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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

El día siguiente a las elecciones

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«Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad siempre pueda valer al mismo tiempo como principio de una legislación universal»

Immanuel Kant

Alfonso Maldonado

Comenzó el día “normal”. Cada quien inició su rutina de trabajo y de obligaciones. Las colas por doquier y la escasez de alimentos y medicamentos. Gente chequeando el precio del dólar en el mercado negro para ajustar el precio de los productos en los anaqueles. Inflación está por los 1369% este año. Sin mucha prisa en transeúntes y choferes, pues por mucho que se corra, no se llega a ningún sitio.

Un simulacro con nombre de elección

Ayer fueron las llamadas elecciones municipales: se debía escoger a los burgomaestres de las 335 alcaldías que hay en todo el país. Un clima dealimentos y medicamentos reinaba. Muchos no fueron (no fuimos a votar). De hecho, el gobierno anunciaba una participación del 45%, muy alta, por cierto, para este tipo de comicios. Los datos que se cuelan hablan de una participación menor al 20%. De hecho, una información que corría por las redes, de una cuenta acreditada (@estebangerbasi), deslizaba una abstención del orden del 83.7% según, dijo, de datos que provenían de los técnicos del CNE (Consejo Nacional Electoral). La Red de Observación Electoral de Asamblea de Educación indicaba que la entidad con más participación fue el fronterizo estado Táchira, con el 35 %, mientras el vecino estado Aragua, a una hora de Caracas, solo tuvo una participación del 9%.

En realidad, todo fue una “Crónica de una muerte anunciada”. Las elecciones para gobernadores del pasado 5 de octubre fue una emboscada, una trampa cazabobos, donde no hubo empacho para forjar actas, ahuyentar testigos de la Oposición en cantidad de mesas, votos “obligatoriamente” asistidos (que solo se prevé para personas con algún tipo de discapacidad), coacción, migración de centros electorales y por el estilo. El gobernador electo en el Zulia, Tomás Guanipa, no fue reconocido por negarse a juramentarse delante de la ANC (Asamblea Nacional Constituyente), esta de dudosa legitimidad. Y Andrés Velázquez, claro ganador en el estado Bolívar, fue desplazado por actas forjadas que ni los mismos miembros de mesa de los centros electorales, que representan al partido de gobierno, han dado credibilidad. En apariencia, las actas fueron confeccionadas por militares, cual sastres en mediocres talleres de costura. Ante la denuncia de fraude, el CNE admitió el recurso de nulidad (2 de noviembre), lo que no implica que se vaya a tomar una decisión ceñida a derecho y, menos, en el corto plazo. Tenía 5 días continuos para mostrar pruebas, le dijeron a Andrés Velásquez. Hasta ahora, nada.

Vale la pena recordar cómo actúan los Poderes del Estado, que para nada son independientes: en enero del 2016, fueron desincorporados los 3 diputados indígenas, de Oposición, por el estado Amazonas. Se consideró que habían comprado votos, según denuncia del 28 de diciembre del 2015. Nunca se aclaró, investigó o se repitieron las elecciones. La AN (Asamblea Nacional) los reincorporó a mitad del 2016, aunque ya el gobierno no reconocía muchas acciones de este ente, menos la mayoría calificada, vital para cantidad de decisiones trascendentales. Hoy hay un desconocimiento de facto de la AN, por parte del gobierno, como si la ANC hubiese absorbido sus funciones. Si no se pudo barrer “formalmente”, fue por el reconocimiento de la AN por parte de gobiernos extranjeros. Es la AN quien autoriza endeudamiento y tratados y contratos internacionales. El mismo embajador ante Naciones Unidas debe ser nombrado por la AN. El procedimiento en contra de los mencionados diputados fue archivado, según sentencia 221 del TSJ (Tribunal Supremo de Justicia) del 7/12/17.

