó que se quería entregar una carta al embajador. Luego de este primer contacto, unos 40 minutos después de insistir y tocar varias veces el timbre, los funcionarios hicieron caso omiso al llamado, sin dar ningún tipo de respuesta a quienes estaban haciendo la petición.

La misma acción realizaron en simultáneo otros centros de acción de social de la Compañía de Jesús en América Latina y España junto con organizaciones sociales alidadas, en Colombia, Perú, El Salvador, Ecuador y República Dominicana.

A continuación, compartimos el contenido completo del comunicado:

Caracas, 05 de junio de 2018

Señor Embajador

Ramón Enrique Leets

Respetado Señor,

Tenemos el honor de dirigirnos a Ud. en nombre de un conjunto de organizaciones de la Iglesia y de la sociedad civil con la finalidad de manifestarle nuestra preocupación por la grave situación sociopolítica que vive actualmente Nicaragua, la cual se ha expresado en los siguientes términos:

  • Una fuerte represión militar y policial como respuesta del Gobierno ante las justas demandas de la población;
  • El número de muertos durante la crisis sociopolítica asciende, ya a fines de mayo, a 108 (informe del Cenidh);
  • Hay cientos de heridos y personas encarceladas por manifestar su inconformidad;
  • Las marchas, que han sido claramente infiltradas y aprovechadas por paramilitares afectos al Gobierno, y violentamente reprimidas por destacamentos antimotines de la policía;
  • Las repetidas amenazas de muerte, además de campañas de intimidación y denigración, de personas como Monseñor Silvio Báez, el Cardenal Brenes y el Padre José Idiáquez, SJ, rector de la UCA;

Con esta comunicación queremos hacer un llamado al gobierno nicaragüense para que dé apertura a las justas demandas de la población y participe de manera abierta y honesta en los diálogos. Es necesario tomar medidas para restaurar integralmente la democracia en Nicaragua en el respeto absoluto y completo de los derechos Humanos de todos, buscando superar – mediante mecanismos de participación política – las causas que han producido esta crisis.

Por eso queremos pedir, de la manera más urgente y vehemente posible, en nombre de organizaciones de la Iglesia en Venezuela, de la sociedad civil y de todas las personas de buena voluntad, que ven con preocupación y dolor lo que acontece en Nicaragua, que se encuentre una solución pacífica, democrática y justa. En este sentido:  

  1. Exhortamos a las autoridades nacionales de Nicaragua a que cesen de inmediato todos los mecanismos, oficiales y paraoficiales, de represión contra la población civil que manifiesta su inconformidad;
  2. Pedimos a las autoridades nacionales, así como a los grupos de oposición, que se mantengan en la mesa de diálogo para encontrar salidas negociadas y concertadas;
  3. Exigimos la apertura de una investigación cuidadosa y el castigo justo para aquellos que han amenazado la vida del P. José Alberto Idiáquez, S.J., Rector de la UCA, y de Monseñor Silvio Báez, y responsabilizamos desde ya al actual Gobierno de Nicaragua por posibles daños contra su integridad física y moral;
  4. Pedimos protección para los miembros de los organismos de derechos humanos, nacionales y extranjeros, que acompañan la crisis nicaragüense, y respeto absoluto por las Instituciones, nacionales o extranjeras, que defienden la verdad y la democracia;
  5. Instamos, además, a toda la comunidad internacional a solidarizarse con el pueblo nicaragüense y a buscar mecanismos que ayuden a superar políticamente esta crisis, que ha llegado a niveles escandalosos de violencia y muerte de hermanos nicaragüenses, en especial de jóvenes.

Respaldamos decididamente la salida pacífica y negociada a la trágica situación que está viviendo Nicaragua, y exigimos respeto a la integridad física de todos los nicaragüenses que, como el padre José Alberto Idiáquez SJ, los miembros de la Conferencia Episcopal, en particular, el cardenal Brenes y monseñor Báez, los estudiantes, y demás miembros de la sociedad civil, que integran la Mesa de Diálogo, están trabajando por una paz perenne que sea fruto de la justicia.

Hacemos nuestro el llamado de los jesuitas de la Provincia Centroamericana y de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe – CPAL: ¡no hay que esperar a que más sangre sea derramada y no hay solución que no pase por el diálogo y la concertación!

 

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