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Avec y Fe y Alegría sólo exijen al Ministerio de Educación: igual trabajo igual salario

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Por qué no se nos trata como iguales…

Carmen Julia Paredes Contreras
U.E “San Francisco de Asís”, Fe y Alegría

El año pasado en Asamblea Nacional de Directores de AVEC (Asociación Venezolana de Educación Católica), celebrada en Caracas, con ocasión del cambio de su junta Directiva Nacional, la Vice Ministra de Educación Gisela Toro en su intervención ante la Asamblea mencionó: “son más las cosas que nos unen que las que nos desunen o separan”. El comentario generó algunos ruidos, unos un tanto escépticos y otros con una carga más esperanzadora, visualizando un panorama más optimista para las futuras relaciones con el Ministerio del Poder Popular para la Educación.

Creo que ninguno de los presentes en ese momento imaginó, después de escuchar esas palabras, que íbamos a estar un año más tarde en esta situación, elevando nuestras voces de protesta, al estilo de AVEC y Fe y Alegría, para que se nos trate de la misma forma que a cualquier docente del sector oficial, contratado directamente por el Estado venezolano. Lamentablemente en este momento no se nos está tratando como iguales ya que hemos tenido que salir a la palestra pública para hacer valer un derecho laboral fundamental: igual trabajo igual salario, haciendo uso de las palabras del actual Ministro de Educación Héctor Navarro.

En ocasiones se escuchan comentarios como: “los pagos fueron anticipados, puntuales, justos, cuando el profesor Aristóbulo Istúriz era Ministro”. Con Adán Chávez ni siquiera llegamos a contar como organización, no se pudo tener ni una sola entrevista personal con él. Y por supuesto es inevitable hacerse la pregunta ¿acaso el cumplimiento de las obligaciones del Estado dependen de la figura que esté de turno en el cargo y de la simpatía que haya por las organizaciones cuya gestión depende de ellos?

Será el Ministerio de Educación un desmemoriado…

Todos los años tenemos que “echar el cuento” al que llega al despacho ministerial para que conozca lo que hacemos, quiénes somos AVEC, Fe y Alegría y todos sus asociados; esta claro que darnos a conocer no es para nosotros el problema, todo lo contrario, es muy importante que otros estén enterados de la labor que realizamos. Lo triste es cuando la administración pública desconoce nuestra historia y nuestra trayectoria en el campo educativo, y se nos humilla y se nos trata como sujetos de tercera categoría, como si el trabajo que hacemos no tiene suficiente credibilidad en el país, ¿Es que acaso el ministerio de educación no lleva un registro de sus acciones, no lleva controles sobre los procesos que acompaña desde sus diversos ámbitos de actuación y no entrega cuentas sobre el uso de su presupuesto?

El Convenio…

Desde hace aproximadamente 18 años se firma el Convenio con el Ministerio de Educación anualmente y en muchas ocasiones toca presentarnos nuevamente como si fuera una organización que inicia su recorrido en el campo de la educación venezolana, tenemos un Convenio mayor de edad y nuestro “pater familias”, el Estado, no nos reconoce como adultos responsables y competentes; no se nos da la oportunidad de proponer parte de los términos de esa contratación. Anualmente hay que firmarlo, año a año hay que demostrar contablemente y con transparencia, como debe ser, el uso que se dio a esa asignación del recurso presupuestario, que en los últimos años, dicho sea de paso ha sido aprobado de manera deficitaria.
Por qué no se nos da un trato igualitario en este hecho, los docentes del Estado discuten su contratación colectiva, proponen cláusulas que vayan en beneficio de todos sus agremiados, discuten, llegan a puntos de consenso, por qué a AVEC se le da un trato tan distinto al mencionado, también nosotros somos una Asociación que persigue mejorar la calidad de vida de sus asociados y ello paso por tener unos salarios justos, unos beneficios realmente útiles que nos ayuden a mantenernos en los puestos de trabajo, dando lo mejor que tenemos sin dejar nuestra vida en las carreras que hay que dar todos los días para redondearnos un salario que nos permita vivir con dignidad. Hasta la fecha se ha demostrado que se ha hecho un buen uso del tesoro público desde AVEC y que la entrega de cuentas a tiempo y con claridad ha sido un elemento que nos ha caracterizado, entonces ¿por qué nos someten a todo este atropello?

