Por Héctor Briceño
¿Qué es una elección democrática? ¿Cómo podemos distinguir una elección democrática de una que no lo es? ¿Existe un umbral, una línea divisoria, entre una elección democrática y una no democrática?
La respuesta normativa es sí. Una elección democrática es aquella que permite y refleja fielmente la libre decisión de los ciudadanos, siguiendo los principios elementales del sufragio universal y la igualdad política. Esto quiere decir que todos los ciudadanos deben tener derecho a participar y que el poder de cada uno sobre la decisión debe ser igual al de los demás, más allá de restricciones como: umbral de edad, condena judicial que conlleve suspensión de los derechos políticos, salud mental, entre otras. La consigna “un hombre, un voto, de igual peso” sintetiza estos principios. Adicionalmente, el voto debe ser directo y secreto.
Y al contrario. Las elecciones no democráticas son aquellas que obstaculizan, enturbian y tuercen la voluntad de la ciudadanía. Cuando la competencia electoral diametralmente es desigual, las reglas privilegian a unos en detrimento de otros o las autoridades actúan de forma parcializada. Cuando a unos electores se les hace más difícil participar o los procedimientos electorales no son transparentes. Cuando se le niega sistemáticamente la participación a un grupo de ciudadanos, sea como candidatos o como electores. Cuando los recursos para difundir los mensajes políticos de los candidatos son diametralmente distintos. Cuando se alteran los resultados.
Las formas y estrategias de las elecciones no democráticas son casi infinitas.
Una elección democrática es un complejo mecanismo compuesto por múltiples engranajes en un delicado balance. Una elección democrática no es un simple procedimiento. No es un evento que sucede un solo día durante unas horas. No se limita a la asistencia de los ciudadanos a las urnas electorales.
Recetas para una elección democrática
Para que una elección sea considerada democrática, debe cumplir una serie de requisitos y estándares de calidad e integridad en cada fase del proceso, a saber: antes, durante y posterior al día de la votación. Elecciones democráticas son entonces una compleja concatenación de procesos que involucra múltiples actores: partidos, candidatos, organismo electoral, tribunal electoral, organismos de seguridad, observadores, medios de comunicación y por supuesto, electores. En el caso venezolano también están involucrados directamente el poder legislativo y la Contraloría General de la República. Por ello, esa línea normativa divisoria definida como elecciones democráticas, puede tener diferentes colores, grosores y formas. No hay una única combinación de ingredientes que garantice un resultado democrático. Cada receta puede tener su propia sazón.
Así, las elecciones pueden contar con organismos electorales de diferente composición. Rectores provenientes de la sociedad civil, de partidos políticos o un mixto intermedio. También la votación puede realizarse a través de máquinas para el conteo y recuento de los votos, o hacerlo a través de los tradicionales sistemas manuales. El sistema electoral puede variar de país a país. Mayoritario, proporcional, segunda vuelta, etc. Lo importante es que cada proceso sea en sí mismo transparente y que esté alineado con los principios rectores: permitir y reflejar en iguales condiciones la libre decisión de todos los ciudadanos.
Concebir las elecciones como un proceso concatenado implica analizar cada uno de los eslabones de la cadena electoral, considerar sus vulnerabilidades específicas, para luego ponderarlos en un juicio global: ¿son las elecciones democráticas? Y de ser así ¿qué tan democráticas son las elecciones?
El concepto de proceso o ciclo electoral desarrollado por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) identifica 11 eslabones principales asociados a tres momentos (antes, durante, después de las elecciones):
- Antes: PRE ELECTORAL
1. Organismos electorales
2. Marco jurídico
3. Planificación e implementación de las elecciones
4. Formación, capacitación y educación electoral
5. Registro de electores
6. Registro de partidos y candidatos
7. Financiamiento de campaña
8. Campaña electoral
• Día de la votación: ELECTORAL
9. Votaciones y jornada electoral
• Después de la votación: POST ELECTORAL
10. Verificación de los resultados
11. Auditoría y balance de las elecciones
Para comprender el carácter democrático de una elección, es necesario preguntarse para cada uno de estos componentes del ciclo electoral si se cumplen los principios de libertad e igualdad política que orientan la democracia y distinguir entre las acciones desarrolladas por los actores políticos con el fin de torcer la voluntad popular en favor de los intereses propios y fallas menores (como por ejemplo errores humanos o malas prácticas administrativas) que inciden en la calidad del proceso sin que signifique que las elecciones dejan de ser democráticas (Electoral Maladministration).
Para realizar una evaluación individual del sistema electoral hemos desarrollado una herramienta (el Barómetro Electoral Ciudadano) que permite, a cada ciudadano, medir el carácter democrático del sistema electoral venezolano. (Consulte la herramienta de análisis del ciclo electoral desarrollada por IDEA Internacional)
Una elección democrática no es un proceso aislado e independiente del sistema político. Por ello demanda un contexto democrático, condiciones mínimas más allá de la elección: Libertad de expresión, de asociación, de movimiento y reunión. Diversidad de fuentes de información. Separación de poderes. Por mencionar solo algunas.
Cuando un gobierno utiliza los poderes públicos para inhabilitar candidatos opositores, o aprovecha las políticas sociales como mecanismos de coacción o los medios de comunicación públicos no son de accesibles, la calidad de las elecciones disminuye para acercarse a la franja divisoria entre elecciones democráticas y no democráticas.
Finalmente, las elecciones democráticas pueden también distinguirse por sus resultados. Las elecciones democráticas ayudan a las sociedades a enfrentar unidas los retos del desarrollo. Mejoran la gobernabilidad y disminuyen la posibilidad de que se desaten conflictos sociales.