Yorelis J. Acosta*
En 1961 Bronfenbrenner propone la hipótesis de la imagen en espejo para referirse a las percepciones mutuas de dos grupos en conflicto. La idea fundamental es que los grupos se perciben de manera positiva ellos mismos; mientras que los otros se perciben como enemigos o de manera negativa. Esto se hizo evidente en el análisis de las relaciones entre la Unión Soviética y Estados Unidos; cuando los miembros de cada país dijeron que ellos eran pacíficos y libres, mientras que los otros eran agresivos, ilusos y explosivos.
La hipótesis de la imagen en espejo fue probada también por diferentes autores y contextos; uno de ellos Colombia-Venezuela en una investigación realizada a finales de los años 70 por los psicólogos Gerardo Marín, de Colombia, y José Miguel Salazar, de Venezuela. Nuestros países, con rasgos culturales e históricos en común, así como problemas compartidos, no han estado exentos de diferencias y tensiones que se proyectan también entre los ciudadanos, sus percepciones y comportamientos.
Las percepciones están, además, vinculadas a los estereotipos, a la identidad, a la construcción del sentimiento nacional e identificación con una nación, a la formación de autoconceptos y autoestima colectiva, al establecimiento de relaciones sociales, a la pertenencia a grupos, vínculos sociales y emprendimientos.
Justo en el marco de diferencias en la demarcación de límites entre ambos países, Marín y Salazar decidieron conducir una investigación que buscaba conocer las autodefiniciones nacionales de colombianos y venezolanos, así como las percepciones de los conciudadanos. Para ello tomaron una muestra de características similares, 218 estudiantes de Bogotá y 211 de Caracas; y utilizaron un cuestionario que solicitaba: 1) escribir cinco rasgos que caracterizaran su propia nacionalidad y la otra; 2) evaluar en una escala de siete puntos (diferencial semántico), cinco atributos dicotómicos: bueno-malo, deseable-indeseable, amados-odiados, agradables-desagradables, atractivos-no atractivos sobre ambas nacionalidades.
Los resultados de Marín y Salazar (1977) en la primera parte de la investigación arrojaron lo siguiente:
AUTOPERCEPCION COLOMBIANOS | AUTOPERCEPCION VENEZOLANOS |
Perezosos | Perezosos |
Alegres | Alegres |
Agradables | Agradables |
Inteligentes | Buenos |
Trabajadores | Irresponsables |
Buenos | Machista |
PERCEPCION VENEZOLANOS (por colombianos) | PERCEPCION COLOMBIANOS (por venezolanos) |
Engreídos | Ladrones |
Incultos | Cultos |
Desagradables | Alegres |
Alegres | Desagradables |
Ricos | Tradicionales |
Nacionalistas | Hipócritas |
Los resultados reforzaron la hipótesis de la imagen en espejo. Ambos grupos se autoevaluaron de manera positiva, a excepción del adjetivo flojo que también comparten; y evaluaron la otra nacionalidad en términos negativos respondiendo a estereotipos.
Casi cuarenta años después, Nelson Molina, de la Universidad del Valle de Cali-Colombia y quien escribe, Yorelis Acosta, de la Universidad Central de Venezuela, nos propusimos replicar la investigación sobre percepciones colombo-venezolanas, muy pertinente de cara al actual “conflicto” desarrollado en nuestras fronteras. En esta oportunidad, ampliamos la muestra e incluimos personas fuera del ámbito universitario. La muestra quedó conformada por 353 personas de Colombia y 400 de Venezuela. Los resultados principales son los siguientes:
AUTOPERCEPCION COLOMBIANOS | AUTOPERCEPCION VENEZOLANOS |
Alegres | Alegres |
Amables | Amables |
Trabajadores | Perezosos |
Emprendedores | Trabajadores |
Perezosos | Bellos |
PERCEPCION VENEZOLANOS (por colombianos) | PERCEPCION COLOMBIANOS (por venezolanos) |
Chavistas | Educados |
Alegres | Amables |
Perezosos | Trabajadores |
Rasgos del país: petróleo, bellezas | Alegres |
Los resultados de esta investigación apuntan a un cambio en nuestra autopercepción, movilizándose hacia lo positivo, indican que tenemos una mayor autoestima colectiva y se rechaza la hipótesis de la imagen en espejo; en consecuencia han mejorado las percepciones entre nuestros países, muy especialmente la definición realizada por los venezolanos en relación a los colombianos. Por otra parte, hay rasgos comunes:
- Compartimos atributos que nos definen como similares y cercanos, lo cual tiene efectos positivos en la identificación con el endogrupo nacional (entre colombianos) y exogrupo (venezolanos) y viceversa, lo que genera más confianza y cohesión.
- Ambos grupos sobrevaloran los rasgos socioafectivos en detrimento de los rasgos de competitividad.
- Los rasgos relativos a la gente y sus características de personalidad, sean positivos o negativos, son más importantes que los atributos de competencia.
- En la muestra colombiana, se aprecia claro predominio de mayor optimismo y mejor valoración nacional.
Así que nos sentimos más cerca que en ningún otro momento histórico…