Desde horas de la madrugada del pasado Miércoles Santo, 12 de abril 2017, aparecieron en varios templos de la ciudad de San Cristóbal, algunos “graffitti” ofensivos y amenazadores contra los sacerdotes de la Diócesis de San Cristóbal. Escritos en la oscuridad de la noche reflejan la tenebrosa intención de quienes lo hicieron: sembrar confusión, miedo y provocar respuestas violentas. En atención a ello, expresamos lo siguiente:
- “La muralla es el papel del canalla”, suele decir el adagio popular. Por eso, quienes se han valido de los muros de nuestros templos para ofender y amenazar de muerte a nuestros sacerdotes, son personas con sórdidos intereses y sin valentía. Con ello no conseguirán sembrar miedo ni desesperanza en nuestros fieles y, mucho menos, en nuestros sacerdotes.
- Los sacerdotes de nuestra Diócesis de San Cristóbal no se amilanan ni sienten amedrentamiento ante esas inmorales amenazas. Al contrario, es una nueva oportunidad para reafirmar la configuración al Buen Pastor, quien da la vida por sus ovejas (cf. Jn 10,15).
- Invitamos a toda la feligresía y a los hermanos de buena voluntad a que, sin dejar de orar por los sacerdotes, reafirmen su cercanía y amistad hacia cada uno de ellos.
- Solicitamos de las autoridades correspondientes una seria investigación para conocer el origen cierto de dichos mensajes y la aplicación de las sanciones respectivas de acuerdo al ordenamiento jurídico vigente.
- Lamentamos este episodio. Quienes hicieron esos “graffitti”, pueden tener la seguridad de que los sacerdotes seguirán cumpliendo debidamente su ministerio, para el cual fueron consagrados, sin miedos ni vacilaciones. Entiendan que en el Táchira seguirá habiendo sacerdotes generosos y dispuestos al servicio del pueblo. Hacemos nuestras las palabras de San Pablo: “Este es nuestro ministerio, y como lo tenemos por gracia de Dios, no nos desanimamos” (2Cor 4,1)
- Que estos días de semana santa, podamos seguir profundizando en el misterio de la auténtica liberación, la del Cristo redentor quien con su muerte y resurrección nos da una vida nueva y llena de libertad. Para ello, contamos con la intercesión de María del Táchira, Nuestra señora de la Consolación.
Mario Moronta R.
Obispo de San Cristóbal