Por Gonzalo Oliveros
Cada dia que pasa, aun con la esperanza de un cambio en Venezuela, los nacionales de ese país siguen llegando a Colombia. Esa circunstancia, en beneficio de este país y también de quienes llegan, obliga a tomar decisiones.
No nos cansamos de afirmar que quienes de Venezuela salen, lo hacen exclusivamente con ánimo de trabajo. Así de simple. Pero, lamentablemente, la velocidad de quienes llegan no va a la par de quienes deben decidir, no obstante su buena voluntad.
Si los venezolanos estuviéremos en la Comunidad Andina de Naciones, la sola cédula de identidad venezolana, nos permitiría llegar a Colombia y trabajar en este país. Pero no estamos en élla y por ende carecemos de esa ventaja, en nuestro perjuicio y el de Colombia.
En efecto, hemos afirmado desde Asovenezuela y hoy reiteramos, que un trabajador en condición migratoria irregular perjudica a Colombia y a su fuerza de trabajo. Nos convertimos así en competencia desleal, que impide contratarnos o lo facilita por menor remuneración que al nacional. Es menester resolver esa situación.
El problema migratorio venezolano es de carácter político. Allá y aquí. En Venezuela lo resolverán los venezolanos con la ayuda internacional. En Colombia deben hacerlo los colombianos con ayuda internacional, inclusive de quienes el problema creamos. Nosotros, los venezolanos.
Las velocidades de ambas soluciones, sin embargo, distintas son.
Colombia, adoptando decisiones expeditas puede facilitar el acceso de los venezolanos al mercado de trabajo. Basta que mediante decisión política que, seguramente al cesar la usurpación será replicada en Venezuela, pudiera permitir el acceso de nacionales venezolanos a territorio colombiano solo con la presentación de la cédula. Oportunamente allá se haría lo conducente en beneficio del nacional colombiano.
Quien con la cédula de identidad venezolana ingrese y pretenda trabajar, debe inscribirse en un registro especial que permita determinar identificación y habilidades, otorgando a tal efecto la respectiva constancia que serviría como instrumento para solicitar trabajo válidamente, accediendo así a la seguridad social.
Colombia no puede permitirse el lujo de tener personas mendigando por carecer de documentación para trabajar.
Un país para progresar requiere de gente dispuesta a éllo. Quien aquí llegue o viene de turista o a producir. Para lo último es menester adoptar, de manera urgente, decisiones.