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Del Infinito al Cero

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Ing. Vladimir Salgado*

Anoche bajo el delirio de la fiebre tuve una pesadilla que me regresó a los años de estudiante en Moscú, cuando teníamos de profesor de teoría de Análisis Matemático, al profesor, miembro de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, Dr. Norkin, quien tenía un conocimiento infinito ante el cual los estudiantes nos volvíamos un cero por más que estudiáramos. Afortunadamente, teníamos una profesora de práctica quien “sólo” era doctora en Matemáticas, de manera que nos ayudaba a comprender de manera más sencilla el formidable conocimiento del profesor.

En aquellos tiempos estudiábamos las operaciones con los números decimales, es decir, dividías números entre otros. De manera que al operar 10/10=1, 7/7=1, y 0,5/0,5= 1. Al obtener este último resultado extraño le preguntamos a la doctora cómo se podía obtener 1 si sólo tenías 0,5. Ella respondió que era natural. Cualquier número dividido entre sí mismo da 1. Sin embargo, al percibir la incomprensión, no por el ruso, sino por los números ella explicó: “Si tienes 7 panes y se los das a 7 personas a cada uno le tocara uno; pero si sólo tienes medio pan sólo puedes repartir ese medio pan, si hay una persona que sólo quiere medio pan, pues obtiene exactamente lo que quiere 1 trozo de pan, de manera que la matemática es correcta. Sólo hay que hacer que la gente no quiera un pan; sino un trozo de pan.

Y así avanzamos, teniendo que al dividir 1/10 teníamos decimales, 1/100 centenas, 1/1000 milésimas. El uno se convertía en 1000 partes mágicamente. Dividías, pero en realidad era una multiplicación. Cuando dividías 1/∞ (infinito) obtenías un infinitesimal. Algo dividido en infinitas partes se convertía en un infinito de partes. De manera que llegamos al cálculo infinitesimal, es decir, como operar con esas partículas tan pequeñas, pero que son muchas como los átomos. Era la nada y el todo, como decía el profesor Norkin, el cero era igual al infinito. La verdad que no le entendía nada a ese ruso por su matemática infinitesimal.

Luego fuimos a la clase de Comunismo Científico (¡Tremendo nombre!) donde nos hablaron de la sabiduría infinita del pueblo. Preguntamos ¿cómo la suma de las ignorancias del pueblo podía dar una sabiduría infinita? Fácil. El cálculo infinitesimal. Sumas muchas partes pequeñitas y llegas al total, a la sabiduría infinita. El cero es igual al infinito.

Regresé con la doctora en Matemáticas y le pido que me explique eso. “El desierto” dice. “Sumas las pequeñas moticas de arenas y obtienes el desierto”. El desierto es como un cero porque no hay nada, pero a la vez es un todo infinito donde no hay nada. Eso es el Comunismo Científico. Entonces comenzamos a entender al Profesor Norkin, quien en realidad era un enemigo del comunismo y lo estaba desmoronando en plena perestroika dividiéndolo entre infinito.

De manera que uno toma una torta y la parte para 10 personas y a cada uno le toca  1 trozo; pero si vienen 100 personas la divides entre 100 y a cada uno le toca 1 trozo, y así siempre puedes dividirla y darle 1 al pueblo. No hay que hacer más tortas. Sólo dividirlas. Si haces la torta más pequeña también la puedes dividir siempre y darle a cada persona 1 trozo. De manera que sólo había que hacer que nadie tuviera nada; y que todos tuvieran todo. Calculo infinitesimal, polvo de torta.

Entonces en la clase de Comunismo Científico fue que entendí lo del cero y el infinito. Cuando todos tienen todo, nadie tiene nada, y cuando nadie tiene nada, todos tienen todo, todo lo que hay: Un cero, que a la vez es el infinito de lo producido. Esa es la justicia infinitesimal del socialismo.

Además, también comprendí porque el señor Jesucristo no dividió los panes como hubiera hecho un comunista; sino que los multiplicó, como buen productor, y así alcanzo un buen trozo para cada uno.

Ya en mi pesadilla, apareció un autobús rojo. El chofer gordo se arregló el bigote y me gritó: “patria o muerte, camarada”. El infinito de la patria era igual al cero de la muerte, siguiendo con sus cálculos infinitesimales.

Me desperté y estaba en Venezuela donde le iban a quitar 6 ceros a la moneda. Entonces me acordé del Profesor Norkin, y de un loco que hablaba del polvo cósmico. Pulverizados por la sabiduría infinita del pueblo como suma de sus ignorancias.

*Asesor Empresarial

 

Fuente: https://vs1511.wordpress.com/

 

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