“Si no hay una visión estratégica para superar la pobreza, con una agenda de inclusión social”, el país “no va a ser viable”, advierte el sacerdote jesuita y director de la revista SIC. “La crisis está entretejiendo la cotidianidad”
Vanessa Davies
Al sacerdote jesuita, Alfredo Infante, no le contaron cómo son los barrios: es que él vive en uno de los tantos que forman el ADN de Caracas. Infante tampoco conoce por referencias lejanas lo que sucede en el país: es que todos los días lo observa, lo sufre o lo goza (porque en la Venezuela de 2016 conviven el espacio para la alegría y para el drama). “Hay mucho descontento. Hay mucha gente que es chavista y está profundamente descontenta, aunque, sin duda alguna, también hay mucha gente que sigue allí. Es que la crisis invadió tu cotidianidad”, subraya Infante en conversación con Contrapunto.
“Nos levantamos, vamos al baño y nos conseguimos con la falta de la crema dental, el agua hedionda, el papel, el jabón. Vas a la cocina a desayunar… sales al trabajo y, si tienes un carro, no pudiste comprar la batería… La crisis está entretejiendo la cotidianidad”, describe.
-¿Habíamos tenido otro momento así en el país?
-Vivido por mí, no. Esta es una crisis que te llega por todos lados. Cualquier cosa que vas a hacer tiene que ver con algo que está en crisis. No hay espacio de la vida que no esté atravesado por la lanza de la crisis. Eso genera mucho descontento.
Pero al mismo tiempo la población insiste en la búsqueda de vías pacíficas para salir del atolladero, y así lo ratifica Infante. “Los medios que sean constitucionales, la gente va a movilizarse en función de ellos”, como lo hizo el 6 de diciembre de 2015 para las elecciones parlamentarias, observa el sacerdote jesuita.
Corredor humanitario temporal
Como director de la histórica revista SIC (editada por el Centro Gumilla), Infante se enfrenta a la tarea de interpretar el día a día y de no hacerle concesiones a ninguno de los sectores en pugna. De hecho, el titular de la más reciente edición de SIC -la del mes de julio- sale de la diatriba entre Gobierno y oposición sobre la crisis humanitaria, y pone el foco en lo que han llamado “la crisis de humanidad”.
“Creemos que lo que tenemos es una emergencia humanitaria y los indicadores son claros, pero no es crisis humanitaria”, explica, con base en su experiencia como sacerdote jesuita en zonas de conflicto. “Esa emergencia humanitaria es consecuencia de un proyecto económico que se ha querido imponer, y que ha desbaratado el sistema económico venezolano, pero Venezuela, si se toman las medidas, puede emerger”, afirma.
Sin embargo, sí piensa que haría falta un corredor humanitario temporal. “Para mí el camino sería que se dé el referéndum, que se cree un gobierno de concertación nacional, que se declare la emergencia humanitaria y se haga un plan” sobre cómo se va a ayudar internacionalmente “mientras se van tomando las medidas que restablezcan la economía”.
Crisis de humanidad, crisis de lo humano
“Nosotros hemos venido reflexionando en el Centro Gumilla el tema de la crisis de humanidad. También hablamos del deterioro antropológico”, expone Infante. En ese análisis entran fenómenos como el de la reventa de bienes de primera necesidad: el bachaqueo, más que “un elemento estructural, es una consecuencia de un sistema económico que no está funcionando y que no es viable”.
El sacerdote hace énfasis en que una de las dimensiones clave de las relaciones entre los seres humanos es la económica. En el país “hay unas relaciones económicas que son procedentes de la cultura rentista que ya implosionó, y esa implosión ha llevado a establecer relaciones de subsistencia que van deteriorando las relaciones humanas”.
Al no haber condiciones objetivas para el desarrollo humano “la gente está viviendo como en sobresaltos, y los indicadores de deterioro son tremendos”, apunta. “La crisis es compleja y afecta el proyecto humano en Venezuela. Pero creemos que, con una concertación nacional que permita tomar las medidas que restablezcan el orden económico desde una perspectiva de inclusión pero con la productividad como base, eso incidiría en las demás relaciones que nos constituyen y comenzaríamos a ir superando esta crisis”.
A Infante le parece inconcebible que, teniendo opciones, el Ejecutivo mantenga un modelo que lleva al país hacia “una catástrofe económica”.
El chavismo es una minoría “que hay que tomar en cuenta”
El revocatorio, en su opinión, se ha vuelto imprescindible porque “el actual gobierno no tiene deseos de dialogar ni negociar, y mientras tenga atadas las instituciones del Estado y mientras esté atornillado a las instituciones del Estado va a usar ese poder para no dialogar, para correr la arruga”.
El chavismo, según su valoración, es “ya una minoría en el país, pero sigue siendo una minoría significativa que hay que tomar en cuenta para cualquier gobierno de concertación nacional porque es necesaria la gobernabilidad”. Para el director de SIC hay algo tan claro como la luz del día: “Cualquier gobierno que venga y que no tome en cuenta al chavismo es inviable” y además “estaríamos en la misma posición actual: se voltearía la tortilla y no habría un sentido de país”.
