El Sistema de Calidad en la Gestión Escolar en ACSI: una oportunidad y una herramienta para el discernimiento institucional

Por: Anyerlin Iguaro*

En el año 2023, la Asociación de Colegios Jesuitas de Venezuela (ACSI) tomó una decisión trascendental en su gestión educativa. Tras un profundo proceso de discernimiento comunitario, y en respuesta directa a los desafíos estructurales que enfrenta el sistema educativo venezolano, ACSI resolvió implementar el Sistema de Calidad en la Gestión Escolar (SCGE).

Esta iniciativa es una herramienta metodológica propuesta por la Federación Latinoamericana de Colegios Jesuitas (FLACSI)[1], probada exitosamente durante más de 14 años en más de 50 instituciones de la región. El objetivo central del SCGE es fomentar una cultura de evaluación, reflexión y mejora continua, que se ancla en la valoración objetiva de los procesos y prácticas escolares. En el contexto venezolano, signado por la precariedad económica, la diáspora docente y la necesidad de repensar la pertinencia curricular, la adopción del SCGE por parte de los cuatro colegios de ACSI —el Colegio San Ignacio, el Instituto Técnico Jesús Obrero (ITJO), el Colegio Gonzaga y el Colegio Loyola Gumilla— se convierte en un acto de profunda responsabilidad social y un gesto de esperanza institucional.

La calidad educativa, entendida desde la perspectiva ignaciana, no es solo excelencia académica, sino un compromiso holístico con la formación de “hombres y mujeres para los demás”[2]. Implementar el SCGE es una manera de garantizar que, incluso bajo las presiones del entorno, las comunidades educativas puedan autoevaluarse de forma rigurosa para asegurar que su acción siga siendo transformadora y pertinente para los niños y jóvenes venezolanos. El SCGE se alinea con los esfuerzos previos que ya venían realizando los colegios para impulsar progresos que impactan directa y significativamente en el aprendizaje y el desarrollo integral de sus estudiantes, quienes son la inspiración y razón de ser de sus respectivas comunidades.

Una metodología adaptada a la realidad venezolana

El SCGE se estructura como un ciclo que comienza con una rigurosa autoevaluación y exige reflexión constante. Este diagnóstico inicial no es una mera auditoría punitiva, sino un proceso de revisión interna y colegiada que busca conocer el funcionamiento real de las instituciones para facilitar el posterior discernimiento de las prioridades de mejora en un contexto desafiante de país.

La implementación en ACSI se activó así, con el desarrollo de las siguientes fases de trabajo:

1. Fase inicial y de formación estratégica (2023-2024)

• Decisión e inicio formal (2023): La resolución de ACSI fue el punto de partida. Se articuló a través de encuentros con los equipos directivos de los colegios para definir una hoja de ruta común.
• Adaptación al contexto (2024): Un aspecto crucial fue la necesidad de adaptación. Ante la finalización del proyecto en FLACSI por motivos presupuestarios se gestionaron conversaciones de asesoría con el equipo encargado para obtener los materiales y adaptar el sistema a las necesidades específicas del país.
• Capacitación especializada (2024): La formación fue clave. Treinta y un miembros de los cuatro colegios y del Centro de Reflexión y Planificación Educativa (CERPE) participaron en el Diplomado Virtual Gestión del Cambio en Centros Educativos. Esta formación, facilitada por expertos de FLACSI, tuvo una duración de tres meses y proporcionó el marco teórico-práctico esencial, asegurando que los líderes internos adquirieran las herramientas para guiar el proceso.

2. Fase de estructuración interna y diagnóstico (primer semestre del 2025)

• Organización y conformación de equipos: Con la formación concluida, los colegios avanzaron en la estructuración de sus equipos. El liderazgo interno fue fundamental, designando coordinadoras internas y conformando las Comisiones Foco (responsables de levantar las Líneas Base) y los Equipos de Autoevaluación (encargados de valorar los cuatro ámbitos del SCGE), cuyos integrantes fueron seleccionados estratégicamente por su perfil y conocimiento del área.

• El levantamiento de Líneas Base: A cargo de las Comisiones Foco de cada colegio. Esta tarea se centró en la investigación y determinación de los resultados de aprendizaje existentes. Esta data es crucial, pues aterriza la reflexión de la calidad en evidencias concretas sobre lo que los estudiantes están logrando, ofreciendo un contrapeso a las percepciones subjetivas. Las comisiones trabajaron con el acompañamiento permanente de los facilitadores externos de CERPE, garantizando la rigurosidad metodológica.

• Familiarización de equipos: Paralelamente, los Equipos de Autoevaluación se adentraron en la Guía de Autoevaluación de FLACSI[3] para estudiar los elementos de valoración de sus respectivos ámbitos: Resultados, Criterios Orientadores, Indicadores y Evidencias.

3.Fase de ejecución de jornadas comunitarias y definición de Calidad

Entre marzo y abril de 2025, se dio un paso esencial: Las primeras jornadas comunitarias del SCGE. Estas sesiones, que contaron con la participación de directivos, personal, estudiantes y familias, marcaron un hito de participación democrática interna. Los objetivos clave fueron:

1. Presentar los elementos e implicaciones del SCGE a toda la comunidad.
2. Elaborar la Noción de Calidad propia de cada colegio. Este ejercicio fue crucial ya que definió consensuadamente qué significa la calidad para esa comunidad específica, en ese contexto social.
3. Compartir los resultados iniciales de las Líneas Base.

El clima de apertura y gran compromiso de estas jornadas refuerza la convicción de que el éxito del SCGE radica en ser un proceso de colaboración y responsabilidad compartida.

