El golpe de Estado intentado por un alzamiento militar el pasado 4 de febrero es un hecho de suma gravedad. Más grave aún es la situación que creó las condiciones para que una minoría audaz intentara un asalto al poder que los pusiera en condiciones de impulsar mejoras deseadas por la mayoría de los venezolanos. La insensatez política puede llegar a su máximo grado si no se deciden los correctivos que cierren definitivamente el paso a golpes ilusorios capaces de acabar con muchas ilusiones. La tarea prioritaria en este momento es provocar la creatividad social para asegurarnos un futuro democrático.
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Más textos de nuestro archivo histórico del 4F 1992:
- La credibilidad de la democracia / Marcelino Bisbal; Pasquale Nicodemo
- ¿Qué reveló el golpe? / Luis Pedro España
- Y en el Zulia todo está normal / Luisa Pernalete
- Chimbángueles, tamunangues y otros golpes / Santiago Arconada Rodríguez
- La muerte del presidente / Arturo Marcelino Sosa Abascal
- Allanamientos, maltratos y falta de inteligencia policial / Carol Carrero Marrero
- Consecuencias: las FF.AA, la democracia y el Movimiento Nacionalista Bolivariano Revolucionario 200 / Arturo Marcelino Sosa Abascal
- La interpretación bolivariana / Francisco José Virtuoso Arrieta
- Los actores políticos / Arturo Marcelino Sosa Abascal
- El mensaje de los insurrectos / Alberto Arvelo Ramos
- Fracturas y nuevas estrategias políticas / Luis Pedro España
- Los megaproyectos sociales como respuesta / Pedro Trigo
- Alternativas y qué hacer / Arturo Marcelino Sosa Abascal
- La sociedad civil se sacudió y empezó a despertar de su letargo / Aliana González
- La voz de la Iglesia / José Alí Lebrún
- La voz censurada: muerte en palacio o los espejos de la conciencia / Luis Castro Leiva