economist.- “En junio de 2006, Luiz Inácio Lula da Silva, entonces presidente de Brasil, fue a Itaboraí, un pueblo agrícola con sueño enclavado en las llanuras junto a la Bahía de Guanabara cumplen la cordillera de la costa. Anunció la construcción de Comperj-el Complejo Petroquímico de Río de Janeiro, una tarea faraónica de dos refinerías de petróleo y un puñado de plantas petroquímicas. Con las previsiones de 220.000 nuevos puestos de trabajo en una ciudad de 150.000 personas, Itaboraí adaptada para un boom.
Hoy en día es casi un pueblo fantasma. Su desordenada calle principal está junto a un centro comercial cerrado y está marcada por una veintena de bloques de pisos y torres de oficinas, una con un helipuerto en la azotea, todo terminó en los últimos meses y todo pegado con “venta” signos. “Mucha gente apuesta por este nuevo El Dorado en Itaboraí y que no sucedió”, dice Wagner Ventas de la unión de trabajadores de la construcción Comperj”….
Para seguir leyendo el artículo. Haz click aquí