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El plan de Guaidó para reactivar la economía de Venezuela

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Foto: Archivo web

Por Pedro Miguel Vargas Núñez

Detener la hiperinflación y la devaluación del bolívar, recuperar el sector petrolero, reestructurar la deuda, crear empleo, atraer la inversión con el respeto a la libertad y a las normas jurídicas, además de crear empleo y cautivar el talento humano que ha emigrado en la última década, es el plan trazado por el gobierno de Juan Guaidó para recuperar la economía venezolana.

Yon Goicoechea, director del Plan de Recuperación Económica de Venezuela del gobierno interino de Guaidó, habló en exclusiva para Portafolio sobre cómo llevar a cabo estos planes desde el primer día en que pueda ejercer sus funciones de forma completa, cuando Nicolás Maduro abandone el poder.

A continuación, la transcripción de la entrevista:

P: ¿Cuáles serán las primeras medidas del gobierno interino de Juan Guaidó para recuperar la economía venezolana?

YG: Se ha preparado un plan de estabilización macroeconómica con universidades como Harvard y las venezolanas Central, Católica y Simón Bolívar entre otras.
Este plan contempla varios pilares fundamentales: normalizar el control cambiario para que pueda haber acceso a las divisas por parte del sector productivo con anclaje del tipo cambiario por un tiempo de transición, independencia del Banco Central de Venezuela para detener la emisión de dinero de manera inorgánica, favorecer una disminución de la liquidez y por supuesto solucionar la hiperinflación.

Otro tema es la negociación de la deuda púbica tanto del Estado como de sus componentes, por ejemplo, PDVSA. Además, el acceso al crédito internacional, se pueden pedir entre 60.000 y 80.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y préstamos bilaterales y multilaterales.

P: ¿Y qué va a pasar con los subsidios? Ya que el régimen chavista subsidia todo…

YG: Pensamos que hay que sustituir los subsidios. En Venezuela todo es subsidiado, la electricidad cuesta dos dólares al mes, el gas lo mismo o menos. Hay que sustituir la forma de hacer el subsidio para ir a una forma de subsidios directos como ‘bouchers’ (tickets) de alimentación, o los esquemas que se han utilizado para subir de precio la gasolina en Irak, Irán y otros países.

Pensamos que haciendo esto podemos dar esos subsidios de forma más progresiva para entregárselos a las personas que, de verdad, los necesitan y no a toda la población. Y hacer un esquema más organizado para ir sustituyendo esos subsidios a medida que la gente vaya ganando poder adquisitivo con los salarios.
Esto como parte de algunas líneas gruesas de lo que sería el Plan de Estabilización Macroeconómica, que tiene por fundamento la atracción de capitales nacionales e internacionales, que están fuera del país, para retomar la productividad.

P: ¿En qué sectores se necesitan más esos capitales?

YG: En el primer año, queremos retomar, por ejemplo, unas 600.000 hectáreas de terrenos cultivables para llegar a unas 2,1 millones de hectáreas; queremos reactivar el sector industrial; recapitalizar la banca; estimular, desde el Estado, la actividad productiva. En eso vamos a invertir la mayor parte del préstamo tanto como la atención de la crisis humanitaria.

P: El profesor estadounidense Steve Hanke, experto en hiperinflación, asegura que, en el caso venezolano, se debe dolarizar la economía para controlarla ¿Lo han pensado ustedes?

YG: Sí lo hemos pensado, pero no lo vamos a hacer porque creemos que puede tener severas implicaciones y limitar el crecimiento en los próximos 10 años. Estamos proyectando un crecimiento por encima del 10% en los primeros años, y para eso, necesitamos tener autonomía en nuestra política monetaria. Hemos analizado profundamente la dolarización y llegamos a la conclusión que vamos a darle al bolívar el tratamiento que se merece.

P: ¿Y le van a dar independencia al Banco Central?

YG: Sí, ya hay una ley en trámite en la Asamblea Nacional para modificar el funcionamiento del BCV y dotarlo de verdadera autonomía. Así mismo, de una política de Estado de financiar el déficit público no mediante la emisión inorgánica de dinero sino mediante el crédito que tendremos de los organismos multilaterales.

P: ¿Habrá nuevo cono monetario?

