Francisco M. Benavent
Otra prueba de que la realidad siempre supera a la ficción
Esté donde esté, Elvis Presley siempre sigue dando juego cinematográfico. Esta película recupera un episodio curioso, ya contado por Allan Arkush en el telefilme Elvis y Nixon: ¡vaya dúo! (1997): el encuentro que el 21 de diciembre de 1970 tuvo lugar en el despacho oval de la Casa Blanca entre los que probablemente eran los dos hombres más famosos del planeta, el cantante Elvis Presley y el presidente Richard M. Nixon. Poco antes, y sentado frente al televisor en su retiro de Graceland, el artista se había quedado atónito viendo la situación por la que atravesaba la juventud norteamericana: drogas, revueltas, izquierdismo, guerra de Vietnam, jipis, el desenfreno de Woodstock, los Panteras Negras… Haciendo de su capa un sayo, se le ocurrió viajar a Washington y entregar en la puerta de la Casa Blanca una carta manuscrita en la que pedía una entrevista urgente con el mandatario de la nación. Su intención: infiltrarse entre los grupos de músicos de mal vivir (Rolling Stones, Grateful Dead y demás satánicas majestades) y ayudar a su país en la lucha contra esa agitación. Eso sí, siempre que le dieran una insignia que lo acredita como Agente Federal Independiente del gobierno.
La reunión terminó por producirse, al darse cuenta los asesores presidenciales de que una foto con el Rey del “rock and roll” sería una estupenda publicidad electoral para el Rey del Mundo Libre. El testimonio gráfico del apretón de manos estuvo oculto durante dos años hasta que el Washington Post lo sacó a la luz el 27 de enero de 1972; según se dice en los títulos finales, en la actualidad es el documento más solicitado en los Archivos Nacionales estadounidenses. En su autobiografía, “Elvis and Me” (1985), su mujer Priscilla Presley apuntó, sin embargo, otras razones más prosaicas y menos patrióticas para la cruzada que el cantante emprendió contra la droga: su insignia de agente del gobierno le permitía pasar las aduanas sin problemas, llevando armas e incluso fármacos como los que paradójicamente lo condujeron a una temprana muerte en 1977.
Continuar leyendo en: http://www.cineparaleer.com/critica/item/1945-elvis-a-nixon