Scroll Top
Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

Diez años con el papa Francisco: una iglesia en reforma

Credito: FILIPPO MONTEFORTE_-AFP

Por Jean Meléndez | @jeancomunica

Diez años con el papa Francisco, diez años de una “reforma” para todos. Así puede leerse el pontificado de Bergoglio. Y es que la palabra “reforma” ha sido la más suscitada cuando se habla del papa Francisco, tal parece que ha sido esta la bandera del pontificado de Bergoglio, el Papa de los pobres, el que no usó la muceta el día su elección afirmando que “se terminó el carnaval”.

Un pontificado que comenzó cargado de geopolítica cuando el primer Papa latinoamericano comenzó diciendo: “Mis hermanos cardenales fueron a buscar un nuevo Papa en el fin del mundo”, esto haciendo referencia a la Patagonia de su natal Argentina.

Estas son algunos momentos que marcan los 10 años de papado de Francisco:

El cambio como bandera del papa Francisco

En diez años con Francisco, se debe ponderar que “los cambios no son más lineales, sino de profunda transformación”, tal como el mismo Pontífice expresó en la tradicional felicitación navideña del Papa a la Curia Romana en 2019.

En aquella oportunidad, en ocasión de la felicitación navideña, llena de cardenales y colaboradores, el papa Francisco expresaba: 

Los cambios no son más lineales, sino de profunda transformación; constituyen elecciones que transforman velozmente el modo de vivir, de interactuar, de comunicar y elaborar el pensamiento, de relacionarse entre las generaciones humanas, y de comprender y vivir la fe y la ciencia. A menudo sucede que se vive el cambio limitándose a usar un nuevo vestuario, y después en realidad se queda como era antes.

Francisco cerró su felicitación citando a la novela italiana “Gattopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Es de recordar la expresión enigmática que se lee en la famosa novela italiana: “Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie”, finalizó el Papa.

La negación a lastimar desde el poder

En una visita del gabinete de gobierno español encabezado por Pedro Sánchez en octubre del 2020, el papa Francisco pronunció un inusual discurso fuera de protocolo que duró al menos unos ocho minutos, donde advertía: “Es triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria”.

Del mismo modo, Francisco denunció el daño a los más desfavorecidos por parte de algunos gobiernos en su visita a la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 2015. “Ya basta de la opresión de los pueblos más débiles por parte de gobiernos poderosos”, precisó.

Para el Papa, hacer daño no radica solo en lastimar a otra persona. Francisco, en su línea de pensamiento, señala que el maltrato y abuso ambiental es parte de la cotidiana degradación del hombre. En el mismo discurso a la ONU, el Papa expuso: “El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión”.

Una Iglesia en conflicto y necesitada de conciliación

En un mensaje a la Iglesia latinoamericana, el papa Francisco catalogaba de “lepra” a toda aquella competencia eclesial. Tal parece que las pugnas clericalistas no son solo una lepra romana, sino también de la Iglesia latinoamericana y son palabras de un Papa que nació y creció en América Latina.

Así reza parte un fragmento del mensaje del papa Francisco a la iglesia en América Latina: 

Nosotros tenemos, en América Latina, una habilidad muy grande para progresar en el desprestigio del otro. ¿Quién paga ese proceso de desprestigio del otro? Lo paga el pueblo, progresamos en el desprestigio del otro a costa de los más pobres. Es hora de que la nota distintiva de quienes fueron ungidos por su pueblo para gobernar sea el servicio al bien común y no que el bien común sea puesto al servicio de sus intereses; esto vale también para los hombres y mujeres Iglesia, porque las internas eclesiásticas son una verdadera lepra que enferma y mata el evangelio.

La acción misionera: el lío de Francisco

En los diez años del papa Francisco, la pasividad es una de las grandes renuncias, con aquella expresión tan viva y tan fuerte a los jóvenes argentinos que peregrinaban en Brasil durante la Jornada Mundial de la Juventud del 2013 (a pocos meses de ser electo) en la que expresó: “Quiero lío”.

El Papa, en su primer viaje internacional como pontífice, dejó claro que no espera una iglesia pasiva; espera acción y una iglesia en salida: 

¡Quiero lío! Quiero lío en las diócesis, quiero que se salga a afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, las instituciones, los colegios son para salir. ¡Si no salen, se convierten en una ONG y la Iglesia no puede ser una ONG!

Otra fuera señal de cero-pasividad en la misión fue en la primera fiesta de Pentecostés como pontífice. En ese momento, Francisco sacudió las aptitudes cristianas con una fuerte, pero sincera afirmación: “Los cristianos cómodos se escudan en estructuras caducas y vacías”.

Una Iglesia solidaria 

En su primera celebración de Corpus Christi como obispo de Roma y pontífice de la Iglesia universal, celebrada un 30 de septiembre en la catedral San Juan de Letrán de Roma, Francisco abría su homilía con una fuerte interrogante: “¿A quiénes hay que dar de comer?”. La perspicacia de Francisco se deja ver en sus interrogantes al mundo cristiano. En una celebración de fuerte carácter teológico, el Papa prefiere agudizar el tema de la solidaridad.

En ese sentido, Bergoglio responde su propia interrogante desde el evangelio declarando en su homilía que se debe alimentar a la muchedumbre. “Es a la muchedumbre, a la multitud. Jesús está en medio de la gente, la acoge, le habla, la atiende, les muestra la misericordia de Dios”, expresaba Francisco en su homilía. Hasta aquí pareciera que la tarea de alimentar a la muchedumbre fuera únicamente de Jesús, pero ante este posible pensamiento, Francisco añade: “Entre la muchedumbre eligió a los doce apóstoles para estar con él y sumergirse como él en las realidades concretas del mundo”.

La solidaridad que plantea el Papa para alimentar a la muchedumbre no tiene vacaciones. El 17 de diciembre del 2020, en la celebración de su cumpleaños 84, el papa Francisco envió cinco respiradores a Venezuela para atender a quienes presentan dificultad respiratoria a causa del COVID-19.

No es comunismo, es cristianismo

“El Papa comunista” es tal vez una de las categorías más utilizadas por la prensa seglar e incluso algunos sectores de la misma Iglesia para referirse al papa Francisco. Sin embargo, él mismo dejó claro en una ocasión que no es comunismo, sino cristianismo lo que ejerce desde el trono de San Pedro.

En una entrevista con el diario italiano Il messagero, el papa Francisco habla claramente del tema cuando se le pregunta si es comunista:

Yo sólo digo que los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de la pobreza es cristiana, la pobreza está en el centro del evangelio. Si miramos Mateo 25, el protocolo sobre el cual seremos juzgados: tuve hambre y me diste de comer, estuve en la cárcel, estuve enfermo, desnudo. O miremos las bienaventuranzas, otra bandera. Los comunistas dicen que todo esto es comunismo. Sí, cómo no, 20 siglos después”, declaró el Papa para el diario italiano.

Se cumplen diez años de una reforma eclesial que sigue avanzando fuera de las banderas políticas y abrazando el evangelio de Cristo. Una década de un pontificado renovador que, en medio de las críticas, sigue sentando sus bases.

Fuente:

Este artículo ha sido originalmente publicado por el autor en el portal digital “Un Nuevo Día”. Disponible en: https://nuevodia.com.ve/10-anos-con-el-papa-francisco-una-iglesia-en-reforma/

Entradas relacionadas

Nuestros Grupos