¿Tiene claro usted lo que tiene qué hacer?
Aymara Lorenzo
No hay ningún adjetivo generoso para calificar lo que ocurre en la política en Venezuela, que sin duda marcará nuestro destino en lo inmediato y con consecuencias que no podrán revertirse. Cuando me refiero a que no hay calificativo generoso es porque cualquiera de esos que pueda pasarles por sus cabezas no puedo decirlos aquí.
Fuimos testigos en las elecciones regionales, del comportamiento de los poderes del Estado. Presumíamos que iba a ser de esa forma, pero aun así otorgamos el beneficio de la duda, porque está en el talante de los venezolanos ser demócratas. Vemos cómo se desmorona lo que hasta ahora había sido el bloque opositor, que aglutinó a todos los actores políticos, que piensan diferente a lo que queda del chavismo y a las nuevas tribus en el poder.
El gobierno tiene ahora abierto el paso, con una facilidad inoportuna sobre la fachada de las elecciones, para remontar su cuestionada credibilidad, justo en el momento en que más lo necesita. El fin: lograr el auxilio financiero que se ha visto bloqueado, entre otras razones, por las irrefutables violaciones a los derechos humanos durante cuatro años del presidente Nicolás Maduro en el poder.
Es injusto decir que el gobierno logró el objetivo de fracturar a la MUD, aunque sí le “echó una ayudaíta”. Luego de los crudos meses de protesta, de los que existe la convicción en buena parte de los venezolanos de que la oposición desestimó las manifestaciones de calle. Así se infiere sobre las evidencias de los actores políticos. Lo que sí logró el régimen, fue obligar a que buena parte de la población, apartara su interés en torno a los asuntos políticos para entregarse al vía crucis que significan las largas colas para comprar comida, o ir en procesión buscando medicinas de las que dependen sus vidas.
La atención de los ciudadanos al desempeño de los políticos en el ejercicio de la política quedó desplazada a un segundo plano. Con ella también la exigencia de que estos cumplan con el mandato que se les otorgó, a unos por la vía del voto, como ocurrió en las elecciones de la Asamblea Nacional de 2015, y a otros con el reconocimiento en calidad de líderes locales, regionales y nacionales identificados con partidos políticos y organizaciones con ese fin.
Posiblemente lo que ha ocurrido en la segunda semana posterior a las elecciones regionales sea olvidado en un par de meses, en los que se prevén las elecciones de alcaldes. Incluso más aún hacia el año que viene cuando comience claramente a definirse el contexto electoral presidencial. Buena parte de los políticos de la oposición estará ocupada en lograr un reacomodo que le permita aspirar a una cuota de poder en función de las próximas convocatorias electorales. Les parecerá simplista esta reflexión, pero los hechos del pasado sientan bases suficientes para pensar así.
Y se preguntarán entonces cuándo tendrán solución todos los problemas que nos agobian: la falta de alimentos, de medicinas, de seguridad, buena educación, aspiración a un mejor futuro, por solo mencionar algunos, con un gobierno que no muestra el menor atisbo de reconocer los graves errores hacia los que ha conducido al país. Insiste en sostener un modelo económico sustentado en una supuesta ideología que ha sabido desarrollar eficientemente para su propósito: mantenerse en el poder a costa de lo que sea.
Cada uno desde su espacio, estamos llamados a cumplir con nuestra parte. Y no me refiero a quienes se han labrado una carrera política pública con cargos de elección popular o siendo reconocidos como líderes vinculados a partidos político. Hablo de cada uno de nosotros en calidad de ciudadanos, como hijos, padres, alumnos, profesores, obreros, empleados, empresarios, médicos, enfermeros, periodistas, activistas de derechos humanos, y todos y cada uno de quienes somos las fuerzas vivas de Venezuela. Porque pareciera que, en esta época, casi a dos meses para que termine 2017, buena parte de los actores políticos perdió el foco de su propósito en la sociedad venezolana. Y como ciudadanos es nuestro deber y nuestro derecho asumir el liderazgo pertinente para recordarles cuál es su rol en este momento que estamos viviendo.
Fuente: https://www.venepress.com/article/Cumplir_con_su_parte1509134514265