Por Rafael Hernández | @jrhernandez381
Cuando nos acercamos a los planteamientos promovidos por el Plan País: el programa de acción y políticas que acompaña el proceso liderado por Juan Guaidó, nunca hacemos una diferenciación, nunca tratamos de hablar en concreto para los sectores populares y la (cada vez menos) clase media venezolana.
Qué cosas son, en concreto, esos asuntos importantes para los más pobres del país.
Muchas veces hemos leído entrevistas y artículos de personas que han participado en el Plan País. Algunos nos hablan de las cuestiones claves para combatir la hiperinflación, promover la inversión, elevar la competitividad del país, etc.
Pero, algunos de nuestros dirigentes, olvidan hablar desde y para las mayorías del país. No es que estemos intoxicados de madurismo, no es que hay que sacarlos por odiosos o feos.
Lo central del discurso para las mayorías debe de estar basado en que un tipo de visión del país, su economía, su organización social, y muchas otras cosas experimentadas en estos últimos veinte años ha fracasado. No lo han hecho bien. Lo han hecho… muy mal.
Tenemos menos trabajo, menos abastecimiento, no hay agua, no hay electricidad, qué desastre de los teléfonos, ni hablar del internet nacional. Las calles de Venezuela se vacían cuando comienza la oscuridad, por si nos asaltan, roban, violan o matan.
Cuál turismo va a venir a Venezuela para que los asalten, roben, sin los servicios básicos al turista: alquiler de carros, excursiones a distintos lugares, cómodos autobuses. Ni hablar de cómo ir de un lugar a otro con más de la mitad de los transportistas de las líneas que ya no están o se fueron de la actividad.
Un discurso para los sectores del campo, menos hectáreas sembradas, menos producción, sin agroisleña con una agropatria que no hace ni un pequeño porcentaje para los agricultores. Y la situación en las escuelas, convertidas día a día en una caricatura de lo que fue la educación venezolana, hasta Cuba fuimos a enseñarles de curriculum, de programas, de cómo acabar con el analfabetismo. No hablemos de los centros de salud, ni algodón, ni antibióticos, ni con qué coser una herida, ni seguridad en las instalaciones para los trabajadores de la salud.
Por eso, hay que llamar la atención. Lo que estamos viviendo ha llevado a cinco millones de compatriotas a irse, a promover vida y trabajo en muchos lugares del mundo y en muchos sitios, haciéndolo muy bien.
Una visión incorrecta nos ha llevado a un país que comienza a estar en las listas de los más pobres de América Latina, en la lista de los funcionarios más corrompidos del mundo, en las listas de las ciudades más violentas del mundo.
Y de eso tenemos hoy una esperanza, una propuesta, un Plan País, que promueve alternativas para la sociedad venezolana.
Alternativas para que tengamos una sociedad donde podamos vivir todos con esa alegría de los venezolanos que siempre nos caracterizó.