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Conflicto en Venezuela en el contexto continental parte II

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II parte de la entrevista que el Lic. Ronquillo le realizo a Armando Chaguaceda realizada el pasado 9 de junio

Víctor Ronquillo –  Claro, hay un tema que es evidente y que salta, digamos, a la vista está polarización de posesiones, esta confrontación tan agria que se vive en este conflicto. ¿Cuál es la razón? Desde tu punto de vista.

Armando Chaguaceda –  Mira, ese diagnóstico de tanto repetirse se ha instalado y yo creo que ahora no es exactamente correspondiente con la realidad, Te voy a explicar. Chávez, en la época de su mayor pico electoral, tuvo sesenta y tanto por ciento de apoyo, lo cual es importante. Chávez resignificó a un sector de la población de origen popular, mestizo, excluido… que sentía que ese presidente lo representaba simbólicamente o por la vía de las políticas sociales, es decir, en el pico de popularidad. Siempre hubo también un porciento importante que lo adversó por las causas que fueran. Dentro de estos dos bloques hay distinciones de clases un tanto complicadas, pues junto al gran sector popular que apoyó al Chavismo pronto apareció una llamada boliburguesía que se benefició de los contratos al calor de la renta petrolera. Cosa que en México sabemos muy bien lo que significa, cuando el Estado controla el petróleo.

Y en el caso de la oposición efectivamente hay sectores altos y medios, pero también sectores de origen popular o por ubicación geográfica -de algunas regiones del país- que adversaron al gobierno, en fin. Pero si vemos ahora lo que pasa todas las encuestas te dicen que alrededor del ochenta por ciento de la población adversa al actual gobierno. Eso no quiere decir que ese ochenta por ciento sea opositor en el sentido de aprobar a la oposición como opción política alternativa; hay un sector muy importante, grande, que es de la oposición. Pero hay un sector que es lo que se llama el chavismo descontento que ve que Maduro no ha sido un líder de la altura de Chávez, que se han agudizado los problemas de las políticas públicas, incluso que han empeorado los indicadores sociales.  Imagínate que cuando Chávez cuando arriba al poder se cuestionaba como era posible que en Venezuela hubiese un cincuenta y cinco por ciento de pobreza -en algunos lugares se manejó hasta ochenta, pero cincuenta y cinco es la cifra más aceptada-, pero hoy en Venezuela estamos sobre un ochenta por ciento de pobreza. Si a eso le sumas que ha pasado un periodo de bonanza petrolera récord, con ingresos récord uno se pregunta ¿qué parte de eso se invirtió en planes sociales con poco sustento, mal planificados, ¿qué sirvió para clientelismo? Estamos hablando de más de un millón de millones de dólares ¿recuerdas el derroche y la fiesta petrolera con López Portillo? El cual repartió, pero también malgastó. Ese elemento de los Estados rentistas y populistas, independientemente de su signo ideológico. 

Entonces hoy no es factible hablar de polarización cuando hay aproximadamente un ochenta por ciento de la población versus un quince, veinte por ciento, máximo veinticinco que apoya el actual gobierno. Estamos en presencia de un gobierno aferrado al poder con el recurso de los mecanismos de coacción, ante todo de los militares. Por ejemplo, hay dos elementos que siempre salen en la mitología común de un sector de la izquierda: el golpe del imperialismo y los militares. Y comparan Venezuela actual con el Chile de Allende. No es Chile si analizamos fríamente los elementos ¿Por qué? Porque contra Chile Estados Unidos vendió sus reservas de cobre para desplomar los precios en el mercado mundial y le hizo una operación directa, probada, conocida, a través de la CIA, de sabotaje económico. Estados Unidos no ha dejado de comprarle petróleo a Venezuela y las estadísticas están. Es más, Venezuela ha jugado en la política interna de Estados Unidos de manera sorprendente: acaba de salir una investigación donde CITGO, que es la red de refinerías venezolanas en Estados Unidos, apoyó con un donativo a Trump, no sé si sabías ese dato.

Víctor Ronquillo –  No, no. ¡Es impresionante!

Armando Chaguaceda –  Sí, es impresionante. Si tú sigues incluso la retórica de los primeros meses de Maduro, frente a la asunción de Trump, ves que es una retórica cauta pero no de ataque a este personaje impresentable por demás.

