En un contexto marcado por la creciente preocupación sobre la salud de la democracia en el mundo, la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU) presentó un informe global durante su Asamblea 2025, celebrada en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá del 30 de junio al 3 de julio. Bajo el liderazgo del “Task Force on Democracy”, se expuso un panorama inquietante sobre el retroceso democrático y el descontento ciudadano en diversos continentes, junto con iniciativas para enfrentar estos desafíos desde la academia.
Un diagnóstico global alarmante
El informe reveló patrones preocupantes en regiones tan diversas como América Latina, Estados Unidos, Asia, África y Europa. A pesar de las diferencias culturales y políticas, los problemas compartidos incluyen la desconfianza institucional, la polarización social y la percepción de que los sistemas democráticos no están cumpliendo con las expectativas ciudadanas.
América Latina: democracia en crisis
Un estudio del Observatorio para la Democracia en América Latina, que encuestó a 432 líderes sociales, evidenció que el 63.7% considera que la democracia en sus países enfrenta “muchos problemas”. Aunque los ciudadanos valoran conceptos como libertad, derechos y participación, el 63.6% percibe que la democracia es mayormente electoral y carece de mecanismos efectivos para la participación ciudadana. Entre los principales retos destacan la violencia contra la mujer, la pobreza, la corrupción, la falta de Estado de Derecho y la desigualdad económica.
Estados Unidos: Desconfianza y Polarización
En Estados Unidos, el diagnóstico identifica “cuestiones sin precedentes”, como una creciente desconfianza pública en las elecciones, el descrédito de los medios tradicionales y críticas hacia las universidades por parte de figuras políticas y sectores del público. Estos factores han contribuido a una polarización que amenaza la estabilidad democrática.
Asia: retroceso institucional y desinformación
La región asiática presenta una disminución en la preferencia por la democracia y una caída en la calidad institucional. En Filipinas, la desinformación y la polarización son desafíos clave, mientras que en el sur de Asia persisten déficits democráticos profundos. India ha sido calificada como “parcialmente libre” debido a restricciones a la prensa y derechos de las minorías. Pakistán opera bajo un “régimen híbrido” con influencia militar y Bangladesh enfrenta un aumento del autoritarismo.
África: democracia en construcción
África muestra un panorama de democracia como “trabajo en progreso”. Conflictos electorales, golpes de Estado recientes y desconfianza institucional son problemas recurrentes. Sin embargo, surgen nuevas formas de activismo como la “disidencia fisidigital” en Kenia, donde los jóvenes combinan herramientas digitales con protestas físicas para exigir rendición de cuentas.
Europa: crecimiento de agendas desafiantes a la democracia
En Europa, tanto en el Este como en el Oeste, se observa una insatisfacción generalizada con el funcionamiento democrático. Partidos de derecha radical han ganado terreno y forman parte del gobierno en seis países de la Unión Europea, promoviendo agendas que desafían los valores democráticos tradicionales.
El rol de las universidades jesuitas: investigación, educación e Incidencia
Frente a este panorama global, el informe subrayó el papel crucial que desempeñan las universidades jesuitas en tres ejes principales: investigación, educación e incidencia.
Investigación para comprender
La red jesuita ha establecido observatorios como el Observatorio para la Democracia en América Latina y el Observatorio Filipino sobre la Democracia (POD). Estas instituciones recopilan datos mediante encuestas, estudios cualitativos y análisis profundos para identificar los factores que erosionan la democracia y entender las expectativas ciudadanas. Este enfoque busca generar conocimiento fundamentado para abordar los desafíos democráticos desde una perspectiva global.
Educación para fortalecer valores democráticos
La formación educativa es otro pilar clave. La red está implementando programas interinstitucionales como maestrías en Democracia y Derechos Humanos, además de iniciativas dirigidas a líderes juveniles y comunitarios. Asimismo, se integran valores éticos y democráticos en todos los niveles educativos con el objetivo de formar ciudadanos comprometidos con el diálogo, la participación y el bien común.
Incidencia para el cambio social
Las universidades jesuitas están llevando sus investigaciones más allá del ámbito académico mediante colaboraciones con organizaciones civiles y propuestas de políticas públicas. Entre sus objetivos destacan combatir la desinformación, fortalecer las instituciones democráticas, reformar partidos políticos y establecer barreras contra las noticias falsas. Este enfoque busca incidir directamente en las estructuras sociales y políticas para promover sistemas más inclusivos y participativos.
Un esfuerzo coordinado por la democracia
Aunque los desafíos son múltiples y complejos, el trabajo articulado de las universidades jesuitas demuestra que existe un compromiso sólido para enfrentar esta crisis global. Como se afirmó durante la Asamblea IAJU 2025, estas instituciones están llamadas a ser la “conciencia crítica de la sociedad”, con una misión clara: educar en valores democráticos y trabajar incansablemente por el bien común.
El diagnóstico presentado no solo alerta sobre los peligros que enfrentan las democracias actuales, sino que también ofrece esperanza al mostrar iniciativas concretas para revertir esta tendencia. En tiempos donde las instituciones democráticas se tambalean, las universidades jesuitas se posicionan como actores clave en la construcción de un futuro más justo e inclusivo.
Aquí el texto del informe.
Versión de nota de: Ausjal.org