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Conversiones empresariales: las cooperativas de trabajo asociado

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Foto: archivo WEB.

Por Eduardo Matute A. | @edmatute.

La economía venezolana acumula en los últimos seis años una caída abismal del PIB cercana al 60%, en un cuadro de escasez que no solo afecta a las empresas por la ausencia de insumos, materias primas y bienes de capital importados, sino a la población en general que hoy dedica buena parte de su tiempo de vida a la búsqueda de bienes esenciales para la subsistencia.

La ausencia de gasolina, los bajos precios petroleros y los efectos económicos de la pandemia provocada por el COVID-19, auguran un escenario de decrecimiento calculado en que por cada trimestre de paralización económica el PIB se contraería entre 8 y 10 puntos porcentuales¹ sin que se vislumbre una voluntad política decisiva para diseñar e implementar un programa económico integral, que atienda los desequilibrios macroeconómicos, las profundas distorsiones de los precios relativos y la disfuncionalidad de instituciones que mantienen la economía en un estado de caos.

La situación caótica presentada debe estimular, además de los procesos de transición política anunciados, aún no implementados, a la búsqueda de alternativas que en el plano de la microeconomía permitan conservar la permanencia de empleos mediante pactos entre patronos y empleados, en lo que aún queda de empresas formales en el país.

En otros países, la creciente crisis, originada por la ola expansiva de la pandemia, está llevando a la presentación de alternativas de salvamento a pequeñas y medianas empresas en serias dificultades que pueden obligar su cierre, contribuyendo a la creciente cifra de pérdidas de empleo e inversiones. Una de estas alternativas es la conversión de empresas de capital a empresas cooperativas con acuerdos entre los patrones, accionistas y trabajadores, que posibilita armar paquetes de financiamiento, entrenamiento y disminución de costos fiscales, que posibilitan el salvamento de las empresas en situaciones críticas.

La Confederación de Cooperativas de Trabajo Asociado (COCETA)² lidera en España esta alternativa. Tiene en su haber la experiencia de más de 1500 empresas transformadas de sociedades anónimas a sociedades cooperativas, en 5 años a partir de la crisis financiera del 2008. Su experiencia está siendo base para la actual propuesta y adelantada en Reino Unido, Dinamarca y Polonia bajo el proyecto Savings Job (Salvando empleos).

En Colombia, la Confederación de Cooperativas de Colombia, ha propuesto una propuesta similar. Este país se encuentra sufriendo un golpe fuerte por la pandemia. La crisis derivada del COVID-19 está impactando de manera severa a las personas, a las empresas y a la vida social y económica. Las micro, pequeñas y medianas están en alto riesgo. El cierre transitorio de la mayoría de ellas significa pocas ventas ante costos fijos. Se está hablando de más de 1.7 millones de empresas y de 7 millones de empleos.

Para Confecoop³, “es la oportunidad para que aquellos empresarios en dificultades insalvables piensen en la transformación en cooperativa, en forma conjunta, con sus empleados y trabajadores con quienes han compartido años de trabajo y en la que han construido sólidos vínculos de confianza y solidaridad. Y, en un acuerdo cooperativo entre todos los asociados, encontrar las formas de reconocer a los propietarios el aporte especial que realizan, sin renunciar al principio democrático base de las cooperativas que se expresa en la fórmula: ‘un asociado, un voto’”.

En Costa Rica, es el Instituto Oficial de Apoyo a las Cooperativas, el INFOCOOP⁴, quien ha adelantado la propuesta, ha instado a “los empleadores a organizar a sus trabajadores en riesgo de desempleo a optar por el modelo cooperativo y, eventualmente, considerar después su contratación en una o varias fases de la cadena de valor del negocio”.

Además de las posibilidades de armar paquetes de salvamento, hay que considerar las ventajas particulares que genera esta conversión:

Para el propietario o familias propietarias, la transferencia de la empresa a los trabajadores es una garantía para la viabilidad de la actividad económica y el empleo, máxime si además el propietario era el fundador de la actividad, con lo que se añade un elemento emocional no despreciable.

La transición puede ser gradual y suave, con consecuencias que pueden preverse. En este sentido, la empresa puede preservar su historia e identidad.

Los empleados están familiarizados con su empresa. La conocen más que cualquier inversionista externo y, además, tienen la motivación de conservar sus puestos de trabajo.

La comunicación con los bancos, proveedores y clientes no se interrumpe.

El desarrollo y el crecimiento no se deslocalizan, se mantienen en el territorio, se contribuye a la no desertización económica e industrial.

A la hora de realizar la conversión, existen principalmente, dos alternativas de organización legal:

  1. Transmitir o ceder a una entidad de nueva creación constituida por los trabajadores el conjunto de bienes y derechos afectos a la actividad empresarial o alguna de sus unidades productivas para su explotación (a través de la cesión, venta o arrendamiento de empresa, cesión global de activo y pasivo, incluso escisión o segregación de la sociedad), es decir, una sucesión de empresa desde el punto de vista objetivo (transmisión indirecta o a través de la constitución de una nueva sociedad);
  2. Transmitir la sociedad mercantil que explota la empresa a los empleados, a través de la adquisición de la mayoría de las acciones o participaciones sociales (transmisión directa o a través el control de la sociedad) que puede después, o al mismo tiempo, transformarse en otro tipo social que se adapte mejor a la nueva situación, incluyendo la posibilidad de una empresa holding con participación accionaria de la nueva cooperativa.

Para los venezolanos, en las actuales circunstancias, es indudable que la frase acuñada por el Maestro Simón Rodríguez en su libro Sociedades Americanas, “o inventamos o erramos”, es de primordial significado. Esta propuesta es una alternativa innovadora.

Notas:

  1. PNUD: El impacto económico del COVID-19 en Venezuela: la urgencia del financiamiento externo, de Daniel Barráez y Ana María Chirinos-Leáñez
  2. Coceta: www.coceta.es
  3. Confecoop: confecoop.coop
  4. Infocoop: www.infocoop.go.cr
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