Por La Nación
Los efectos de la migración venezolana en el sistema de salud de Colombia son vistos con cada vez más preocupación por el vecino país, a tal punto que el gobierno espera un incremento de la demanda de servicios de 5.000.000 de personas, de las cuales se estima a 1.408.055 venezolanos, de los cuales 742.000 son residentes legales, y 3.400.000 personas que ingresaron y salieron de territorio neogranadino, en el primer semestre, con la Tarjeta de Movilidad Fronteriza.
De acuerdo con un reportaje de la revista Semana apunta que de mantenerse el crecimiento de migrantes y la demanda de servicios, Colombia tendrá que destinar más de 1,2 billones de pesos anuales -aproximadamente 350 millones de dólares- solo para atender la salud de estas personas, y casi 4 billones -aproximadamente 1.160 millones de dólares- para educación y otros servicios sociales.
Por ejemplo, ante brotes de Difteria y Sarampión en la frontera con Venezuela, el gobierno colombiano administró 1.157.000 vacunas a ciudadanos venezolanos, a un costo de 16.000 millones de pesos, aproximadamente 4.600.000 dólares, en un plan que abarcó a las regiones del Norte de Santander, Santander, La Guajira, Arauca, Cesar, Magdalena, Atlántico y Antioquia, Bogotá y Cartagena.
La nota indica que los hospitales colombianos de toda la zona fronteriza se mantienen colapsados de manera permanente ante la demanda creciente de atención por parte de venezolanos, no solo migrantes, sino residentes del país que buscan al otro lado de la línea fronteriza la atención médica que no brinda el Estado venezolano.
La situación se complica, porque al éxodo de venezolanos se suma el retorno de ciudadanos colombianos residentes en Venezuela, aventados por la crisis económica, que se estima en unas 500.000 personas en los primeros seis meses del año.
La sobre demanda causada por la llegada de venezolanos se está haciendo notar en centros de salud de grandes ciudades neogranadinas, como Bogotá, Cartagena, Bucaramanga y Medellín.