Antonio Pérez Esclarín
El Instituto Universitario de Fe y Alegría está cumpliendo cinco años de fecunda labor educativa y humanizadora en el Municipio San Francisco. Actualmente, el Instituto atiende a casi dos mis alumnos que cursan estudios universitarios en Educación Inicial y Educación Integral, Contaduría, Electrónica, Electrotenia e Informática. En estos cinco años han egresado ya unos 1.200 alumnos, bien capacitados profesionalmente y también como personas y como ciudadanos, pues Fe y Alegría, como Movimiento de Educación Popular y Promoción Social, entiende su misión como la gestación de Hombres y Mujeres Nuevos, que bien enraizados en valores éticos, sean capaces de contribuir a la transformación de la actual sociedad. Para Fe y Alegría, la Educación Popular no sólo implica una opción exclusiva por los más pobres y excluidos, sino que exige la gestación de una propuesta educativa alternativa que los haga sujetos de vida digna y de ciudadanía responsable. La Educación Popular surge de la vida del mismo pueblo, de sus valores y experiencias, de sus expresiones culturales y de su capacidad de lucha y resistencia. Se orienta, en definitiva, a formar personas solidarias y ciudadanos responsables, capaces de imaginar un mundo distinto y de comprometerse en su construcción. Es una educación, como la postulaba Paulo Freire, que defiende la vocación histórica de cada hombre y de cada mujer como artífices de futuro, el valor humano y cristiano de la utopía, que impulsa a salir de la mediocridad y a buscar formas de vida cada vez más humanas para todos.
En definitiva, Fe y Alegría concibe y asume la Educación Popular como una propuesta ética, política y pedagógica para transformar la sociedad, de modo que los pobres y excluidos se conviertan en sujetos de poder y actores de su vida y de un proyecto humanizador de sociedad y de nación. Ese proyecto hoy lo visualiza Fe y Alegría como una democracia participativa y social, sin excluidos ni perdedores, en la que se respeten la diversidad y las diferencias, capaz de garantizar a todos el disfrute de los bienes y servicios esenciales y el pleno ejercicio de la ciudadanía. Por ello, el Instituto Universitario de Fe y Alegría en San Francisco, junto a la buena capacitación profesional, privilegia la formación ética y ciudadana de sus alumnos y los inserta en sus comunidades como agentes de promoción y dignificación. No en vano, El Instituto, más allá de sus programas formales, ejecuta en estos momentos 50 proyectos comunitarios que van desde la formación a los concejos comunales, el apoyo a la formación tecnológica a los liceístas de la zona, el acompañamiento pedagógico a las escuelas del entorno, la realización de actividades culturales y deportivas y hasta brinda apoyo en la revisión y arreglo de diversas instalaciones eléctricas a instituciones de la comunidad. Por si fuera poco, en la sede del Instituto funcionan también las oficinas del Programa de Profesionalización de docentes en servicio que desde hace ya casi 30 años Fe y Alegría lleva en convenio con la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez para licenciar a educadores populares. El programa privilegia la formación humana y ética para alimentar en los participantes su vocación de servicio y su responsabilidad como educadores comprometidos con sus comunidades y con la transformación de la educación. Del mismo modo, en la sede del Instituto funcionan programas de capacitación laboral a jóvenes que han abandonado la educación formal y en los sábados, atiende a 250 alumnos del Instituto Radiofónico de Fe y Alegría en cursos que van desde la alfabetización hasta el diversificado. El Instituto Universitario de Fe y Alegría es una muestra visible de esa Venezuela posible, fruto de la colaboración, entrega y mística de muchos. ¡Larga vida al Instituto y muchas felicitaciones a todos los miembros de su comunidad educativa!