Por Francisco J Contreras M
Desde hoy encauzaremos el uso de nuestra caja de herramientas prospectiva hacia la exploración de una imagen desafiante, creíble y posible del tema energético que justifique un cambio en el cómo se siente y se piensa como nación que permita superar el modelo asistencialista, inmediatista, rentista y populista que se arraigó como cultura en Venezuela desde hace unos 74 años, hacia uno en favor de lo bio-ético-económico sostenible en el largo plazo para la superación de estados de desigualdad y pobreza.
Las herramientas que definirán el alcance y demarcación para la experimentación y deliberación sobre su validez serán los de la heterodoxia económica:
Primer principio, la anti-fragilidad con la cual debe pensarse algo tan crucial cuyo horizonte de planeamiento supera cinco decenios, hay que recrear redundancias y variedad en las fuentes de energía eléctrica que eviten un evento terminal crítico.
Segundo principio, la frugalidad con la cual debe recrearse una cultura para la explosión de toda la ingeniosidad social e individual en la gestión energética del país. La conversión de materia, energía y dinero está presente en toda acción humana.
Tercer principio, el ecodesarrollo en la necesaria simplificación de procesos de manera que los costos de transacción y la entropía puedan ser administrados con el menor daño prospectivo social, ambiental y cultural. Es la anticipación de la escasez fuera de un sistema cerrado que evalúa la vulnerabilidad bio-etico-económica en el tiempo en términos de conversión de dinero, energía y materia.
Cuarto principio, la flexibilidad sujeta a una simplificación y evaluación previa de impacto de cualquier regulación en términos de la armonía entre los aspectos morales y los pecuniarios de los incentivos creados. Es una gobernanza orientada hacia el bien común y hacia la supresión de la asfixia regulatoria por parte de agentes con poder discrecional, información privilegiada y capacidad para desviar la norma de sus propósitos del bien común en su propio interés.
Estamos afinando el instrumental prospectivo-económico para esa exploración en los linderos de la bioeconomía, la física de la conversión y la entropía, la ética y la antropología.
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