YG: Eso sí, el cono monetario en este punto es ridículo y cada día sirve menos. Vamos a hacer la liberación del control de cambio, pero vamos a dejar un tipo de cambio fijo por algún tiempo, mientras la economía logra estabilizarse desde el punto de vista de la producción.

P: ¿A cuánto aspiran a reducir la inflación en el primer año?

YG: Nosotros pensamos que podemos controlar la inflación rápido, y eso depende de que tengamos acceso a dinero fresco en la economía. Se va a sentir cambio en la tendencia inflacionaria en el primer año de gestión. Quizás en dos años estamos hablando de una inflación por debajo de los tres dígitos sin duda alguna.

P: ¿Cómo van a revivir el sector petrolero?

YG: Tenemos un plan de cuatro puntos. Lo primero es revisar nuestro régimen fiscal de los hidrocarburos para hacernos más competitivos. Por ejemplo, mientras en Colombia lo que cobra el gobierno por producir petróleo puede alcanzar el 70% de la factura, en Venezuela puede alcanzar 90 o 92%; entonces nosotros, con respecto a un país como Colombia, somos mucho menos competitivos.

Otro punto es flexibilizar nuestro modelo fiscal, porque en Venezuela tenemos diferentes tipos de petróleo, que dejan diferentes márgenes. Por ejemplo, el extrapesado de la Faja del Orinoco tiene un costo de producción superior, y en consecuencia, un menor margen de ganancias, que el petróleo liviano que se produce en el norte de Monagas. Hay que idear un sistema que se adapte al uno y al otro.
También debemos establecer un sistema que se adapte a los precios cambiantes del petróleo, y además, nos estamos planteando la apertura del sector primario, es decir, de la exploración y explotación, al sector privado.

Así mismo, hay una severa restricción en Venezuela que obliga por ley al sector privado a establecer empresas mixtas con PDVSA, en las cuales el privado siempre tiene minoría accionaria. Nosotros queremos destrabar este bloqueo para que haya mayor flexibilidad en la forma cómo los inversores privados puedan ejercer esta actividad primaria petrolera.

También vamos a repensar el Estado y cómo se organiza la administración pública para lidiar con nuestra riqueza de hidrocarburos. En el chavismo hubo un zar petrolero que era al mismo tiempo ministro de energía, presidente de PDVSA, adjudicaba las concesiones, y además, tenía injerencia, desde la OPEP, hasta todos los contratos que firmaba el país en materia de energía.

Nosotros queremos dividir las funciones para que sea un actor público, pero un actor más del sistema. Tenemos que dar igualdad al resto de las compañías. PDVSA tiene una función comercial que cumplir, no política. La política pública le corresponde más al ministerio que a PDVSA.

Al mismo tiempo estamos planteando la creación de la Agencia Venezolana de Hidrocarburos, que servirá el proceso licitatorio, adjudicación y luego verificación del cumplimiento de los contratos en materia petrolera y las cifras.

En este sentido, vamos a dotar al Estado de un organismo más independiente, transparente y con mejor capacidad técnica para administrar la riqueza de los venezolanos. Este ente no será dependiente del Ejecutivo nacional porque sus miembros serán designados por la Asamblea Nacional, y además, no serán de libre nombramiento y remoción, entonces no dependerán directamente del Ejecutivo nacional.

De esta manera podemos garantizar una administración más transparente de los recursos y que no sea utilizada con fines políticos.
Finalmente, está el tema de la garantía a la inversión para que los contratos no sean cancelados en la mitad de la ejecución, con la posibilidad de volver a los esquemas de arbitraje internacional para que las compañías extranjeras tengan las mismas garantías que en cualquier parte del mundo, dentro de otras cosas a considerar.

P: ¿Cómo ganarse la confianza de los inversores para que lleguen a otros sectores?

YG: Nos toca el reto de construir un país prácticamente desde las cenizas, pero tenemos una gran ventaja y es que hay una capacidad instalada en el país, que no se está utilizando y que es recuperable con una inversión mucho menor que si tuviéramos que hacerla de nuevo. Esto ocurre desde los hoteles hasta la generación eléctrica. Hay infraestructura muy subutilizada por falta de mantenimiento, mercado o inversión, pero que rápidamente pueden producir un repunte conforme cambien las condiciones políticas y económicas.

Uno de los prerrequisitos para que esto ocurra es la estabilidad política y democrática, que haya separación de los poderes, un Estado de derecho y que las compañías sientan que pueden convivir con el Estado en igualdad de condiciones.

