Tesista de bibliotecología en la UCV, con más de 30 años de servicio en distintas bibliotecas del país, Dorys ha sido un apoyo fundamental en el área de Publicaciones del Centro Gumilla.
Daniela Paola Aguilar*
—¿Qué ha significado la revista SIC como memoria viva de Venezuela en los últimos años?
—La revista SIC es una publicación periódica del Centro Gumilla desde que la asumió en 1968, y es un medio de divulgación de la Compañía de Jesús en Venezuela donde se expresan las investigaciones de los distintos ámbitos del acontecer nacional y aspectos internacionales vinculados a la nación; eso le ha permitido a SIC mantenerse en consonancia con las vivencias del país para ofrecer estudios a la academia, los profesionales y los agentes de cambio, propiciando el pensamiento crítico e intelectual.
La masa de información publicada en SIC ha sido objeto de estudio para tesis, trabajos de ascenso, trabajos de grado y referencia a consultar en cátedras de universidades, a saber, Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad de Los Andes (ULA); pero también como medio de divulgación y documento hemerográfico. Su colección se encuentra en la Biblioteca Nacional de Venezuela, la UCV, el Boston College de Estados Unidos y en archivos privados.
La revista SIC ha abordado temas medulares y complejos, desde una óptica propositiva que va de lo estructural a lo coyuntural para buscar soluciones viables que la realidad suscita. Los colaboradores aportan contenido con ensayos y estudios en las distintas áreas de las ciencias sociales, esto le permitió en los años 80 formar parte de la Red de Información Socio Económica (Redinse) patrocinada por el Conicit.
Ha sido galardona en diferentes ocasiones con el premio Monseñor Pellín por su ética y valores cristianos y con el Premio Nacional de Periodismo –en dos ocasiones– por su quehacer comunicacional.
—¿Cuál es su apreciación sobre el valor de este archivo histórico para el país?
—SIC es una revista con profundo compromiso social. Es la segunda más antigua del país, su propuesta de valor ha estado centrada en la búsqueda de alternativas ante los principales problemas de la sociedad, así nació y sigue siendo; segundo, ha sido fiel a su cronograma de edición 1938-2022, se constituye en 84 volúmenes, 842 números y 11.720 artículos hasta ahora. A partir del año 1970 sus portadas incluyen fotografías y dibujos que reflejan algunos hitos históricos, como fue la visita del papa Juan Pablo II (N° 472), El Caracazo (N° 513, 514), Caso El Amparo (N° 519). Tercero, todo su contenido y galería de portadas ha sido colocado en texto pleno a disposición de la comunidad investigativa mundial, desde finales del siglo XX, permitiendo que sea consultada –en versión digital– en distintas universidades del mundo y en centros de investigación para América Latina.
—¿Por qué es importante preservar un legado que próximamente cumplirá 85 años?
—Preservar este legado es necesario porque son documentos que narran la historia del país en más de ocho décadas (casi un siglo) desde diversos autores, temas y enfoques. Su importancia ante la historia de Venezuela es que SIC ha apostado por la sociedad venezolana, de la mano de la Enseñanza Social de la Iglesia. En consecuencia, su preocupación es superar la pobreza y promover la justicia social que nace de la fe.
SIC, además, forma parte del acervo documental y cultural del país y es una referencia obligatoria para investigadores y lectores que buscan comprender la realidad nacional actual. La revista es una fuente primaria de investigación que enriquece la generación de conocimiento, una mina de datos, tratados en su forma y contenido, indexada bajo la norma estandarizada de descripción bibliográfica (ISBD) en la base de datos Koha, divulgada por el Centro Gumilla en su página web y recuperada por los campos autor, título y materia a través del catálogo en línea Gumiteca.
SIC es memoria viva de Venezuela.