Comunicado.
La crisis provocada a nivel mundial por la pandemia del coronavirus (COVID-19), afecta profundamente la salud física y psicológica de los ciudadanos. El importante número de personas afectadas y la pérdida de vidas a nivel mundial generan un gran malestar individual, estados de sufrimiento y miedos colectivos. Su impacto se agrava en el contexto de la Emergencia Humanitaria Compleja que actualmente padece Venezuela. El profundo deterioro del sistema de salud, de la seguridad alimentaria, la precariedad en el acceso a los servicios de agua, electricidad, gas, gasolina, aseo, transporte; la hiperinflación y el desempleo, entre otros problemas que confronta la gran mayoría de la población, constituyen factores que agudizan sus síntomas y reducen considerablemente las posibilidades de prevención, atención, contención, así como el tratamiento individual y colectivo.
La magnitud y urgencia de este desafío, constituye un compromiso ético con la población venezolana que nos demanda situarnos al lado de la gente, en el manejo adecuado de esta pandemia. Es fundamental establecer acciones preventivas que disminuyan su impacto, que posibiliten la organización y participación de múltiples instancias, sectores y de equipos capacitados, requiriéndose además estructurar exigentes protocolos de actuación e intervención clínica, formas de apoyo y coordinación de acciones de control y mitigación de sus consecuencias.
Esta urgente, difícil y prolongada tarea, demanda sobre todo la actuación de profesionales en el campo de la salud y otras especialidades, pero también la creación de redes y alianzas interinstitucionales que permitan el acompañamiento y seguimiento a distintos sectores de la población, en particular a los sectores más vulnerables antes, durante y después del paso del COVID-19 por nuestro país.
A las exigencias de dotación de equipos y materiales de bioseguridad, necesarios para la protección de todos los trabajadores de la salud, particularmente de aquellos que se encuentran en la primera línea de acción al momento de atender a los ciudadanos y de quienes de forma indirecta se exponen a la enfermedad, así como a los ciudadanos que reciben atención médica, se suma la importancia de que se evalúen los efectos de retraumatización, tiempos de exposición sin reposo, la aplicación de los protocolos de intervención utilizados en un contexto de confinamiento; el manejo de las crisis y control del miedo como una de las emociones predominantes, el desconcierto y la incertidumbre provocada por la expansión acelerada del coronavirus, agregándose a las tensiones derivadas de las condiciones sanitarias de precariedad y el profundo impacto psicosocial generado por el prolongado conflicto y polarización vivido en Venezuela durante los últimos años.
Estas condiciones y las limitaciones del contexto, nos exigen como profesionales de la salud dar prioridad al esfuerzo mancomunado para la atención humanitaria, poniéndonos al servicio del país y de su habitantes.
Frente a este desafío, la Federación de Psicólogos de Venezuela, los Colegios de Psicólogos de los Estados: Anzoátegui, Barinas, Carabobo, Distrito Capital, Miranda, Portuguesa, Táchira y Trujillo, de las Escuelas, Institutos, Departamentos de Psicología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Universidad Rafael Urdaneta (URU), Universidad Metropolitana (UNIMET), Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), Universidad de los Andes (ULA), la Red de Apoyo Psicológico y los postgrados en el área, acuerdan:
- Promover el concurso de todos los profesionales de la salud y otras áreas afines para establecer, organizar y ejecutar las acciones de prevención, atención, contención y seguimiento del impacto del coronavirus (COVID-19) en la población.
- Exhortar a los profesionales y estudiantes de psicología del país a ponerse a la disposición -a través de sus instituciones académicas, profesionales o gremiales- para brindar iniciativas de acompañamiento y apoyo psicológico que alivien y protejan la salud mental y psico-emocional de la población en riesgo, tomando en cuenta sus posibilidades y recursos.
- Instar a los diferentes actores y sectores políticos de la sociedad venezolana, a trabajar de manera conjunta a través de la conformación de equipos multidisciplinarios capacitados en emergencia sanitaria y comunicación, que ofrezcan atención, información confiable y garanticen las condiciones de seguridad y protección requeridas en este complejo contexto.
- Acelerar la puesta en práctica del ofrecimiento de apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quienes han expresado su preocupación por las condiciones de vulnerabilidad que padece la población venezolana frente al riesgo de expansión del coronavirus.
- Implementar mecanismos de monitoreo donde participen; las autoridades nacionales, instituciones nacionales y organismos internacionales, que garanticen la distribución y manejo transparente de los recursos técnicos y financieros dirigidos a toda la población sin discriminación alguna, y la defensa irrestricta de los derechos humanos en esta situación de emergencia.
La crisis humanitaria que padece nuestro país; exige a los profesionales de la salud, a otros especialistas, trabajadores del sector y a la ciudadanía en general unir esfuerzos para enfrentar esta pandemia.
Estamos seguro que saldremos adelante con grandes aprendizajes, tal como ha ocurrido en otras situaciones de emergencia que ha vivido nuestro país.
Venezuela, 1 de abril 2020.