Piero Trepiccione
Es difícil que se escape un día en Lara sin que haya algún cierre de vías. Se ha vuelto una práctica cotidiana de la colectividad. Es costumbre que las carreteras intermunicipales de Carora (municipio Torres), El Tocuyo (Morán), Sanare (Andrés Eloy Blanco), Quíbor (Jiménez) entre otras, sean usadas como mecanismo de protesta por consejos comunales, motorizados, comunidades organizadas, conductores de camiones cisternas, buhoneros, trabajadores de obras públicas y un largo etcétera, para hacer sentir su voz de protesta frente a cualquier irregularidad que no sea atendida correctamente por los canales institucionales del gobierno.
Las causas: inseguridad, desempleo, paralización de alguna obra pública, problemas con el suministro de agua, cloacas, drenajes, dificultades con alguna contratista pública, protestas por secuestros, falta de energía eléctrica, entre muchísimas otras razones para cerrar una vía pública.
Normalmente, estos cierres de vías duran alrededor de 5 horas en promedio, pero en algunas oportunidades se han dado hasta por más de doce horas. Tiempo en el cual, los conductores y las personas que necesitan trasladarse por estas vías padecen horas de intensa amargura y frustración por no poder llegar a sus lugares de destino en el tiempo previsto.
La intercomunal Florencio Jiménez que une a la capital del estado, Barquisimeto, con la mayoría de municipios larenses, pero además conecta al centro y oriente del país con el occidente, el Zulia y los Andes, es la que –en promedio- es cerrada en más ocasiones. Inclusive, este año, hasta el primero de mayo –día del trabajador- estuvo cerrada por unas siete horas.
Este fenómeno, aunque no es nuevo en nuestra sociedad, se ha estado agudizando durante los últimos tiempos.
La gente que realiza las tomas de las vías, es consciente de las molestias que ocasionan, pero alegan que es la única manera en la que pueden ser escuchados en sus necesidades y planteamientos. Quienes sufren por estos cierres, alegan en cambio, que no es posible que se perjudique notable y reiteradamente, a quien no tiene ninguna responsabilidad en las problemáticas planteadas.
En todo caso, el debate está abierto y lo único seguro, es que de seguir el actual ritmo de cierre de vías en el estado Lara, nuestra entidad será conocida no sólo por la procesión de la Divina Pastora, sino también por el récord Guiness de trancas de vías que con mayor frecuencia se realiza en el mundo entero por motivos de protesta.
El Estado venezolano debe mejorar su capacidad de respuesta a la ciudadanía para que no sigan sucediendo cosas de este tipo que proyectan un clima de desinversión en nuestra sociedad…