La democracia como prerrequisito y la seguridad a todo nivel: la jurídica y la personal. El enorme costo de la inseguridad personal sobre el PIB es incalculable. Una cosa importante para garantizar inversiones en Venezuela es que haya posibilidad de que las empresas traigan gente para acá y no las maten ni secuestren.

Luego tenemos el tema de la infraestructura. Venezuela necesita una rápida revisión y potencialización del sistema eléctrico y en general de los servicios públicos, porque no podremos mantener un crecimiento sino hacemos una revisión de la infraestructura que va desde los puertos hasta el sistema eléctrico.

P: ¿Cuáles sectores necesitarían más inversión?

YG: Tenemos mucha potencialidad en el sector energético, turístico, agrícola y financiero para que pueda venir el resto de la cadena.

P: ¿Cuánta inversión se necesita para volver a reactivar la economía?

YG: Es un número muy difícil de establecer. Te voy a hablar no más de la inversión que se requiere en materia energética: nosotros estimamos que, para los próximos 10 años, necesitamos captar entre 200.000 y 250.000 millones de dólares para poder tener la producción que teníamos antes de la llegada del chavismo.

Cantidades gigantescas de dinero que solo serán posibles de atraer si tenemos reglas muy claras de inversión. El próximo gobierno tiene clara la gravedad de la situación económica venezolana, y por lo tanto, estamos dispuestos a hacer las reformas que nunca se han hecho en Venezuela.

Estamos dispuestos a abandonar el control estatal sobre algunos monopolios que se han mantenido cerrados a la inversión privada, a establecer un Estado de derecho, y como clase política, a renunciar al control de la economía; muy diferente a lo que se ha estado haciendo en los últimos años.

Por supuesto que creemos en el Estado como ente regulador, pero estamos dispuestos a competir y abrir nuestras puertas para que venga la inversión a Venezuela.

P: ¿Cómo van las conversaciones para la reestructuración de la deuda?

Venezuela está tan mal que los propios acreedores están pidiendo a gritos que caiga este gobierno para reestructurar la deuda con nosotros. Hay tenedores de bonos que su mejor esperanza es que se reestructure, porque son conscientes que, tal como va la situación, nunca van a cobrar.

Los términos de esa reestructuración van a estar muy influidos por los términos que imponga el FMI, que ya tiene una serie de principios básicos para realizar este tipo de procedimientos. Por ejemplo, sabemos que el Fondo para prestarnos ese dinero va a obligarnos a no ser selectivos con los acreedores sino pagar proporcionalmente a todos por igual. Lo que se conoce como “igual trato”. También tiene los lineamientos sobre cuánto se puede renegociar y los tiempos, etc.

Nosotros vamos a apegarnos a las normas internacionales de renegociación, a pedir apoyo técnico y financiero al Fondo Monetario para este proceso. Los acreedores de la República pueden contar con que va a ser un proceso totalmente transparente y con la mejor intención de que ganemos todas las partes.

P: ¿Eso incluye esos bonos y préstamos de China y Rusia que hizo el gobierno de Maduro sin autorización de la Asamblea, cómo lo ordena la Constitución?

YG: Por supuesto que hay que ver la constitucionalidad de todas las acreencias. Aquellas cosas que sean contrarias a la Constitución mal podría un gobierno democrático aprobarlas; sin embargo, nuestro ánimo es seguir trabajando con Rusia y China. Queremos atraer inversiones y tener diferentes inversores de todas partes del mundo.

Sabemos del papel global de China hoy en el mundo. No queremos sacarla de Venezuela; por el contrario, queremos establecer una relación de respeto, en la que se sienta más cómoda para invertir en Venezuela, pero en la que, por supuesto, se haga todo a través de la Constitución y en beneficio de los venezolanos. No hay nada que temer; los que se han apegado a la legalidad no tienen absolutamente nada que temer, y los que han violado la Constitución mal podríamos nosotros eximirlos de culpabilidad.

P: ¿Qué papel jugarán los países como Estados Unidos, Colombia y la Unión Europea en la recuperación económica de Venezuela?

YG: En medio de toda esta tragedia que nos ha ocurrido tenemos cierta estructura que nos ha sobrevivido; tenemos una capacidad industrial que está en torno al 10% respecto a la capacidad instalada, y eso mismo pasa con los mercados, proveedores, clientes.

