Nadie te ha visto nunca
nuestros ojos son inhábiles, no pueden penetrar en ti
aunque estés presente no podemos detectarte
no somos nadie ante ti
cualquier pretensión nuestra respecto de ti
se queda corta, se vuelve vacía
tú nos rebasas infinitamente
Tú existías sin nosotros, eternamente
No nos necesitas en absoluto
Pero nos amaste y nos creaste
No nos creaste de ti sino de la nada
pero nos creaste por amor
y por eso nos creaste con sentido
En nuestra creación estuvieron presentes
tu Espíritu y tu Palabra
No somos hijos del azar y la necesidad
sino de ti
y a ti no te podemos entender como un poder caprichoso
sino como el poder del amor
un poder lleno de claridad y sentido
Si somos de ti de esta manera
somos preciosos, valiosos, verdaderos, hermosos y buenos
Eso somos de ti
Pero como somos de la nada
propendemos a descaecer, a desmoronarnos
y para paliar ilusoriamente esta precariedad
tendemos a engreírnos, a infatuarnos
a creernos más que otros, consistentes
En cuanto pretendemos ser de nosotros mismos prescindiendo de ti
dejamos de estar en la verdad y no obramos el bien
nos devaluamos
pero como al apartarnos de la luz nos volvemos ciegos
no advertimos nuestra miseria
Para remediarnos
tú enviaste a tu Hijo al mundo como luz verdadera
como luz de vida
una luz llena de amor fiel
pero humanada
para que la pudiéramos ver y sentir y alegrarnos con ella
Tu Hijo único y eterno se hizo carne débil y mortal
pero capaz también de vernos con buenos ojos
de hablarnos con verdad al corazón palabras de vida
y de tocarnos para que sintiéramos su cercanía humana
para echarnos una mano y levantarnos, para acuerparnos
Se hizo nuestro Hermano para que recibiéndolo
llegáramos a ser en él hijos tuyos
nacidos no de la carne y sangre
sino de ti mismo
Al asumir fraternalmente nuestra naturaleza
nos hizo partícipes de su filiación
De ese modo tu Hijo nos ha dado a conocerte
nos ha introducido en la relación íntima
que él mantiene contigo eternamente
Padre de nuestro Señor Jesucristo
por él podemos llamarte con toda verdad
Padre nuestro, nuestro papá con entrañas de madre
Gracias, Padre, por tu amor
gracias por tu Hijo
por él podemos llamarnos con toda verdad tus hijos
y serlo
Te pedimos que esta realidad, que esta relación
nos vaya calando hasta el fondo
hasta definirnos
Que sea tan preciosa a nuestros ojos
que seamos capaces de pagar cualquier precio
para mantenernos como verdaderos hijos tuyos en tu Hijo Jesús
que prefiramos morir antes que hacer algo que contradiga esa condición
que es nuestro único tesoro
la gracia divina que tú nos has regalado
Padre, así como antes de que viniera Jesús no podíamos conocerte
porque nuestra luz desfallecía antes de llegar a ti
ahora tampoco te conocemos
por exceso de luz
por exceso de ser
por el amor excesivo
que has derramado en nuestros corazones
y que nuestros corazones no pueden contener
Estamos, Padre, inundados de ti
de tu presencia infinita
de tu Hijo y de tu Espíritu
estamos henchidos de ti
desbordados de tu presencia actuante
En esto consiste el amor
no que te hayamos amado a ti primero
sino que tú, viéndonos perdidos y en las tinieblas
no nos abandonaste a nuestro corazón endurecido
sino que nos entregaste a tu Hijo
para que compartiera nuestra suerte como uno de nosotros
No nos echaste una mano desde arriba
sino que bajaste hasta nosotros para salvarnos desde dentro
para que la salvación que es toda tuya
saliera también del seno de la misma humanidad perdida
Con tu Hijo apareció en el mundo el Amor con mayúsculas
el amor gratuito e incondicional
tu gracia salvadora
Padre materno, papá nuestro verdadero
no sabemos ni decirte gracias
tanto amor nos abruma
Nuestro mayor agradecimiento consiste
en no desconfiar nunca de tu amor
en contar siempre con él
en dejar que nos ames
en aceptar a tu Hijo
y en vivir como hijos tuyos
con la fuerza de tu Espíritu
Es lo que te pedimos con toda el alma y humildemente
por Jesucristo nuestro Señor