Oscar Bastidas-Delgado
Bajo las Nubes de Calder de nuestra Aula Magna, apreciamos Brundibar, ópera infantil originalmente con música de Hans Krása y libreto en checo Adolf Hoffmeister. Opera rescatada en Alemania en 1985. Esta presentación en el marco del Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de Víctimas del Holocausto. Una versión distinta realizada en La Plata puede observarse en el link https://www.youtube.com/watch?v=JMUncTW-_HM
La palabra «holocausto» proviene del griego, es compuesta de las palabras “completamente” y “quemado”; desde el siglo XVI la expresión holocaust en inglés. Luego el genocidio perpetrado por los nazis Churchill usó esa expresión en referencia al genocidio armenio en Turquía. Existe una controversia acerca de si la aplicación del holocausto provino de una decisión concreta de Hitler en 1941 lo cierto es que Adolf Eichmann en 1961, confesó que en Wannsee (1942): “se estudiaron con rigor los [más efectivos] métodos para exterminar a todo el pueblo judío que vivía en Europa” y la consecuencia real fue el genocidio sistemático de dos tercios de unos nueve millones de judíos residentes en Europa a los que los nazis sumaron millones de polacos, homosexuales, gitanos, discapacitados, comunistas, militantes de otros sectores de la izquierda política, presos de guerra soviéticos y ciudadanos de otras nacionalidades. Más de once millones de asesinados. Un millón de niños.
Quien esto escribe visitó el Campo de Terezín cerca de Praga y el de Auschwitz-Birkenau en Polonia a 43 kilómetros de Cracovia, complejo éste integrado por tres grandes unidades principales y 39 campos subalternos fundado en mayo de 1940 como campo de trabajo por disposición de Himmler. Impresionantes las cobijas hechas con cabello humano y los libros forrados con piel de judíos con certificados de médicos soviéticos; impresionan también las cámaras de gas; en visita posterior a un liceo cooperativo cercano a Varsovia, quien esto escribe comprendió porqué los potenciales muertos entraban con cierta confianza a esas salas: el baño del liceo era una gran sala con regaderas a lo largo de sendos tubos de agua colocados en paralelo en el techo; en esa sala estudiantes y visitantes tomaban duchas colectivas, ¡claro!, los potenciales muertos esperaban agua no los gases de ese régimen asesino.
Brundibar se presenta en momentos de avances de fuerzas retrogradas con obvios perfiles fascistas en Europa y otros lares en coincidencia con gobiernos totalitarios y militaristas como el iraní y el venezolano empeñados en ocultar esa masacre humana, descontextualizándola a propósito para, por contraste, inflar su supuesta amistad con el pueblo palestino. ver https://www.youtube.com/watch?v=wtOBQoGaC44
En esa avanzada mencionada de las fuerzas neonazis en algunos espacios del planeta, se observó recientemente otro “olvido”, por primera vez en décadas, el comunicado de la Casa Blanca sobre el Holocausto, no mencionó a los judíos sino a “víctimas, supervivientes y héroes”; no fue un descuido, Sean Spicer, jefe de Gabinete de la Casa Blanca, dejó claro que se trata de una nueva política, política coincidente con la de ciertos “revolucionarios radicales” que violan sinagogas.
Definitivamente cada genocidio o ataque a los Derechos Humanos debe verse en su contexto; desde el Holocausto, pasando por los otros genocidios mencionados, hasta las violaciones a los más elementales derechos de los presos políticos como los que se observan en “La Tumba” y las celdas de Ramo Verde de la Venezuela actual, deben recordarse siempre. Malditos los gobiernos genocidas y los autoritarios que llevan el germen del militarismo en sus estructuras: ¡Prohibido olvidar!