La fallida epopeya del 15 de octubre, día de la elección de gobernadores, en la que la dirigencia opositora organizada en la MUD (Mesa de la Unidad Democrática), anunció que iba a mantener gobernaciones y arrancar otras tantas de las uñas del gobierno, pesa todavía en la memoria de los venezolanos. Ese día sí acudí a votar, no por convencimiento, sino para otorgar a los políticos de oposición el beneficio de la duda. Siempre he preferido ser yo el equivocado. En un evento en el Colegio de Abogados del Estado Lara, en el que había sido invitado días previos a los comicios, en 3 minutos fui la voz disonante de quienes coreaban la participación. Dije que iría a votar sin convencimiento, pues creía que, en las oportunidades de la Oposición, pues no se había analizado la situación y menos planeado estrategias. Nada se preveía sobre las decisiones que se tomarían en una diversidad de escenarios adversos. Lamentablemente las circunstancias me dieron la razón (a mí y a muchos que plantearon serias dudas por distintos medios nacionales). Lo cual, por supuesto, no es motivo de orgullo.

Como resultado de la improvisación, la cohesión opositora se terminó de desvanecer

Como resultado de la improvisación, la cohesión opositora se terminó de desvanecer. Al menos de lo que era la Unidad, ahora hay un mínimo de 3 facciones. En su momento, no se dijo nada de importancia ni se tomó decisión alguna. Como saldo “rojo”, se inició la cacería de Freddy Guevara, vicepresidente de la AN, quien terminó huyendo del país. Cuatro de las cinco gobernaciones que favorecieron a la Oposición, concluyeron haciendo un reconocimiento de la ANC. Se dijo entonces que no había condiciones para batirse en próximas elecciones. Los grandes partidos dijeron que no iban a participar de las elecciones para la escogencia de alcaldes, ya anunciada con fecha del 10 de diciembre. Lo cierto es que no hubo participación oficial de los partidos, pero miembros y hasta personalidades de la Oposición finalizaron postulándose por su cuenta, sin que los partidos dijesen ni “pío” en contra.

El divorcio con la calle se hizo más evidente

El divorcio con la calle se hizo más evidente, por lo que me queda la duda sobre qué comerán las familias de estos políticos opositores que viven de la política. No es una pregunta maliciosa, sino sincera. Quien ha hecho de la política su profesión, en esta debacle queda en vilo su futuro y el de los suyos. Los que tienen otras alternativas o trabajos (profesores, abogados, empresarios o comerciantes) no tendrían de qué preocuparse, al menos en teoría. Pero ¿los que no? Si un político se queda sin pueblo, puede sucumbir a la tentación de hacerle un grueso servicio al gobierno: aparentar ser opositores en un sistema que tenga fachada, solo fachada, de democrático. El gobierno no los necesita saltando la talanquera (expresión que recuerda la ganadería del llano venezolano, que significaría pasar de un corral a otro). Esto suponiendo su talante ético, que no es tan fácil de suponer, por desgracia, dentro del mundo de la política.

Las maniobras del poder

¿Cómo obtuvo el gobierno su triunfo sobre la mayoría de las 335 alcaldías? Quien va conociendo al monstruo por dentro, sabe de su capacidad para camuflarse y usar varias estrategias. Como engendro bíblico, posee múltiples cabezas. Una de sus favoritas es inhabilitar a aquellos competidores peligrosos para su perpetuación. Esto le permite el disimulo, ganar tiempo, argumentar a gusto ante interlocutores internacionales y, sobre todo, usar de ese lenguaje cínico que desalienta cualquier oposición. Claro que poco a poco eso contagia a las propias filas, cuando ellas manifiesten su inconformidad por razones tales como la falta de gas, de agua, de electricidad… y les hagan la vista gorda, se les dé a sus huestes una respuesta irónica o se les conteste con argumentos tan tóxicos como una lacrimógena o un perdigón.

