En un “signo de acogida”, el papa Francisco llevó de Grecia a Roma a 12 refugiados sirios en el vuelo papal de retorno tras su visita apostólica a la isla griega de Lesbos. Se trata de personas que estaban presentes en los campos de acogida de Lesbos antes del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía. “La hospitalidad inicial estará garantizada por la Comunidad de San Egidio“, una organización católica italiana que se encargará del bienestar de esas tres familias de religión musulmana. Los miembros de las tres familias son musulmanes y provienen de Damasco, la capital de Siria, y Deir Ezzor, esta última provincia oriental controlada por el “Estado Islámico” (EI).
Minutos antes de que abordara su avión, después de una visita de cinco horas de lo más intensa, el vocero del Vaticano, padre Federico Lombardi, confirmó la noticia, sin precedente, de este nuevo gesto de Francisco.
El Papa Francisco, llevó al Vaticano a 12 refugiados.
Estas personas se encontraban en el campo de refugiados de kara Tape desde antes de que se firmara el acuerdo entre Unión Europea y Turquía donde todas las personas que hayan llegado después del veinte de marzo serán devueltas a Turquía donde se resolverá su solicitud de asilo, según informó el diario oficial del Vaticano L’Osservatore Romano.
En el avión que trasladaba al Papa a Grecia, Francisco expresó que: “Este es un viaje marcado por la tristeza”, pues “vamos a encontrar la catástrofe humanitaria más grande después de la Segunda Guerra Mundial“. Una vez adentro, el Papa los saludó uno por uno.
El Vaticano acoge ya a dos familias de refugiados, por lo que el gesto estaría en línea con el llamado de Francisco a Europa para que abra su corazón y sus fronteras a los más necesitados.
Al inicio de la reunión, Tsipras agradeció al Papa por sus mensajes contra la guerra y “por sus mensajes a favor de la acogida mientras otros líderes cristianos en Europa construyen muros”.
No hay que olvidar que los migrantes “antes que números, son personas, rostros, nombres, historias“, insistió el papa en el puerto de Mitilene.
El papa permaneció varias horas en esa isla, donde reclamó al mundo que asuma la responsabilidad y ayude a millones de refugiados que huyen de sus países.
Fuente: Equilibrio Informativo