Es decir, hay una red hecha y hay gente que sabe hacer cosas. El hecho de que no haya cartón en Venezuela, no quiere decir que no haya nadie que no lo pueda hacer; hay personas que tienen redes, conocimientos, sabe del mercado y eso va a favorecer mucho a que la recuperación sea rápida. Yo noto un enorme entusiasmo entre los empresarios venezolanos por el cambio; no tengo ninguna duda que las personas que tienen dinero van a aportar duro en la recuperación de Venezuela porque las oportunidades que aquí se van a dar no tienen precedentes en la historia reciente.

Estoy seguro que empresas de Colombia y Brasil van a ver en Venezuela oportunidades y estoy seguro que van a encontrar a un gobierno amigo, abierto y con ánimo de respeto a todos los que vengan a invertir en provecho de los venezolanos.
¿Qué queremos nosotros? La mayor cantidad de dólares en el menor tiempo posible para que eso se traduzca en escuelas, hospitales, comida, empleo de calidad, para eso tenemos que jugar juego limpio y reglas claras.

Durante el régimen chavista hubo muchas expropiaciones, ¿cómo devolverles a los ganaderos, agricultores e industriales sus propiedades…?

Todas las personas que han sido robadas por el gobierno en Venezuela deben ser resarcidas. No es fácil porque el resarcimiento no se ve de inmediato por la poca capacidad financiera del Estado, pero hay ánimo e ideas claras de cómo hacerlo.
Lo más grave son las decenas de miles de familias que han sido engañadas y hoy son tenedoras precarias de tierras y propiedades, que se les han dado títulos diciéndoles que son propietarios de esas tierras sin serlo. Allí el Estado tiene que ser muy cauteloso porque son venezolanos que, en su mayoría, han tenido buenas intenciones y han sido engañados.

El Estado tiene que ser muy cauteloso y ofrecerles una solución, un modelo que estamos viendo con interés es el modelo de desmovilización de las Farc en Colombia en algunos territorios ocupados. Creemos que algunas ideas que se han aplicado allí, podrán aplicarse en Venezuela respecto a estas personas que hoy ocupan territorios que no son de ellos.

P: ¿Y con las empresas que se expropiaron?

YG: Respecto a las empresas que se ha robado el Estado, tenemos un proceso de negociación, en donde aquellas personas que quieran recibirlas nuevamente, podrán obtenerlas y aquellas que quieran recibir un resarcimiento por los daños causados, puedan tenerlo dentro de los límites de la capacidad financiera del Estado.

P: ¿Cuándo consideran que la economía pueda estar en los niveles del pre-chavismo?

YG: Es muy difícil de predecir, pero creo que nosotros en cinco años vamos a ser un país completamente distinto, en 10 años mejor de lo que nunca hemos sido y en 20 años seremos un país desarrollado.

Aquí va a haber un enorme repunte de la actividad económica, el entusiasmo que se vive tanto en los mercados, los bonos de Venezuela empezaron a subir, los empresarios están entusiasmados por apostarle al país, ha habido una enorme fuerza productiva y creativa reprimida en las últimas dos décadas, hay mucha gente que ha resistido ganando cero en sus empresas esperando solamente este momento. Tengo toda la certeza que los venezolanos vamos a hacer un esfuerzo y el mundo será testigo del milagro de la recuperación venezolana en corto tiempo.

P: ¿Cuánta ayuda y préstamos internacionales se requerirán para el primer año, por ejemplo?

YG: Estamos apuntando a unos 80.000 millones de dólares en préstamos en los próximos tres años, quizás unos 30.000 millones para el primero, que nos ayuden a estabilizar la economía, pero podemos ser más eficientes en la captación de inversión. Entre los préstamos, la capacidad de invertir y hacer buenos negocios en Venezuela vamos a poder recuperar el país. Necesitamos ya tener acceso a esos créditos, el reconocimiento del presidente Juan Guaidó por entidades y países son necesarios para buscar fondos para el día de la transición efectiva.

P: ¿Usted cree que los venezolanos ¡por fin! aprendieron la lección que un Estado benefactor y dadivoso no es lo mejor?