Para nadie es un secreto la situación de calamidad que vive el país. Para otros países, los índices de desnutrición y afines son cuestión de números. Para uno, la delgadez es evidente con extremos en personas, rostros concretos, voces precisas, que viven inclusive en zonas que fueron de clase media, que comienzan a exhibir un esqueleto arropado con telas. Telas que denotan un uso mayor del tiempo de vida útil del tejido.

No se piensa abrir canal humanitario

Si bien las restricciones para que el gobierno negocie en dólares puede estar repercutiendo, un modelo económico fallido tiene la mayor responsabilidad. No se piensa abrir canal humanitario alguno porque, en palabras del ministro de la salud, Luis López, la gente está siendo bien atendida por el presidente; o en palabras de la presidente de la ANC, Delcy Rodríguez (hermana del ministro de comunicación e información, el maquiavélico Jorge Rodríguez), los datos de Cáritas son falsos (280 mil niños con riesgo de morir por desnutrición en los próximos meses). Diosdado Cabello, vicepresidente del partido gobernante PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), junto con otros miembros del mismo, plantea que canal humanitario es una estrategia para propiciar una invasión. Y el mencionado Jorge Rodríguez, que acepta problemas con los medicamentos, dice falsamente que Cáritas tiene permiso para traer ayuda al país, pero que en más de un año todavía no ha llegado el primer contenedor ¡Ojalá existiese el permiso! Cuando dentro del país se les prohíbe, según información fidedigna, a los entes de salud pública el recibir donaciones de cualquier procedencia fuera de la oficial…

En Venezuela el salario mínimo es menor a $ 5 mensuales ¡menos de lo que ganaba un jornalero al día en tiempos de Jesús!

La escasez de alimentos, de medicamentos y de trabajo son formas de control social por parte del gobierno. En Venezuela el salario mínimo es menor a $ 5 mensuales ¡menos de lo que ganaba un jornalero al día en tiempos de Jesús! (tomando en cuenta el poder adquisitivo que en ese momento tenía el denario o la dracma). Un pueblo hambriento y enfermo es fácil de controlar y no estorba con protestas. Ese mismo pueblo que no hace falta para trabajar, si los ingresos propios (y para intentar mantener el proyecto) provienen del petróleo, las riquezas del arco minero (oro, diamantes y coltán) y, según indicios, del narcotráfico. Lo cierto es que la situación económica venezolana parece inducida, y no por la llamada “guerra económica” (confabulación de la burguesía nacional con potencias extranjeras).

¡Llegó el Petro!

Mientras se ensayan procesos de diálogo (o negociación) en República Dominicana, es claro que las sanciones le pesan al gobierno y a sus funcionarios. Condicionan cualquier elección posterior y avance del diálogo a que se levanten dichas sanciones. Creo que no saben lo que es enfrentar a la comunidad internacional: han extrapolado la experiencia interna de tropelías al ámbito internacional, cuando la chequera y la reputación languidecen. Desde allí intentan maniobrar, con exiguos resultados. Por ejemplo, no consiguen responder convincentemente de por qué no se abre un canal humanitario o por qué los datos internos son tan opacos, cuando organizaciones de la sociedad civil muestran números contrarios. Para el 15 de diciembre se postergan las conversaciones, mientras se dice que se está cerca de llegar a un acuerdo. Jorge Rodríguez vende la versión al interno del país que su agenda avanza, que ha sentado a la Oposición y que la Oposición firmará su acuerdo tarde o temprano. Lo cierto es que Jorge Rodríguez se mostró desencajado cuando, él tan cínico en otras oportunidades, amenazaba con suspender cualquier elección si no se levantaban sanciones económicas. O el presidente que, a espaldas de los cancilleres que están acompañando el proceso de diálogo, quería que la Oposición en el palacio presidencial firmara el acuerdo que le interesa al gobierno. Pero, por si acaso, ante la sequía de divisas, Maduro avizora, como Rodrigo de Triana, el Petro, la moneda virtual que sacará al país de la debacle y, quien sabe, desplazará al bitcoin.

¿Cómo enfrentó el gobierno el desafío electoral?

