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Ayuda humanitaria para Venezuela por los micrófonos líderes de CARACOL y RCN

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Foto: Archivo Web

Por Freddy Torrealba

Este es un país donde la radio informativa no es un falso eslogan para captar oyentes incautos y lograr plusvalía publicitaria. Ello desde luego cuando se le sabe emplear oportuna y adecuadamente su inmenso potencial para informar primero que los otros medios de comunicación, entre estos los actuales digitales.  La clave para que sea una potencia en periodismo radial radica en la alta inversión económica de sus propietarios y un profundo conocimiento teórico-práctico de este género periodístico.

El sábado 23 de febrero de 2019 otra vez se puso a prueba esa virtud de la radio colombiana cuando CARACOL y RCN se batieron durante la transmisión del operativo de ayuda humanitaria para Venezuela. Una jornada informativa que comenzó desde casi un mes atrás cuando el dirigente opositor venezolano Juan Guaidó se declaró Presidente interino de Venezuela. Desde entonces desarrollaron sendos operativos periodísticos con los hechos día a día y sus protagonistas.

La cobertura de este acontecimiento se cumple de una manera integral con despliegue necesario de recursos humanos, técnicos y logísticos. El trabajo de una noticia de esta magnitud no es casual, sino que responde a un calculado y pensado plan de comienzo a fin. En esta labor han concurrido la actividad de los corresponsales fijos en la zona complementado con el envío de al menos tres reporteros o enviados especiales por emisora a la frontera colombo-venezolana.

Llama la atención también la puesta en práctica de los tres tipos de actualidad periodística en radio: inmediata, sostenida y prolongada. Esa es la garantía de una constante información fresca, veraz y oportuna alejada del atrasado periodismo reflejo.

Resalta igualmente el uso de la variedad de formatos periodísticos desde la objetiva noticia, el reporte, el comentario, la opinión, la entrevista y el resumen a manera de recordatorio, cada uno empleado sucesivamente según la marcha de la situación y las necesidades informativas. Ello para mantener el foco de atención del oyente con un tratamiento interesante y agradable de la noticia. De esa forma se combinan la objetividad que describe la rigurosa realidad y la subjetividad con el análisis y reflexión del periodista.

Una vez arranca la movilización de los camiones (tracto mulas), con su cargamento de medicinas y alimentos, se inicia la fase más emocionante y peligrosa de este operativo periodístico. Lo que se oye en cada reporte son los sonidos ambientes con: el corneteo de los camiones, los gritos de los cientos de voluntarios, las breves entrevistas a los participantes, entre estas personalidades políticas, y finalmente el sonido de las detonaciones de los gases lacrimógenos, perdigones y los desesperados gritos de la masa de participantes en el traslado ante la bestial represión desatada por efectivos militares y colectivos armados de la tiranía madurista. Los micrófonos recogieron el dramático diálogo entre los voluntarios y los funcionarios poli-militares cuando les suplicaban que los dejaran pasar.

Cuando se transmite información en directo por radio se corre el riesgo de no disponer al momento de todos los elementos de la noticia. El proceso no se puede detener y entonces se hace con los que se tengan a la mano que pueden ser dos o tres. Recordemos además que lo que está sucediendo no necesita de confirmación de una fuente. Lo reafirma otra vez en esta transmisión de Caracol y RCN. Sus reporteros reseñaban lo que apreciaban fugazmente al instante lo cual no admite largas esperas como ocurre con el periódico. Es la mejor prueba del mejor periodismo temporal que es costumbre cotidiana en ambas estaciones.

Necesario decir que hoy la radio más que nunca esta urgida de la actualidad y actualizaciones en el frente del periodismo. Igual vale para los otros medios digitales como la multimedia y las redes sociales. Si no se actualiza la información no se tiene vida. Es la mejor lección que nos enseña la radio colombiana.

Por CARACOL destaca la labor en vivo del periodista Eduardo Galeano, quien narró el momento en que los camiones con alimentos y medicinas son quemados. Un relato radiofónico preñado de mucha emocionalidad y temporalidad como lo planteaba el norteamericano Edward R. Murrow, el inventor del periodismo radial durante la Segunda Guerra Mundial. Lo hizo con las precisas frases: “La ayuda arde en llamas en estos momentos. Una inmensa bola de humo se levanta hacia el cielo en la frontera con Ureña”.  Las más certeras por su poder descriptivo que requiere el periodismo por radio.

Tras la brutal represión uno de los primeros dirigentes políticos venezolano abordado por CARACOL es Juan Guaidó. Éste en las primeras de cambio, en medio del fragor de la violencia desatada por la GN venezolana y los colectivos, anuncia unas elecciones en Venezuela. Con entera libertad la periodista le hacía ver que el régimen, encabezado por Nicolás Maduro, demostraba tener el control de la situación. Es la mejor muestra de un periodismo no complaciente, aunque pueda resultar molesto.

Luego la información del servicio de Inmigración de Colombia sobre la deserción de unos 60 militares a las filas de la oposición venezolana y el informe médico que daba cuenta de unos 285 heridos.

Estamos ante una lección del ejercicio del periodismo temporal, libre y democrático solo posible en una sociedad abierta como la colombiana. Un periodismo que establece las fronteras entre noticia, opinión y propaganda. La negación de esa horrible pesadilla totalitaria anunciada por el checo Franz Kafka y revelada crudamente en la novela 1984 de George Orwell.

Fuente: Reporte Católico Laico 

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