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Desigualdad: una mirada desde las regiones

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Por Ingrid Jiménez

En el marco del 55° aniversario de la Fundación Centro Gumilla y de los 85 años de la Revista SIC, se realizó en Barquisimeto un foro denominado: “Superar la desigualdad social para la reconstrucción nacional”. Los ponentes fueron: el historiador Reinaldo Rojas, el politólogo Piero Trepiccione –subdirector del Centro Gumilla– y el abogado Juan Salvador Pérez, director de la Revista SIC.

El director del Centro Gumilla, P. Robert Rodríguez, s.j., fue el encargado de las palabras de bienvenida, destacando: “el foro tiene un sentido propositivo para el país, porque creemos que sólo conversando y dialogando es posible el fortalecimiento de la democracia para pensar en un horizonte común” 

Los asistentes expresaron la diversidad de nuestra sociedad civil: maestros, profesores, sindicalistas, miembros de partidos políticos y organizaciones no gubernamentales, religiosos, estudiantes universitarios y empresarios se hicieron presentes para reflexionar acerca de este tema clave para la gobernabilidad del país. 

Crédito: Gumilla Barquisimeto
Crédito: Gumilla Barquisimeto

Desigualdad social en nuestra historia 

La explicación sobre el origen de la desigualdad y la descripción de la situación social del país constituyó el eje central de la reflexión del profesor Reinaldo Rojas. El historiador mencionó algunos hitos claves en el pensamiento filosófico, comenzando por Jean Jacques Rousseau y su explicación sobre los tipos de desigualdad: la natural, que consiste en las diferencias de edades, salud, o cualidades; y la moral o política, que se refiere a los privilegios de algunos en perjuicio de los demás. 

Por otra parte, el marxismo sostiene en la Crítica al Programa de Gotha (1891) el principio “de cada cual, según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades.” En realidad, indicó el profesor: “la experiencia de la revolución rusa y su búsqueda de la eliminación de las clases sociales produjo nuevas y más profundas desigualdades”.

En el siglo XX, el Dr. Rojas destacó el pensamiento del filósofo y político estadounidense, John Rawls, y su célebre obra Teoría de la justicia (1971). Rawls, heredero de la tradición liberal, considera que toda persona tiene derecho a un régimen suficiente de libertades básicas iguales, que sea compatible con un régimen similar de libertades para todos; y esto se refiere en específico a las estructuras de las instituciones políticas y sociales, y el modo en el que estas distribuyen los derechos y deberes fundamentales.

Posterior a esta breve reflexión filosófica, el profesor Rojas explicó los periodos más importantes en la historia de Venezuela en torno a la comprensión de la desigualdad.  Para esto citó en primera instancia a Simón Bolívar, quien sostiene en el Discurso de Angostura: 

La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. Las leyes corrigen esta diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política y social.

Un elemento a destacar de la exposición de Rojas estuvo en su consideración en torno al igualitarismo en nuestro país, que tuvo en José Tomás Boves uno de sus representantes más importantes durante el periodo de independencia.

Esta tradición fue rescatada avanzado el siglo XIX por parte del Partido Liberal con la consigna: “oligarcas temblad”, idea destacada por la República Federal de Ezequiel Zamora, símbolo de la guerra social contra el godo, blanco, rico y letrado. 

Rojas enfatizó que, durante el siglo XX, la creación del partido Acción Democrática, y su ícono Juan Bimba, exaltó el sentimiento igualitario del venezolano, puesto de manifiesto con el establecimiento de la democracia social y representativa de la Constitución de 1947. 

Posteriormente, el profesor destacó el periodo del “boom petrolero” (1973-1983) y lo que representó para el imaginario colectivo los ingentes ingresos petroleros y el fortalecimiento del mito del país rico. Sin embargo, esta etapa terminó abruptamente con el “Caracazo”, el 27 de febrero de 1989, protesta social violenta que reflejó las dos caras del petroestado: la opulencia y la miseria, generadas por un modelo económico y político agotado.

Rojas explicó cómo la crisis económica abrió paso a la inestabilidad política, los golpes de Estado de 1992 y el ascenso de Hugo Chávez al poder tras vencer en la elección presidencial de 1998.  Chávez representó un nuevo caudillismo que renovó el mito igualitario gracias a su discurso mesiánico y vengador.

Para finalizar su reflexión el profesor explicó que si bien ha cedido la polarización política que prevaleció durante muchos años en el país, actualmente existe un empobrecimiento colectivo, corrupción y la opulencia de una minoría de la población; por lo que se preguntó si el país se encamina hacia escenarios similares a los de 1989.

Crédito: Gumilla Barquisimeto
Crédito: Gumilla Barquisimeto

Decisiones políticas para superar la desigualdad 

La reflexión en torno a las políticas públicas necesarias para superar la desigualdad correspondió al politólogo Piero Trepiccione, quien explicó que la desigualdad se supera a través de cuatro macropolíticas, que denominó las cuatro “p”. Estas son: 

  • La recuperación de la ruta del crecimiento económico.
  • La recuperación de los equilibrios macroeconómicos.
  • La recuperación de la confianza para el flujo de inversiones extranjeras.
  • La recuperación de la inversión pública

El politólogo explicó que las políticas públicas deben potenciar las ventajas competitivas del país en el ámbito de: agricultura, ganadería, agroindustria y turismo como palancas del desarrollo.