¿Cómo enfrentó el gobierno el desafío electoral? Con cantidad de artimañas. Uno de los recursos ha sido el llamado “carnet de la patria”, una especie de cartilla de racionamiento. En días pasados hubo operativos masivos de personas sacando dicho carnet: posibilidades de adquirir comida (cajas de comida CLAP) y medicamentos gratis o a bajos costos, forma parte del atractivo. Servicio de salud especial, como la vacunación, si se tiene dicho carnet. O ser favorecidos en el reconocimiento de la pensión… Para muchas personas, aunque dicho carnet no sea la panacea y se tarde en responder, esa identificación puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Todo el que tenía el carnet debía ir a votar. Puntos rojos dentro del perímetro de exclusión de los centros de votación, que viola la normativa electoral, controlaban de paso dicho carnet: lo retenían y solo lo entregaban luego de haber ejercido el sufragio. El miedo a perder trabajo, el beneficio del carnet o la pensión, fueron armas de coacción. Talonarios con tickets por el valor de medio millón de bolívares, algo más de un salario integral mensual, formaba parte del menú de opciones, aunque tal cosa representase alrededor de $ 5. Irregularidades como el cierre y traslado de centros electorales, amenazas a testigos, voto asistido de forma obligatoria (para verificar que se vote por el candidato del oficialismo), centros electorales abiertos después de las 4 pm, pero sin votantes (situación irregular según normativa)… pero no sorprendería que la creatividad introdujera nuevas formas de abusos, que hacen palidecer el uso de los recursos del Estado para los candidatos del gobierno o la desproporcionada exposición en los medios a los delfines del chavismo/madurismo, acallando cualquier otra voz, sea cercana o contraria. O sea, o se gana por las buenas, o se gana por las malas, pero el poder no se pierde por ninguna razón en el mundo.

¿Y la abstención?

Algunos cifran la derrota de la oposición en la abstención. La abstención es una llamada de atención a la dirigencia opositora, no al gobierno. Pero ella no es la causante de la derrota. La victoria de unos y la derrota de otros era una cuestión prediseñada, con cantidad de válvulas de seguridad. No entenderlo es no saber dónde estamos parados. Cuestión delicada ya que, en caso que cambien las condiciones, se necesita poder de convocatoria como para arrastrar masivamente a quienes se abstuvieron de votar. De momento, la única convocatoria eficaz es el llamado a traspasar las fronteras nacionales, sin brújulas ni cartas de navegación.

Pormenores comerciales

Acudo al centro de la ciudad. La avenida 20, llamada antaño como calle Comercio, tiene una considerable afluencia. Negocios cerrados. Voces dicen que esos negocios abrirán, aunque sea con una ganzúa. En días pasados hubo operativos de control de ventas: funcionarios de la Sundde (Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos) junto con Guardias Nacionales obligaban a los comerciantes a vender a pérdida. Según información que me llegó, zapatos que estaban a Bs. 500 mil (unos 5 dólares, equivalente a un salario integral), se vendieron a Bs 5 mil (1 centavo de dólar). Mercancía comprada con el dólar paralelo (o del mercado negro), no era reconocida. Si es cierto que se pudo comprar a otra tasa de cambio, queda la duda, en esta situación de estanflación: ¿hay que vender de acuerdo a la tasa de cambio con que se compró, o se debe vender según la actual, o se debe prever la tasa de cambio por la que se repondría el inventario?

¿Podrán reabrir otra vez sus Santamaría?

En otros años la Navidad feliz, con todo normal, se dio rematando productos de una comercializadora de artefactos eléctricos y electrónicos llamada Daka. Otro año se hizo con una importadora de juguetes. Este año, a falta de negocios grandes, se quebró el espinazo de los medianos comerciantes ¿podrán reabrir otra vez sus Santamaría (expresión en Venezuela que alude a las rejas que se retraen sobre las vitrinas y que simboliza el mantener un negocio en funcionamiento)?

