Jesús María Aguirre
Nuestros jóvenes universitarios repetían las consignas rebotadas por los medios estudiantiles de California, París y México:
Prohibido prohibir, La imaginación al poder, La cultura es la inversión de la vida, Seamos realistas: pidamos lo imposible, La acción no debe ser una reacción sino una creación, En los exámenes responde con preguntas, La insolencia es una de las mayores armas revolucionarias…
Todos ellos eran tachados de pequeños burgueses, si no se sumaban al cambio estructural de la sociedad por la lucha armada y hasta los comunistas venezolanos se ven increpados.
- A partir de la invasión de Praga por las tropas soviéticas, el PCV se fracciona, y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, envuelto en una fuerte discusión por lo improductivo de la lucha guerrillera, sufre tres fuertes escisiones. El MIR propiamente dicho, encabezado por Domingo Alberto Rangel, renuncia a las armas y se integra al proceso democrático. El grupo de Carlos Betancourtfundará el Partido Bandera Roja en 1970, decidiendo actuar en el campo. Y el grupo de Jorge Rodríguez y Carlos Escalona fundan la Organización de Revolucionarios (OR), con su fachada legal denominada como Liga Socialista, preferirán la guerrilla urbana.
- Mientras los comeflores, los hippies y cuanto floripondio pasaba por las aulas universitarias, recitaban las consignas culturales, la guerrilla se armaba con kalasnikov y preparaba bombas en los recintos universitarios, amparado en la autonomía.
- El proceso de pacificación impulsado por el gobierno de Rafael Caldera terminó con las guerrillas más formalizadas, que se debatieron durante una década contra el gobierno, aunque resurgieran esporádicamente algunos focos, rápidamente reprimidos.
- Los exguerrilleros y sus sucesores, hoy en el poder, siguen evocando y honrando la lucha armada y violenta del pasado (secuestros de personas y aviones, asesinatos de policías y militares, bombas…) y se rasgan las vestiduras por las guarimbas estudiantiles (cables, basura y escudos de cartón) y las protestas juveniles.
- ¿Será porque hoy hay menos hambre, pobreza, corrupción y opresión que en 1968 y mueren menos niños en los hospitales y ancianatos, o simplemente porque los encaramados han prohibido protestar por las injusticias flagrantes de esta tiranía?
Algo huele a podrido. La hediondez invade el país. La historia no los absolverá.