En entrevista con el P. Dizzi Perales, sj, quien está al frente actualmente del Equipo Coordinador de la RAIF, pudimos constatar los avances que ha tenido esta red que llegó, el pasado mes de mayo, a los tres años de su creación. La RAIF se ha perfilado como una red de redes que aprende a crecer en la medida que sus actores reinventan las formas de interrelacionarse. A continuación la entrevista:
¿Qué ha sucedido luego de la última reunión del Equipo Coordinador que tuvo lugar a finales de 2014?
Hemos tenido una serie de encuentros y reuniones importantes como la asistencia a la reunión del Consejo Directivo del SJR-Venezuela. Del mismo modo, presentamos la RAIF al Consejo de Planificación de la Universidad Católica del Táchira; también nos movilizamos a la ciudad de Cúcuta para reunión con el SJR y Fe y Alegría de esa ciudad. Tuvimos la oportunidad de tener un encuentro con con monseñor Vidal en Cúcuta. Planificamos una serie de actividades con Fe y Alegría Frontera aquí en Venezuela. Se activó el Equipo Apostólico del Alto Apure. Se realizaron campamentos misión durante la Semana Santa en Cúcuta, El Nula, Ciudad Sucre y San Joaquín de Navay. Recientemente, asistimos al cierre del proceso de la Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana en Guasdualito; fui invitado al cierre en el ámbito Guajira, pero no pude asistir.
¿Cuáles necesidades merecieron una primera atención desde que usted asumió la dirección del Equipo Coordinador?
Ha sido necesario informarse en qué andan las obras, qué ocupa, preocupa y anima a la gente. Es pertinente un cambio de mentalidad, salir de lo nuestro a lo de todos, encontrando en ello una riqueza para cualificar nuestra comprensión y aportes. Lo que está en el centro es la misión y no las obras. Todos somos valiosos, pues hay sinergias, una mirada nueva, esperanzadora, con muchas oportunidades del trabajo en conjunto.
¿Qué preocupa a la gente?
Las situaciones se van haciendo más complejas. Las situaciones difíciles no han disminuido sino que se multiplican. También les preocupa cómo resolver sus . asuntos en relación a la misión. Los contextos en ocasiones son áridos, agotadores. El nivel de afectación de lo nacional, lo local y lo fronterizo provoca un desgaste. Hay inquietud por lo que resulte del proceso venezolano y del proceso de paz. La preocupación se centra en lo cotidiano: el tema económico, cómo afectan las mafias del contrabando, las deportaciones, las deserciones escolares, el conseguir personal para las obras, sobre todo para los cuadros directivos e intermedios, falta de agentes pastorales; más presencia en los campos. Todo esto se conforma como un gran reto.
Finalmente, ¿alguna observación que quiera hacer desde su perspectiva teniendo en cuenta el Plan Apostólico para las Provincias?
Dentro del Plan Apostólico común es importante la diná- mica de acompañamiento en la misión y el cuidado de las personas. En las perspectivas de misión hay un acompañamiento dentro de una dinámica institucional de cada obra, con un alcance limitado. Llega a quienes pueden acercarse a Caracas o Bogotá, o tiene la periodicidad que permiten los plazos de los directivos. Las visitas a los centros son pocas por las distancias geográficas, incluso encontramos dificultades con la señal telefónica y la electricidad, y en consecuencia con el acceso a internet.
El acompañamiento propiciado entre los pares es celebrado, aunque se demanda un acompañamiento jesuita en directo o más cercano. Aún falta al Equipo Coordinador escuchar la experiencia de las personas de Guasdualito, San Fernando de Apure, El Topón, los lugares de acción de la EPCC, Orope. Tenemos muchas obras y como tal demandan en estos tiempos una nueva dinámica de integración. La buena noticia es que tenemos a la RAIF como una grandiosa oportunidad para lograrlo.
Fuente: Boletín Quincenal de la Región Apostólica Interprovincial en la frontera Colombo-Venezolana