El CarabobeñoLas vías de comunicación tienen una fluidez inusual: la cantidad de vehículos averiados hace que el tráfico sea mínimo. O no se consiguen repuestos o están extremadamente costosos. Se dice que el 70% de la flota está parada. De una flota de 135 unidades que cubría cierta ruta en Barquisimeto, solo están operativas unas 25. El gobierno no brinda soluciones, aunque alude a que Transbarca, el servicio de autobuses chinos propiedad del Estado venezolano, tenía problemas por las averías causadas durante los 4 meses de manifestaciones este año, según autoridades. “Nelson Torcate, presidente de Transbarca, dijo que de 370 unidades que posee están dañadas 125 porque han sido atacadas y debido a los costos es muy difícil arreglarlas” (La Prensa de Lara, 7 de julio de 2017). La realidad parece apuntar a los problemas de repuestos, dicen otros. El mismo Nelson Torcate dijo:

“De 163 autobuses que teníamos afectados hemos reparado 70. Es tiempo, tenemos los repuestos, pero necesitamos el tiempo. Hemos tenido autobuses parados desde hace cuatro meses y requieren acondicionamiento de otras piezas que sufren por la parada” (El Impulso, 25 de noviembre del 2017).

El absurdo y el drama se cocinan juntos, cuando se habla del tráfico aéreo. El 75% de los aviones reposan en hangares. Solo está operativo el 25%. Los vuelos entre Caracas y Barquisimeto no salen todos los días y viajar en avión es más barato que viajar por tierra (en vehículo de 4 puestos, que es más costoso que viajar en pulman o autobús). Encarece el transporte al aeropuerto…

Pero el último acto, por ahora, lo ofrece el mutis de IATA: para finales de enero próximo abandona el país. No es rentable. No hay repatriación a las compañías. Hay deudas colosales. De las 24 líneas que operaban en el 2014, solo quedan 6 certificadas por dicho Instituto.

Otros pormenores

Esta semana me acerqué a la librería Paulinas de la ciudad. Siempre me acerco para curiosear que cosas hay. Una hermana me confiesa que no han podido importar un libro desde hace 3 años. Una persona conocida me dice que cerro su negocio por vacaciones, pues no tiene disposición para vender. Otra me comentó de la sanción a un conocido por parte de un órgano supervisor del Estado, por una falta que no se podía comprobar; debía cerrar hasta marzo, cosa que por supuesto lo afectaba. Argumentó lo exagerado y letal de la medida, que se ofrecía a cancelar la multa de inmediato, pero que se evitara el cierre. Supuestamente el funcionario solo le dijo lo siguiente: es una decisión política, no tiene que ver con la multa.

La apuesta del Estado es por el control total ¿lo podrá obtener? ¿lo podrá mantener? ¿y cuando los suyos, esos que hacen el trabajo sucio de reprimir, comiencen a pasar hambre, qué va a pasar?

¿Y cómo están los Derechos Humanos? Bien, gracias.

Las distintas organizaciones de Derechos Humanos seguimos en nuestra labor. Algunos más tenaz, otros más modesta. Urge salirle al paso al problema de los medicamentos, por ejemplo. Urge abrir un canal humanitario.

El jueves 30 de noviembre se hizo una protesta pacífica en la llamada Plaza de la Justicia, frente al edificio sede de los tribunales en la región. Evento simbólico pero diciente, que presuntamente obtuvo la supervisión del SEBIM (Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar). Levantó información de una manera tan llana, que hasta les preguntó a los presentes por el nombre del padre Raúl Herrera, jesuita. Y el 6 de diciembre se acudió ante la Defensoría del Pueblo para acompañar a los pacientes trasplantados, que no tienen los medicamentos que deben tomar para que el cuerpo no rechace el trasplante. Muchos han perdido, por ejemplo, sus riñones y han vuelto a una situación de diálisis, con la consecuente depresión. O personas con problemas hepáticos que han desarrollado cirrosis fulminante, luego de tener controlada una hepatitis crónica, por falta de medicación. Y se podría seguir enumerando…

Pero si todo tiende a desmoronarse, en ocasiones se ven situaciones que sirven de síntoma (el canario en la mina de carbón): niños en situación de calle, porque sus mamás los han botado del hogar, porque no tienen cómo alimentarlos.