Por qué no se nos trata como aliados, como una organización que persigue y comparte mis preocupaciones como estado, que comparte un mismo fin, el mismo horizonte: empoderar a los que han sido excluidos, contribuir en el logro de mayor calidad de vida, devolver la dignidad, favorecer el que se conviertan en verdaderos actores sociales, transformadores de su contexto, dar igualdad de oportunidades, asumirse como ciudadanos, hacer uso de la participación, promover la justicia, contribuir a conformar sujetos sociales porque se han descubierto en sus potencialidades individuales.

En el evangelio en una carta de Pablo a los Corintios se habla de que el cuerpo es uno y que todos los miembros que lo integran son vitales y se necesitan unos a otros, todos somos útiles e imprescindibles, con nuestro trabajo, con la labor que cumplimos todos los días, el estado descarga parte de sus deberes, pues atendemos aproximadamente siete mil estudiantes en los diversos centros educativos y ocupamos alrededor de 26 mil cargos de trabajo en el país. Así que no hay derecho para que se nos excluya y se nos maltrate en nuestra condición de ciudadanos útiles a esta patria de Bolívar, que ni un solo día hemos dejado de cumplir con nuestra labor, no hay derecho a que no se nos cancele un salario justo y a tiempo, es irónico, ser una organización que apuesta por los más pobres, esos que están allí donde se acaba el asfalto nos ha colocado en desventaja ante el resto de los empleados de la administración pública; ¿será que este es un país donde se castiga el buen cumplimiento del deber, la puesta en práctica de los derechos fundamentales de los principios éticos y nosotros no nos habíamos enterado?

Tendremos que seguir conminados a vivir entre el déficit presupuestario y los retardos de los compromisos salariales, ya son siete meses esperando un aumento del 40%, son años esperando porque unas jubilaciones se otorguen como un derecho y no como una “gracia” presidencial, cuántos meses se tendrán que esperar para el aumento del sueldo mínimo decretado este 1ro de mayo de 2008.

En el discurso siempre se nos maneja que quieren apoyarnos, pero no somos incluidos en el presupuesto ¡uno no lo entiende! Hace unos días el Presidente de la República cuando anunció la Compra de SIDOR, hablo de unos pasivos laborales que se tenía con los trabajadores de esa empresa y se comprometió públicamente, que aun, no habiendo recursos se tendría que solicitar un préstamo para cumplir con ellos ¡nadie se opone a eso! por el contrario uno se alegra cuando se pone en práctica la justicia, todos queremos que cada uno de los habitantes de este país tengan mejores condiciones salariales, parte de ello contribuye a la mejora de la calidad de vida. Sin embargo, también se mira con nostalgia el por qué no hemos corrido con esa suerte, por qué el Presidente de la República, que parece valorar el trabajo que hacemos, no ha hecho un anuncio de este tipo para que cobremos lo que por justicia nos hemos ganado, día a día desempeñando nuestro trabajo en las aulas de clase, en los diferentes espacios e instancias donde se lleva a cabo el acto educativo.

También llama poderosamente la atención que el tema de lo educativo, en estos tiempos en que el país se prepara a un proceso de elecciones de Gobernadores y Alcaldes, no sea importante, es el desaparecido de la escena política, Usted querido lector podría pensar, es que estos entes tienen otras competencias o materias: inseguridad, salubridad, la disposición de la basura, los cuerpos policiales, entre otros. Creo se debe insistir que parte de la solución a estos problemas está en la inversión que podemos hacer en materia educativa, ¿alguien en este gobierno realmente cree que la educación también es un acto político como lo diría Paulo Freire, no es cierto que desde la educación surge el modelo de sociedad que se quiere construir?

Por favor contribuyan con nosotros para que las palabras igualdad, justicia, unidad, educación, trabajo no se conviertan en expresiones vacías, huecas y sin sentido… Nosotros seguiremos luchando por nuestras reivindicaciones salariales hasta que seamos escuchados y se nos trate con igualdad, hasta que sea verdad esa expresión “son más las cosas que nos unen”, Venezuela es una y todos queremos vivir dignamente en ella, no somos limosneros, somos colegas de los miles y miles de docentes de este país.

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