Por Jesús María Aguirre, s.j.
Los gritos de una mujer en el metro de Antímano “asesinos, putos, ladrones”, después de esperar una hora a que abrieran las puertas a primera hora de la mañana (18-01-2018), los he asociado con una carta de Liliana Durán dirigido a Claudio y con los filmes de nuestro cineasta Chalbaud.
Como se sabe Román Chalbaud es el autor del film “El pez que fuma”, donde el prostíbulo representa simbólicamente un país corrupto. Este texto de Liliana Durán Torreyes para Soluciones Venezuela, me parece que serviría, hoy, para realizar la segunda parte corregida y aumentada de “El pez que fuma 2”:
“Un país con negocios cerrados, empresas y propiedades expropiadas, políticos en el exterior, criminales, malandros, prostitutas (la prostitución es todo un tema en este país: están las “ricas” y las de la calle, las “ricas” se han ido) sueltos y televisiones encendidas, no va para ninguna parte, créame”.
Según el mismo Chalbaud en una entrevista, haciendo eco de Chaplin, declara que “uno no vive lo suficiente para dejar de ser un aficionado”. Pero, a mi parecer, cuando se trata de la destrucción de un país seis años ya es demasiado, a no ser que esperemos otro “Caracazo”, que daría pie para un segunda parte de otro film “Caracazo 2”.
Si como Hegel dice en alguna parte que la historia se repite dos veces: primero como tragedia y después como farsa”, estas segundas partes prometen ser incluso mejores.
Los locos y las histéricas jugarían un gran papel como premonitores de otra asonada.