Hildamar Toro Álvarez
Miguel González García, sdb: un visionario y misionero prestado por Papá Dios 1927-2014
Lo conocí ya mayor, pasado los 70 años, y de él- por sus escritos, muchos no suscritos como suyos; comencé a descubrir el pensamiento de un hombre de iglesia visionario.
Las imágenes de pre-Concilio Vaticano II, lo revelaban como “misionero de sotana”, y posterior -me refiero, al “misionero con guayabera y Cruz en el pecho”, como el mismo sacerdote peregrino y… visionario, a la luz de ese complejo – fin de siglo XX y convulsionado inicio del XXI.
Las guayaberas, esa especie de camisa holgada en tamaño y blindada con cuatro bolsillos, las tenías, amarillas- por ser el color preferido al asociarlo a su rol fundacional de ser copartícipe de esa propuesta ADS; también se las vi azulitas, blancas y verdes. Posteriormente me di cuenta de que, sus hermanas de ADS, de cada viaje se las traían y obsequiaban…de una manera fraterna.
Los inicios del padre Miguel, para conseguir apoyo a la obra, fueron duros, como lo han sido los inicios de todos los fundadores.
Los más cercanos, siempre se asustan ante tanto arrojo e innovación, pero luego – un luego tampoco fácil – ante la docilidad al Espíritu Santo, y a la obediencia a sus superiores, atendieron y le dejaron continuar. Así su obra, que será sopesada con mayor ahínco con el paso del tiempo, al estudiar su camino- dará mayores indicios de lo positivo, durante el recorrido por tres continentes -hasta su muerte.
Porque ADS trata de eso que gustan llamar de Voluntariado Social, visto desde la acción de la persona adulta o con criterios para tomar decisiones que involucren el bienestar de terceros.
ADS no trata de movimiento social alguno, ni de intenciones filantrópicas en su cimientos, aunque reconocemos que a su paso favorece las actitudes de “otros”, en esto. ADS – que es un movimiento espiritual trabaja con un “Voluntariado adulto” y capaz de movilizar ENERGÍAS… movilidad en las relaciones de base, que sin ser netamente comunidades eclesiales, son, potenciales “pesebres” para el nacimiento del niño Dios; traducido en transformaciones de vida…