Insisto que hay que discutir los temas manidos. Primero, que no hay una polarización en el sentido que pudo haberla antes. Segundo, que el tema del imperialismo hay que complejizarlo porque el imperialismo existe en todas las grandes potencias, pero bueno ¿qué hace en Venezuela China? ¿Qué hace Rusia? No sé si sabes, por ejemplo, que con China está vendido petróleo a futuro y está comprometido con base a deuda, a dinero que está gastado o perdido, que ya no está. Lo otro es el rol de los militares: para que haya un golpe de Estado tienen que conspirar las fuerzas armadas contra el poder civil. Y la fuerza armada venezolana es EL poder, ha recibido unos presupuestos militares récord en la historia del país, tienen acceso a bienes y servicios básicos, manejan negocios de la economía. Es decir: están en el poder, no tendrían por qué dar un golpe de Estado si ellos son ya el poder.

Víctor Ronquillo – Claro, Armando hay un tema que es fundamental y tú lo has mencionado en términos de lo que nos importa mucho en la Universidad Iberoamericana y aquí en esta estación de radio. El lema de esta estación de radio en esta etapa de nuestra vida es “futuros posibles” y construimos la esperanza. Y de alguna manera en esa construcción de la esperanza nos preguntamos en este momento, en esta entrevista ¿cuál es el camino para la paz? ¿Es posible la paz en Venezuela?

Armando Chaguaceda –  Es posible, aunque es difícil. Porque hay un gobierno cuyos últimos pasos, con la Asamblea Nacional Constituyente, que apunta a suplantar la constitución bolivariana de Chávez. Paradójicamente, una constitución post neoliberal que incluye de los derechos indígenas, derechos humanos de tercera y cuarta generación, mecanismo de democracia participativa. Es decir, todas las causas que acá en México abrazaría la izquierda, esa constitución las incluye. Pero además reconoce el pluralismo político, la legalidad de la oposición etc. Ahora esta constituyente, tal y como está planteada, suprimiría eso y haría una constitución más entre tipo soviética y tipo fascista, corporativa.

Entonces, es muy difícil avanzar con un gobierno que ha decidido patear la mesa en ese sentido. Pero la oposición ha decidido entre otras cosas -y podemos hasta desconfiar de la virtud de la oposición, pero pensemos que hace una elección racional porque no tiene las armas- usar el derecho a la protesta como protestan todas las ciudadanías de América Latina. Y ha decidido defender la constitución del chavismo, porque es democrática. Y en la situación actual con esa constitución democrática pudo llegar a la Asamblea Nacional. O sea, la gran paradoja hoy es que los herederos del chavismo en el poder están queriendo suplantar el corazón del legado de Chávez -que es la constitución- y los opositores del chavismo están tratando de defender esa constitución porque les permite existir políticamente. A ellos, a la sociedad y a la república venezolana. Hay que poner mucha atención también a un sector del chavismo, personas que fueron funcionarios, personas incluso que fueron combatientes con él en los dos alzamientos del 92, que están diciendo ahora: “no, esto no es el legado de Chávez, está no es la democracia participativa y protagónica… hay que ir a un diálogo, no a la constituyente… hay que ir a un entendimiento nacional por la vía de que hay que recuperar las elecciones, normalizar los poderes públicos, que no haya un bloqueo al parlamento y que el parlamento reconozca al ejecutivo, facilitar un diálogo nacional con muchos actores.” Si ello será posible lo dirán las próximas semanas, pero es deseable para América Latina que esto se resuelva.

Aquí estamos hablando en la Universidad Iberoamericana, que tiene sus pares jesuitas en Venezuela: la Universidad Católica Andrés Bello, el Centro Gumilla entre otros. Formados por personas que fueron impulsores de esa constitución bolivariana, de los derechos que están reconocidos ahí y pioneros del trabajo de base. Gente que no son de derecha, porque tendríamos que discutir entonces toda la historia de las ideas y las prácticas políticas. Y la Ibero tiene una gran oportunidad, por su prestigio ganado en México en la defensa de causas de derechos humanos, a toda prueba. Aquí nació “Yo soy 132”, aquí se han acompañado las denuncias por Ayotzinapa y por las violaciones terribles de derechos humanos. La Universidad Iberoamericana, por su compromiso con los derechos humanos, con las causas sociales, por haber sido protagonista de momentos emblemáticos de la historia de este país, de nuestra democratización fallida e inconclusa; puede hacer mucho para ayudar a la paz y la solidaridad necesarias en Venezuela. Y a esclarecer mediante el debate informado, en el seno de nuestra propia sociedad y academias mexicanas, sobre lo que allí sucede.

Víctor Ronquillo –  Eso es, Armando. Pues de verdad que te agradecemos mucho tu presencia, te agradecemos mucho tus reflexiones. Y como lo has dicho, la Universidad Iberoamericana se compromete en favor de las causas sociales, genera un espacio de reflexión y obviamente intenta aportar mucho a favor de la paz.

Muchas gracias Armando.

Armando Chaguaceda – Gracias a ustedes.

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