4. Fase de ejecución de la autoevaluación y acompañamiento externo (segundo semestre 2025)

La autoevaluación exhaustiva por ámbitos es el corazón de este proceso e implicó la organización de los equipos de trabajo para valorar los 16 resultados y 82 indicadores propuestos en la Guía de Autoevaluación de FLACSI. Estos cuatro ámbitos abordan la complejidad de la vida escolar de forma integral:

1. • Pedagógico curricular: Evalúa la eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje y la pertinencia curricular.
   • Organización, estructura y recursos: Analiza la gobernanza, el uso eficiente de los recursos y la infraestructura.
   • Clima escolar: Valora la convivencia, la cultura institucional y el bienestar de la comunidad.
   • Familia y comunidad: Mide la relación con los padres, madres y representantes, y el impacto social del colegio en su entorno.

Esta etapa de valoración se gestionó con apoyo técnico y metodológico:

• Plataforma virtual: El equipo técnico del ITJO desarrolló y adaptó una plataforma virtual propia para la gestión de la autoevaluación en ACSI, utilizando los insumos de FLACSI. Esto subraya la capacidad de innovación local.
• Proceso de valoración: Durante tres meses, los Equipos de Autoevaluación trabajaron en la búsqueda y selección de evidencias, la discusión colegiada sobre la asignación de puntajes y la carga meticulosa de datos en la plataforma virtual, estableciendo así, un punto de partida claro, objetivo y multidimensional para el subsiguiente proceso de mejora continua.
• Acompañamiento externo: El rol de CERPE y miembros de FLACSI fue vital. Como facilitadores externos, mantuvieron un acompañamiento constante, ofreciendo retroalimentación y, sobre todo, insistiendo en la importancia del análisis y la discusión profunda antes de asignar cualquier calificación, lo que asegura la objetividad y rigurosidad de las apreciaciones.

5. Fase de elaboración y entrega de informes (actualmente)

Para el cierre del año 2025 el proceso se encuentra en la etapa de entrega de informes por parte de CERPE. Estos documentos, pueden concebirse como propulsores de las acciones transformadoras. En este sentido, no son un simple reporte de puntajes; son herramientas que el facilitador externo (CERPE) presenta ante los colegios, enriqueciendo las reflexiones internas ya realizadas. Los informes detallan el proceso de revisión, comparten los resultados iniciales de la autoevaluación y, crucialmente, destacan los aspectos que requieren mayor atención. Incluyen análisis de datos, recomendaciones y propuestas desde una mirada externa que busca ser constructiva y crítica.

Estos informes constituyen un insumo fundamental para que cada colegio pueda discernir, de manera consensuada, las áreas prioritarias de atención y, a partir de allí, planificar las acciones y proyectos de mejora correspondientes para los próximos dos periodos escolares. En este momento, dos de los colegios ya han recibido sus respectivos informes y los otros dos se encuentran cerrando el proceso de recolección y análisis de evidencias. Algunos ejemplos de proyectos de mejora que ya se van perfilando son los siguientes:

• Desarrollar una propuesta curricular para ACSI, que incluya los requerimientos académicos del Ministerio del Poder Popular para la Educación de Venezuela (MPPE), y se nutra de elementos propios de la educación jesuita.
• Buscar modos de incluir de manera más eficiente y efectiva a las familias en favor de la educación de sus hijos.
• Desarrollar procesos de sistematización que permitan monitorear el clima escolar y las relaciones entre los miembros de la comunidad educativa.

Una reflexión final

La implementación del SCGE por parte de ACSI es una inversión de alto valor en la educación que promueve la Compañía de Jesús en Venezuela. En un país donde la crisis ha minado la confianza en las instituciones y ha provocado una fuga de talentos sin precedentes, este proceso envía un mensaje poderoso: la formación jesuita apuesta por la autoevaluación, la transparencia y la mejora continua como bases para una propuesta educativa de futuro.

Desde CERPE, expresamos un profundo agradecimiento a toda la comunidad educativa de ACSI. El compromiso de los equipos directivos, el liderazgo eficiente de las coordinadoras internas de cada colegio, el trabajo minucioso de recopilación y reflexión de las Comisiones Foco y los Equipos de Autoevaluación demuestran una vocación inquebrantable. Constatar la participación activa y el compromiso del personal reafirma la convicción de que esta inversión de tiempo y esfuerzos se traducirá en acciones concretas y palpables de mejora institucional, impactando positivamente en las generaciones que el país necesita para su reconstrucción.

El SCGE, en este sentido, es mucho más que un sistema de gestión; es una herramienta ética y pedagógica que invita al constante ejercicio del discernimiento comunitario y ayuda a los colegios jesuitas a seguir siendo, en medio de la tempestad, faros de esperanza, de justicia y calidad en Venezuela y Latinoamérica.

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Anyerlin Iguaro*.*Licenciada en Letras, Universidad Central de Venezuela (UCV). Profesora en Castellano, Literatura y Latín, Instituto Pedagógico de Caracas (IPC-UPEL). Docente investigadora, Centro de Reflexión y Planificación Educativa (CERPE).

[1] Para conocer sobre FLACSI visite la página web https://www.flacsi.net/

[2] Frase tomada del discurso del P. Arrupe en el X Congreso de la Confederación Europea de Antiguos Alumnos de la Compañía de Jesús, 1 de agosto de 1973.

[3] FLACSI. Guía de Autoevaluación del SCGE. Plataforma de acompañamiento y supervisión. Módulo Apoyo Evaluación y Mejora.