Por otra parte, destacó la necesidad de que se instaure un sistema de seguridad social que atienda verdaderamente las demandas poblacionales. 

Un punto central de la exposición de Trepiccione fue el tema de la corrupción, explicando: En Venezuela nadie le presta atención a la corrupción, que se nos fue de la agenda pública y de las percepciones de la gente. La sociedad, moralmente, tiene que sancionar a los corruptos, debe haber un cuestionamiento público”.

En el ámbito institucional abogó por la democratización de los partidos políticos, y preguntó a los presentes: “¿Por qué estoy hablando de los partidos en esta exposición sobre desigualdad? Porque nuestros partidos no son democráticos, así pregonen la democracia y participen en elecciones, sin partidos democráticos no podemos reinstitucionalizar al país”. Por esta razón destacó la necesidad de potenciar los espacios de participación política en el marco de la Constitución de 1999.

Trepiccione abogó por la restitución de los contrapesos determinados por la independencia de los poderes públicos, y un mínimo de institucionalidad. Además, para el politólogo es fundamental la reactivación de la descentralización y la vuelta a la territorialización de la inversión pública que, sin duda, facilitará el desarrollo de las regiones y contribuirá con la gobernabilidad del país.

Afirmó que el situado constitucional que era un mecanismo por excelencia para la distribución de recursos de los ingresos fiscales hasta los estados y municipios, hoy se ha convertido en una política discrecional.

Trepiccione explicó: 

¿Actualmente nos preguntamos por qué el gobierno perdió las elecciones regionales de noviembre en los llanos? Porque no hay inversión pública en las zonas rurales, sólo en las grandes urbes: en Barquisimeto, Caracas, Valencia hay un esfuerzo importante en recuperar las ciudades y sus espacios públicos, mientras las zonas rurales están totalmente abandonadas.

El profesor finalizó su exposición destacando la necesidad de trabajar a favor de un horizonte común que supone valores compartidos y de convivencia, sin los cuales resultará imposible enfrentar adecuadamente la desigualdad y la pobreza. 

Revista SIC. Acompañamiento y escucha 

En la parte final del foro, el director de la revista SIC Juan Salvador Pérez, realizó una reflexión sobre esta publicación en el marco de su aniversario 85: “Me interesa mucho escucharlos porque la redacción de una revista como SIC ejerce una función de acompañamiento, pero también de escucha desde una visión católica.” Expresó que la desigualdad es inmoral y está en abierta oposición al Evangelio, por lo que debemos trabajar para acortar la brecha de la desigualdad. Destacó que la desigualdad en la sociedad fue denunciada por el papa León XIII en su encíclica Rerum Novarum, en 1891, año en el que Marx también exponía su crítica al Programa de Gotha. 

Pérez indicó que: “Debemos tener una capacidad de respuesta ciudadana porque nos estamos quedando atrás…nos van quebrando como sociedad; sin electricidad, sin gas, sin salarios, sin pensiones y sin vivienda, por lo que seguirá creciendo la miseria”.

El director de la revista SIC se preguntó: “¿cuidado con pedir cosas que no estamos dispuestos a dar, cuidado si no estamos haciendo nosotros lo mismo?” Y explicó la formula cristiana para superar la desigualdad: la magnanimidad, la benevolencia y la comunicación con el otro.

 El ponente citó al filósofo cristiano francés Jacques Maritain, quien proponía asumir el rol cristiano sin complejos para convertirnos en factores de cambio. Maritain se refiere a la “democracia con el pueblo”, en la que el rol preponderante no es del mercado o del Estado, sino de la persona humana. Por ende, debemos estar atentos a no caer en la tentación de considerar a la desigualdad como un tema exclusivamente económico; superarla, implica asumir plenamente ese rol cristiano. 

Esto supone para Pérez que el acompañamiento permita que el otro tenga elementos para el análisis desde lo cristiano-católico; y también cuestionarnos sobre nuestro talante democrático y disposición al diálogo.

Las intervenciones de los asistentes estuvieron orientadas hacia el cuestionamiento del rol del Estado y los ciudadanos en la lucha contra la desigualdad, la necesidad de mejorar el acceso a la educación, así como también el rol de los jóvenes y de la sociedad civil en el proceso de cambio del país.

Las conclusiones del foro se enfocaron en lo que podemos hacer como sociedad: pensar y a la vez trabajar por el país que queremos, repolitizarnos, y saber escuchar al que piensa distinto. Estas reflexiones están en sintonía con lo que ha sido el llamado del Padre General, Arturo Sosa, s.j., con respecto a la misión de la obra: “construir puentes y mantener relaciones desde la esperanza”.

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