El papa emérito Benedicto XVI, primer papa que renuncia al cargo en siete siglos, confiesa sus tormentos como pontífice, sus preocupaciones y noches insomnes, así como su enfrentamiento con un “lobby” gay que pretendía el poder, en un libro entrevista que lanzará el próximo septiembre.
Jesús María Aguirre
El pasado martes, 29 de junio, el papa Francisco celebró el 65º aniversario de la ordenación de Benedicto XVI, una ceremonia inusual a la que asistió buena parte de la jerarquía de la Santa Sede, entre ellos numerosos cardenales y monseñores de la Curia Romana. Próximamente aparecerá un nuevo libro de entrevistas con el título “Conversaciones finales”.
Benedicto XVI en ‘Time’
Con el título “Conversaciones finales”, el libro será publicado en varios idiomas y tendrá la forma de una extensa entrevista con el periodista alemán Peter Seewald, con el que ha colaborado para otros libros, informa Andes.
Según una anticipación publicada por el diario italiano Corriere della Sera, que ha adquirido los derechos y publicará extractos en septiembre, Benedicto XVI hace un balance de sus controvertidos ocho años de pontificado, una gestión marcada por numerosos escándalos, entre ellos por los abusos sexuales de algunos curas y la corrupción que sacudía las finanzas del Vaticano.
El retirado papa alemán, de 89 años, conocido por ser un refinado intelectual y teólogo, hace un recorrido de su vida desde la juventud bajo el nazismo, pasando por el descubrimiento de su vocación, hasta su amistad con Juan Pablo II, del que fue el recio “guardián de la fe” como prefecto para la doctrina de la fe, el ex Santo Oficio.
Pero el tema que suscita más interés son sus confesiones más íntimas, ya que reconoce las noches pasadas en blanco, sin poder conciliar el sueño ante el peso del cargo, así como la existencia de una “lobby gay” dentro del Vaticano, formada por clérigos homosexuales que aspiraban a obtener cargos influyentes en la Curia Romana.
Según el papa emérito se trataba de 4 o 5 personas, un grupo que logró disolver, información que no había sido confirmada hasta ahora.
Joseph Ratzinger reconoce también su falta de firmeza para gobernar una iglesia con 1200 millones de católicos, una de las mayores críticas que le lanzaron durante su pontificado y confiesa que tiene apuntes y anotaciones de todo lo que ocurrió.
Sin embargo, advierte que “destruirá” esos cuadernos, si bien considera que sería un manjar único para todo historiador.
El pasado martes, el papa Francisco celebró el 65º aniversario de la ordenación de Benedicto XVI, una ceremonia inusual a la que asistió buena parte de la jerarquía de la Santa Sede, entre ellos numerosos cardenales y monseñores de la Curia Romana.
El papa emérito, que Francisco considera un “abuelo sabio”, parecía estar en buen estado físico y asistió sentado y vestido de blanco a la ceremonia presidida por el pontífice argentino.
Desde su renuncia el 28 de febrero del 2013, Benedicto XVI ha aparecido en público en contadas ocasiones y reside en un convento dentro el Vaticano, donde se dedica a orar y escribir.