Agencias / CORRESPONSALES EN EL VATICANO
El impresionante encuentro de representantes de todas las religiones en Asís como “peregrinos de la paz” incluyó a última hora de la mañana un discurso de Benedicto XVI sobre los “nuevos rostros de la violencia y la discordia” que predominan en nuestros días. El Papa se refirió al terrorismo fundamentalista y al tráfico de droga, con su secuela de degrado humano y violencia.
Antes del discurso del Papa, habló la profesora Julia Kristeva, representante de los no creyentes, una de las grandes novedades de este encuentro. Kristeva indicó que las palabras de Juan Pablo II -“No tengáis miedo”- no estaban dirigidas sólo a los creyentes, sino a todos, e incidió en la necesidad de buscar complicidades entre el humanismo cristiano y el que surgió del Iluminismo (Revolución Francesa). “Tras la shoah y el gulag, el humanismo tiene el deber de recordar a hombres y mujeres el pasado y el presente para construir el futuro”. La memoria, en su opinión, no sólo se refiere a los libros sagrados. “Para que el humanismo pueda desarrollarse y refundarse, ha llegado el momento de retomar los códigos morales del curso de la Historia, renovándolos a las nuevas situaciones.
El Santo Padre comenzó recordando el primer encuentro de todas las religiones en Asís, convocado por Juan Pablo II en 1986 durante un momento crítico de la Guerra Fría, y celebrando que “tres años después, el muro de Berlín cayó sin derramamiento de sangre”. Desde entonces, “los enormes arsenales que había tras el muro perdieron su capacidad de aterrorizar”, pero la situación en que hoy vivimos no es tampoco de paz, pues “el mundo está desafortunadamente lleno de discordia”.
El Papa destacó en primer lugar entre “los nuevos rostros de la violencia y la discordia” el terrorismo que manipula el sentimiento religioso para justificar “una crueldad despiadada”. Es un abuso al que hay que poner coto, y Benedicto XVI recordó que “los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir –y nosotros lo repetimos con vigor y gran firmeza- que ésta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción”.
Por desgracia, en el pasado, los cristianos han caído en ese error, y el Papa afirmó que “a este punto quisiera decir como cristiano: Sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un abuso de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza”.
Una segunda fuente de violencia en el mundo contemporáneo proviene de “la adoración de la Riqueza (Mammón en arameo), del tener y del poder, que se revela una anti-religión”, así como del tráfico de droga, con su secuela de degradación humana y de violencia que “se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra juventud en algunas partes del mundo”.
Benedicto XVI dirigió un saludo especial a un grupo que participa por primera vez en el encuentro de Asís: las personas sin religión alguna pero que “buscan la verdad, buscan al verdadero Dios, cuya imagen en las religiones, por el modo en que muchas veces se practican, queda frecuentemente oculta”.
“No hay lugar para la violencia o el terrorismo en la religión”. Las palabras de J. Seung, del budismo coreano, llamando a una “fratenidad” entre las religiones para alcanzar la paz fueron unas de las más aplaudidas durante la intervención de 15 representantes de las grandes religiones en Asís. Este año, con la novedosa presencia, entre los ponentes, de una representante de los no creyentes. Todos coincidieron en la urgencia de un compromiso firme por la paz entre todos los seguidores de Dios. “El mundo tiene necesidad de constructores de la paz a través de la fe”, como recalcó el secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias, Olav Fykse.
De la religión yoruba, habló Wande Abimbola, quien en nombre de las religiones de África entonó un canto por la paz. “Soy un portavoz de aquellos que me han enviado”. “Ha llegado el tiempo para los líderes de todas las religiones del mundo de tener un nuevo cuadro conceptual, para dar a las religiones indígenas el mismo trato que a las otras. No podemos tener paz en el mundo cuando no respetamos o despreciamos a nuestros vecinos”. “Todas las religiones son válidas y agradables al mismo Dios que nos ha creado”, apuntó, para concluir su parlamento con otro emotivo canto yoruba.
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