«Bien conozco los designios que abrigo sobre ustedes, son designios de paz, no de desgracia; de darles un porvenir cuajado de esperanza» (Jr. 29,11)
La Iglesia tiene un solo sentir ante la defensa de la dignidad del hombre, el respeto y la custodia de sus derechos universales, fundamentalmente la vida, la libertad y la justicia, es por ello que los Obispos de México nos solidarizamos y clamamos a una sola voz con nuestros hermanos Obispos de Venezuela, que denuncian y lamentan el deterioro de la vida democrática en su país.
Sabemos la situación dramática y de extrema gravedad, que vive su pueblo, por el deterioro del respeto a sus derechos y de su calidad de vida, sumido en una creciente pobreza, sintiendo no tener a quien acudir (Cfr. Exhortaciones del Episcopado Venezolano: 9 y 22 de enero del 2019, nn. 2 y 3 respectivamente).
Mucha sangre se ha derramado ya por la defensa de sus libertades. Alabamos su esmerado servicio a la reconciliación de su sociedad, y su voz profética clamando por el justo bienestar para su pueblo, y urgiendo “asumir el clamor popular de un cambio, de una concertación para una transición esperada y buscada por la inmensa mayoría” (Ibid. nn. 2 y 4, respectivamente).
Como hermanos en Cristo y miembros de una sola familia, la Iglesia, en primer lugar, queremos manifestarles nuestra cercanía en la oración ya que ella nos sostiene en nuestras fatigas y dificultades; segundo, queremos solidarizarnos en la caridad ofreciendo, oportunamente, de parte de nuestras comunidades católicas el apoyo para sus necesidades.
Rogamos al Señor sostenga, bendiga y acompañe a su amada patria, pedimos la intercesión de Santa María de Guadalupe, Emperatriz de América, para la pronta restauración de su clima social, y para que en Cristo nuestra Paz el pueblo venezolano tenga una vida digna.
+ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
y Presidente de la CEM
+ Alfonso G. Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey
Secretario General de la CEM
Ciudad de México a 30 de enero 2019