Noel Álvarez*
Los grandes diarios de referencia del mundo están perdiendo difusión e ingresos por publicidad. La caída, lenta y continua, ha sido acelerada por las crisis que sacude a los cinco continentes. Son muchas las voces que señalan a la prensa escrita de cometer un grave error al ofrecer lectura gratis de su contenido digital en la red, sacrificando su versión en papel. Ahora estudia las maneras de cobrar por ese acceso. La prensa digital está funcionando en todo el mundo, gana dinero, crece y aumenta sus plantillas.
La prensa escrita, a escala mundial, ha sufrido durante los primeros meses del 2017 el mayor descenso, tanto en ventas como en difusión. Desde hace años, la prensa cotidiana se encuentra bajo presión en Estados Unidos y otros países, a raíz de la caída de las ventas, la publicidad y la escasez de papel. Muchos diarios han desaparecido y otros hacen cola obligados por gobiernos que no reconocen la libre expresión.
“No sabemos lo que ocurre. Suceden cosas. Existe una gigantesca confusión alrededor del periodismo, del peso específico de los periódicos, del valor de la información, de cuál es su sitio en el paisaje social, su influencia en el conflicto. Nada de todo lo que fue sagrado se sostiene. Y aun así hacemos periódicos ¡creemos en los periódicos! Les exigimos lo que nos daban antes de que la crisis los vareara. El periodismo no suma todo el problema, son los periódicos los que han perdido compás y energía. Pero aun los tenemos como la fuente de una cierta transparencia. Incluso como el primer borrador de la Historia”, Esto lo sostiene Martin Barón, director del periódico “The Washington Post”.
Barón, considerado por muchos como el mejor director de periódicos del mundo, dice: “Los periódicos en papel no van a sobrevivir. Vivimos en un mundo digital dominado por el teléfono móvil. La gente lee las noticias mientras camina por la calle, mientras espera el autobús, mientras hace cola en el supermercado… La mayoría de ciudadanos, y especialmente los jóvenes, recibe la información de manera digital y a través de las redes sociales. Esa es la realidad, y tenemos que adaptarnos a ella”.
El comediante norteamericano Stephen Colbert, haciendo gala de su fino humor, preguntó: “¿Los diarios han muerto, dónde van a publicar el obituario?” Una mirada precipitada y selectiva podría dar la razón a los que preparan las exequias de la prensa. La actual crisis económica ha dado un nuevo impulso a la caída lenta, continua y aparentemente irreversible de la difusión de los grandes diarios.
En Venezuela el fin de la prensa escrita lo acelera la revolución. Cierra medios escritos, emisoras de radio y canales de televisión. Los brujos de Conatel sienten piquiña cuando los critican y sueñan con eliminar la prensa independiente aplicando la ley sapo. Cada día los dueños de medios piensan en un titular de portada luctuoso y exacto: ¡Paren máquinas! Un grito que antes evocaba exclusivas voraces de última hora y que ahora delata el fin de la expedición.
*Coordinador Nacional de IPP-Gente