Las organizaciones de Derechos Humanos siguen activas, tanto en denuncias como buscando ayudar puntualmente. Cáritas y otras organizaciones, inclusive de iglesias evangélicas, se esfuerzan en dar de comer. Y hay gente que no deja de soñar y, por lo tanto, de levantarse todos los días para enfrentar la jornada.

El gobierno, por supuesto, no hace nada. Bueno, pasea a un experto “independiente” de Naciones Unidas por locales VIP de la ciudad capital, para que afirme que en Venezuela, no hay crisis humanitaria, que eso es una exageración. El nombre del experto es Alfred De Zaya. Quizás el gobierno apueste a que, quienes intentamos hacer algo en favor de los Derechos Humanos, o nos cansemos o la crisis nos arrastre hacia terrenos más prácticos y realistas si a supervivencia nos referimos. Queda el trabajo en lo que da, que no es precisamente el voluntariado… o quedan las fronteras, tan en apariencia permeables para los que se van…

¿Y el futuro?

¿Qué va a pasar? Ya los tiempos de los oráculos han pasado. Todavía América Latina es azotada por los vientos épicos y fantasiosos de revoluciones como la cubana o la nicaragüense. La práctica populista mantiene en el poder y oculta sus mieles tras un velo de inmolación revolucionaria. Evo, en Bolivia, contraviene lo dispuesto en referéndum y se lanza a por un nuevo período presidencial (luego de lo ocurrido en Ecuador, Argentina y Brasil ¿va a arriesgar a que lo desbanquen del poder de forma limpia?). Piñera puede mantenerse, de momento, en Chile ¿y luego? La jugada contra Dilma Rousseff y Lula Da Silva todavía no parece la definitiva. Uruguay es una pieza maciza de tendencia izquierdista mensurada ¿cómo va a jugar e influir? La señora Cristina Fernández en Argentina ¿sobrevivirá a las investigaciones? ¿el peronismo se quedará de brazos cruzados? Paraguay parece la excepción, porque ¿cómo quedará Colombia en el mediano plazo, cuando los que eran adversarios hacen ver que pueden unirse en contra de ascensión del partido de las FARC? La situación en Honduras es turbia ¿Las instituciones prevalecerán en Guatemala? Nicaragua parece atenazado por el férreo poder de Daniel Ortega ¿Cómo sobrevivirá Cuba cuando pase la longevidad de sus líderes históricos? México se tambalea ante los carteles ¿la sociedad le comprará la oferta de paz a López Obrador, a cambio de amnistiar a los grandes capos de la droga?

No queda otra que, con terquedad, avanzar por el camino trazado. Hace falta creer mucho en el ser humano. Por suerte, no son pocos los creyentes. Al final las convicciones se alimentan de la espiritualidad: del Dios-con-nosotros que está por nacer, que se hace encontradizo en la historia, que es obstinado en sus planes de salvación. De momento, son tiempos del kantismo: la vigencia del imperativo categórico. El deber por el deber. Suponiendo, por supuesto, la recta conciencia y no cualquier sucedáneo que justifique nuevos o antiguos holocaustos. Enfrentamiento, por tanto, a la ley, cuando esta es inmoral. Pues la norma tiene como fundamento la razón. Y el ser humano nunca es un medio: siempre es un fin en sí mismo…

La noche prolonga sus velos. La vista solo alcanza a ver la propia conciencia ¿será ésta una forma de liberación?

 

 

Fuente:

https://razonesparalaesperanza.blogspot.com/2017/12/el-dia-siguiente-las-elecciones.html

 

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