El día de ayer, ha sido canonizado el cura Brochero, un párroco rural de la provincia y diócesis de Córdoba (Argentina) que vivió en la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del XX (1840-1914). Se distinguió por su carácter civilizador y por el sentido participativo de sus obras, y por tanto por su capacidad de movilización, desde la recia espiritualidad de los Ejercicios. Todo lo que hizo brotó de su capacidad de estar en la realidad y de medirse por ella y de hacer que dé sí. Y, personalmente, de no dejarse llevar por filias ni fobias ni por afán de poder y menos de tener sino cuidar de sus feligreses en el sentido más integral de la palabra desde su entrega al Señor. Este perfil lo sacamos del análisis de sus cartas, que publicó la conferencia episcopal argentina.