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Discriminación política de la fuente oficial

Víctor Hugo Febres

Acto 1: una carta de VTV, y avalada por su presidente, Yuri Pimentel, es enviada a Globovisión donde se informa sobre la medida administrativa de cobrar 120 Bs.F. por cada segundo en las transmisiones producidas por el canal estatal, casi siempre referidas a la fuente oficial. Acto 2: Andrés Izarra, ministro cabeza del MINCI, ofrece una breve rueda de prensa donde coloca su cargo a la orden, porque según él tomó la medida administrativa sin consultar el Ejecutivo, es decir, sin informar al presidente Chávez. Acto 3: El presidente Chávez ratifica a Andrés Izarra en el cargo, por medio de un comunicado de la Secretaría de la Presidencia, formato poco usado por el primer mandatario, y donde se valora la rectificación pública del funcionario.

Así tenemos Inicio, Nudo y Desenlace de una anécdota susceptible a muchas lecturas, materia prima para el divertimento del cotilleo diario y también a la promoción de la atmósfera de confusión que continuamente se instala en nuestra realidad concreta, por la realidad mediática.

Para no hacerle el juego a estas tácticas, en apariencia descolocadas, creo que lo rescatable de la anécdota es el problema de fondo que llamo la discriminación política de la fuente oficial.

Sumido en el estupor, entre el Inicio y sin llegar todavía al Nudo, imaginaba cómo iba hacer ahora Globovisión, sobre todo Globovisión, para hacer transmisiones de origen oficial. Imaginaba que tendría que acudir a transmisiones de UNIONRADIO y colocar imágenes congeladas, de coberturas propias, pasando de foto en foto a través de disolvencias, como una presentación de Power Point. Una solución bastante precaria y patética en términos de producción.

Lo importante de este disparate mental es que, casi sin mediar, ya me había acostumbrado a la idea, y así como los medios privados se han adaptado a la discriminación política por la fuente oficial, y para correr la arruga del problema se “pegan” a la señal de VTV, la decisión administrativa de cobrar por la señal, nos abofeteaba sin oportunidad de escabullirnos por algún atajo. Es decir, en ese escenario nos habríamos tenido que enfrentar de lleno a la discriminación política de fondo, que es lo que subyace al cierre de la fuente.
Periodistas
Es necesario replantear esta problemática en su completa extensión. No estoy de acuerdo con el nombre, para mi aséptico, de “cierre de la fuente oficial”, porque lo que acontece es lo siguiente: se obstruye el acceso a los periodistas provenientes de medios privados en su mayoría, dejando pasar a los que provienen de medios del Estado, comunitarios o considerados alternativos.

Hay una serie de suposiciones que operan en estas medidas por parte del poder y que convendría revisar. Primero se asume que se puede ejercer un control a quien accede a la información que es pública, por lo que unos medios y periodistas son discriminados, y segundo, se asume que los periodistas estatales harán preguntas complacientes, serán militantes, evitarán las preguntas incómodas, harán propaganda. ¿Esto esencialmente es así? Cabría preguntarles a los periodistas de medios estatales, participativos y comunitarios, si han neutralizado su sentido crítico, por qué razones y con qué consecuencias, las buscadas y las no buscadas. Más allá de las identidades políticas ¿no hay necesidad de acceder a una información común a todos los venezolanos y que indica el grado de bienestar común en la presente situación?

Los periodistas de medios estatales ¿no deberían ser los primeros en procurar este tipo de informaciones? O lo medios estatales responden en su totalidad a agencias de comunicación institucional. Si esto es así, entonces habría que provocar la duda y el debate, de si muchos de estos periodistas no preferirían ejercer periodismo independiente en un medio de propiedad estatal, pero de concepción de servicio público. Lógicamente un periodista de un medio con concepción de servicio público podría llegar a ser más independiente que el de un canal privado. Creo que hay que llevar a cabo la discusión de los temas, sin dar por sentadas las respuestas, porque es posible encontrar sorpresas.

En cada una de estas situaciones he podido registrar giros inesperados: por ejemplo en el estado Anzoátegui y en algunos casos solidarios, periodistas que logran entrar a la cobertura de la fuente oficial, colaboran con los que han sido discriminados, pasándole información en el momento, hasta el exceso de que los periodistas no se acercaban ni siquiera a la fuente con el paso del tiempo.

En las ruedas de prensa por parte de Marcel Granier, cercanas del cierre de RCTV, no se le permitió el acceso a los medios de Estado. Cosa más o menos entendible desde el punto de vista psico-afectivo, pero no estratégico. ¡No vas a reproducir una práctica que criticas!

En mis aproximaciones a VTV, por una investigación que llevo adelante, fui testigo de los periodistas de este canal de buscar reuniones con el entonces ministro Willian Lara, para buscar cómo hacer más periodismo de investigación y darle un giro a las formas de trabajo que se ha instalado en estos años. Creo que estos periodistas están cansados de la propaganda política, como otros estamos cansados de la polarización que llevamos en el día a día.

Por último, sería importante llevar un registro de la discriminación política de la fuente oficial, debido a que estos eventos tienen que ver más con fenómenos como la Lista Tascón o la Lista Russián. Los periodistas hemos fallado en bajar de la abstracción al mundo concreto, las nociones de libertad de expresión, derecho a la información, entre otros, valores que primero que todo deben persuadir la opinión pública y extenderse. Que primero son asunto de los ciudadanos que de los periodistas.

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