Rafael Uzcátegui
Según información de la BBC, hasta el pasado 5 de agosto la ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza ha ocasionado 1.800 palestinos y 67 israelíes muertos.
La difusión de las dramáticas consecuencias sobre la población civil ha generado el rechazo mundial de todas las personas de buena voluntad, incluso dentro del propio país. En Tel Aviv, 17 israelíes fueron arrestados tras haber participado en una manifestación de rechazo a la guerra, el 04 de agosto.
Algunas de las consignas de la movilización fueron “Judíos y árabes se niegan a ser enemigos”, lo que anida la esperanza en la posibilidad que los entendimientos entre la gente sobrepasen algún día los intereses de los Estados. Otra expresión de rechazo ocurrió en Inglaterra, donde un grupo de activistas de la red Acción Londinense por Palestina se encadenaron a las puertas de una fábrica de armas israelí con sede en Birmingham, ocupando el techo y desplegando pancartas. Entre las peticiones se escuchó “el cierre definitivo de la fábrica y el fin de todas las formas de comercio y cooperación militar con Israel”.
Esta petición de los ingleses tiene un fundamento profundo: El amplio desarrollo del sistema armamentista y tecnológico belicista desarrollado en Israel. Según cifras del Instituto para la Investigación de Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés), entre los años 2003 y 2013 Israel ocupa el onceavo lugar mundial en la lista de vendedores de armas, negociando un total de 5.807 millones de dólares.
Estados Unidos está de primero en el ranking (79.797 millones de $), seguido muy de cerca por Rusia (69.978 millones de $). Cuando se revisa con detalles las transacciones, quien ha negociado armas con el Estado israelí, aparece Venezuela como una de las compradoras.
En el año 2004 el país canceló 7.5 millones de dólares por 54 misiles Phyton para los aviones militares venezolanos. Esta compra no ha sido la única. Como refleja el SIPRI, en 1999 un Hugo Chávez recién entrado en el poder compró 40 misiles tierra-aire “Barak-I” por 20 millones de dólares a Israel, los cuales fueron entregados entre los años 2005 y 2006. Ese mismo 1999 se compraron 2 radares EL/M-2238 STAR por un monto no determinado, pero cuyo valor actual de mercado es de 14 millones de dólares. Ambos radares fueron entregados en el año 2002 e instalados en los barcos “Mariscal Sucre” y “Almirante Brión”.
El total de compras de armamento a Israel, durante los años de presidencia de Hugo Chávez, se remontarían a 55,5 millones de dólares. Honrando la vocación humanista, otras cosas hubieran sido más productivas con ese dinero. Por ejemplo, lo pagado a Israel hubiera alcanzado para construir 9.910 apartamentos de la Misión Vivienda. O se hubieran reforzado las políticas sociales destinadas a las comunidades originarias, dado que dicha cifra es 13 veces el presupuesto 2014 destinado al Ministerio de Pueblos Indígenas.
Las consignas inglesas también valen para Venezuela: La sociedad debe exigir no financiar más a los llamados “perros de la guerra” mundiales y detener la carrera armamentista endógena.