Mary Carmen Rivas G
Los niños expuestos a los hechos de conflictividad social pueden mostrar distintas conductas que van desde la pasividad y el silencio, hasta la conducta agresiva, pasando por intranquilidad, temores múltiples, trastornos del sueño, aferrarse a sus padres o cuidadores, llanto frecuente, irritabilidad, dolores de barriga o cabeza, reaparición de conductas ya superadas como hacerse pipí en la cama, chupar dedo, entre otras. La intensidad de sus reacciones va a guardar mucha relación con el modo como sus padres y cuidadores se manejen en medio de la crisis.
Ante esto, estas “Recomendaciones” a los padres y cuidadores pueden serles de utilidad:
- “Mantenga la calma”. Los niños son muy perceptivos y captan nuestra ansiedad. La actitud tranquila de sus padres, adultos que le rodean o cuidadores les hacen sentirse más seguros y estaremos más prestos a atender sus necesidades.
- “Evite hacer como si nada estuviera ocurriendo”. Los niños son perceptivos e inteligentes y se dan cuenta de que las cosas no están normales. Cuando se dan cuenta de que sus padres o adultos evitan hablar del tema o le ocultan algo, ya no les sentirán confiables, se sentirán confundidos, se preocuparan y podrían imaginar cosas peores. Si usted no le habla a sus hijos se enterarán por otras personas y de peor forma.
- “Dígales la verdad” Responda todas sus preguntas y dudas de modo sencillo, evitando detalles innecesarios que puedan generarles más angustia.
- “Evite que vea imágenes violentas y esté presente durante las confrontaciones”. Llévelo a una habitación alejándolo de sitios de la casa donde pueda ver y escuchar los hechos, coloque el televisor con alguna película adecuada a su edad y acompáñelo.
- “Mantenga sus rutinas y normas habituales tanto como le sea posible”, (horas de comer, dormir, hacer tareas, ver tv, jugar, bañarse etc.), eso les dará sensación de seguridad y les tranquilizará. Sin embargo, procure ser flexible en momentos como cuando al niño le cuesta concentrarse en las tareas, dormir a la hora, permanecer más tiempo cerca de usted o quiera dormir con sus padres.
- “Manténgase cerca de los niños”, hable con ellos, no los ignore mientras usted está concentrado en las redes o noticias, abrácelos. Nuestra presencia y el contacto físico nos permite estar atentos a sus reacciones y a los niños les hace sentirse amados y “a salvo” en medio de las confrontaciones o crisis.
- “Permítales y ayúdeles a expresar lo que sienten”, no sólo hablando sino pintando o jugando. No cuestione o critique sus reacciones o sentimientos frente a los momentos de crisis o tensión. Hágales saber qué hay situaciones en las que sentir miedo, rabia o tristeza es normal, y que a usted también le ha pasado.
- “Realice con ellos actividades” como jugar, cantar, dibujar, pasear en un lugar seguro u orar contándole a Dios sus preocupaciones y sus deseos.
En los momentos de conflictividad y violencia social los padres son el mejor soporte de seguridad física y emocional de los niños, présteles atención, acompáñelos y compréndalos