J. Hernández.
En días recientes y cada vez con mayor frecuencia e intensidad, noticias de saqueos, intentos de saqueos y disturbios recorren el país. Sectores políticos y periodistas parecen salivar al reportar la creciente tensión social producida por un gobierno que se niega a gobernar. La escasez, la inflación y muy particularmente las colas donde miles de venezolanos diariamente socializan sus pesares por los factores mencionados son una bomba de tiempo. Por otra parte, es necesario hacer ciertas distinciones en los motivos que pueden estar detonando una explosión social en las próximas semanas: en cada multitud hay, ante la manifiesta incapacidad de las autoridades, decenas de “vivos” atentos a la más mínima posibilidad de desorden para arremeter contra los bienes ajenos tanto de particulares como de negocios de diferente naturaleza. No es sólo hambre, es la viveza criolla y esa tenue línea que la separa del delito común.
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