YG: Creo que tenemos un porcentaje de la lección aprendida, no diría que hemos aprendido todo, pero sí que hemos aprendido mucho. Yo creo que el venezolano hoy es más consciente de que el Estado no puede solucionarle la vida; creo que el venezolano quiere trabajar, producir, y no solo el de extracción humilde sino también el empresario, que se ha dado cuenta de lo costoso que sale el proteccionismo y de lo costoso que, a la larga, sale un Estado interventor.

Al hablar con Fedecámaras, que reúne a los empresarios, el discurso de ellos es absolutamente distinto al de hace 30 años. En este momento, ningún empresario está pidiendo protección especial; nadie está pensando que el Estado le va a dar ventajas para producir barato y vender caro. Lo que la gente quiere es trabajar.

Los venezolanos de extracción humilde hemos vivido tan humillados bajo los esquemas de subsidio como las cajas Clap (que reparten alimentos), en donde se mercadea con la miseria, donde se regala la comida a cambio de silencio. Los venezolanos hemos vivido tantas cosas malas, que yo creo que hemos tomado conciencia del valor de la dignidad del trabajo y el valor de la dignidad de ganarse uno su propio pan con su propio sudor, y lo que queremos es oportunidades. Yo creo que, en ese sentido, hemos aprendido la lección.

En el próximo gobierno tenemos que seguir como sociedad ese camino, como dice Juan Guaidó, la democracia siempre está en riesgo y hay que protegerla. Lo mismo pasa con el populismo; siempre está latente, pero éste es, quizás, el mejor momento para vender un programa anti-populista porque tenemos la legitimidad, el pueblo está escarmentado y porque están esperando genuinamente un cambio de nuestra parte que no sea más de lo mismo.

P: ¿Entonces, en ese plan anti-populista los venezolanos tendrán que pagar la gasolina a lo que de verdad vale?

YG: La gasolina va a valer lo que vale, de acuerdo al mercado. No igual que en el resto del mundo porque nuestro costo de producción no es igual, pero valdrá lo que cuesta de acuerdo a nuestro costo de producción.

P: ¿Cómo generar empleo en un país sin aparato productivo?

YG: Una cosa muy importante es el Plan de Infraestructura, en el cual requerimos enormes esfuerzos para reestructurar el sistema de servicios públicos (eléctrico, agua, gas natural). Allí habrá la creación de cientos de miles de empleos que son necesarios; no es crearlos por crearlos, sino que se necesitan para la recuperación de carreteras, puertos y aeropuertos, primordiales para la productividad. En una primera instancia esto será una gran fuente de empleo; posteriormente, conforme se vaya estimulando la productividad en diversos sectores, irá creciendo la demanda de empleo.

Para nosotros es muy importante reiterar que no estamos planteando un plan de austeridad, porque en un país, en donde la economía se ha contraído el 55%, en donde el gasto público se ha contraído poco más del 60%, donde la gente come dos o menos veces al día, ¿qué más austeridad se puede pedir?. En ese sentido, lo peor de un ajuste lo hizo Maduro, y ahora nos corresponde a nosotros la estimulación de la productividad.

P: ¿Cómo hacer para atraer ese capital humano que ha salido de Venezuela, qué les va a ofrecer el gobierno para que vuelvan?

YG: Lo primero, libertad: que se sientan ciudadanos en su país, que no se sientan más discriminados ni ciudadanos de segunda, humillados por pensar distinto; esa va a ser la primera fuente de atracción. Lo segundo, oportunidades: se abre una ventana de crecimiento, que solo se ve en países que vienen de muy abajo, y eso para los empresarios y la gente joven va a ser una gran oportunidad, y en tercer lugar, retorno a la patria: recordarle a la gente que aquí está su familia, su casa, pero que la pesadilla está por terminar en el país y tenemos por delante la mejor etapa de la historia de Venezuela.

P: ¿Qué oportunidades tendrán los empresarios colombianos en la reconstrucción de Venezuela?

YG: Lo primero es decirles a los colombianos que ¡muchas gracias! por todo. En segundo lugar, ¡bienvenidos!, estamos convencidos en que tenemos complementariedades naturales; que aquí va a haber una enorme oportunidad para los empresarios colombianos y que van a poder hacer aquí muy buenos negocios en provecho particular y de su país. Nosotros, en Venezuela, no estamos sino esperando abrir las puertas y poder tratarlos como se merecen: con respeto, igualdad de condiciones y un Estado de derecho.

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