Lo que le confirman los hechos es que “cualquier proyecto que venga tiene que ser un proyecto de concertación, y eso va a implicar negociación y va a implicar un ceder de ambas partes por el país”.
De ocurrir un revocatorio hoy, “quedaría en evidencia que el Presidente debe salir del gobierno” y el chavismo “estaría en una condición más proclive a la negociación”, diagnostica. En esas circunstancias, el sector chavista que defiende el diálogo “cobraría mayor fuerza y relevancia”, razona.
Infante evalúa que el chavismo “tiene un aporte importante en esa negociación” y es “mantener en la agenda pública el tema de la inclusión social, que este Gobierno ha gerenciado mal, pero que no se puede dejar de lado”.
Agenda del revanchismo haría inviable el país
Más que definir si la oposición es o no una alternativa, el sacerdote jesuita advierte que el problema es la agenda política que se implemente y la actitud del gobernante. “Cualquier tendencia política que entre con una agenda de revanchismo, de venganza, de cacería de brujas y que descuide la negociación y la concertación estaría haciendo inviable el país”. Cree que en la oposición “hay sectores que están apostando por la concertación y el diálogo”, y que para ello apuntan hacia el revocatorio.
Alfredo Infante estima que los extremistas de lado y lado son la minoría, pero con poder real. No obstante, “la mayoría de la gente de la oposición y del chavismo quiere que haya país”, y por ende “instituciones que puedan tener una incidencia en eso van a tener que jugar un rol importante. Creo que la Iglesia está llamada a tener un rol importante”.
Cuando habla de la Iglesia, alude directamente al Vaticano: “Habría una credibilidad importante para ambos sectores”. Rechaza que el Gobierno tenga argumentos para desconfiar de la Iglesia como mediadora: “Ellos saben que la Iglesia jugó un papel importante en la protección de los derechos humanos de los gobernantes del chavismo” durante el golpe de Estado de 2002. “Y ese es el papel humanitario de la Iglesia”, reivindica.
Peor en 2017
-¿Y si no hubiese referéndum en 2016?
-Si no hubiese referéndum ya todos sabemos que llegaría un 2017 con un Ejecutivo debilitado en su legitimidad por su terquedad, pero además un panorama regional totalmente distinto, con gobiernos de oposición, y un Ejecutivo central fortaleciendo su proyecto político. Pero se haría el referéndum en 2017, y lo perderían aún más, y quedaría el vicepresidente. Aunque Aristóbulo Istúriz ha estado manteniendo una imagen dura, es un tipo político, y en un escenario así abriría el juego y la negociación. Pero creo que estaríamos en más de lo mismo.
-¿Seguiría la emergencia humanitaria?
-Seguiría la emergencia humanitaria, a no ser que se tomen las medidas.
¿Cuáles son esas medidas? Alfredo Infante aclara que no es economista, mas agrega, que estaría de acuerdo con las fórmulas que ha enunciado el exministro de Planificación del presidente Hugo Chávez, Felipe Pérez Martí, y lo que ha propuesto el grupo “Qué hacer”.
Le preocupa, igualmente, que el Gobierno “esté dando tiempo” y que, ya no con el petróleo sino con la minería, busque “tener otra gallinita de los huevos de oro para mantenerse en el poder y seguir en más de lo mismo”. ¿El tiempo le dará la razón?
Lo social o el caos
-¿Qué no quieren ver los políticos venezolanos ahora?
-Los políticos no quieren verse ellos.
-¿Qué no quieren ver de ellos?
-Un cambio político en el país va a implicar también repensar los modos de hacer política y repensar los partidos que son importantes para el juego democrático pero que siguen impregnados del estalinismo. También repensar la política como negociación va a ser importante.
Los políticos están obligados a entender, por otra parte, que “después del fenómeno Chávez no se puede pensar la política sin el componente social”. Las bases populares se han apropiado de eso y, “si no se asume, no se acoge, no se incluye en una agenda de país, pues no va a haber gobernabilidad”.
De acuerdo con su visión, hay “sectores de la oposición que son auténticamente democráticos, que tienen una visión social del país, que sin duda alguna no van a poner eso de lado”, y que también el chavismo “como fuerza social, aunque fue un fracaso en la gestión de la agenda social, va a ser una oposición importante para que esa agenda social se mantenga”. Infante lanza una advertencia: “Si no hay una atención estructural al tema de la pobreza, el país es inviable. Si no hay una visión estratégica para superar la pobreza, con una agenda de inclusión social” el país “no va a ser viable”.
De acuerdo con su visión, hay “sectores de la oposición que son auténticamente democráticos, que tienen una visión social del país, que sin duda alguna no van a poner eso de lado”, y que también el chavismo “como fuerza social, aunque fue un fracaso en la gestión de la agenda social, va a ser una oposición importante para que esa agenda social se mantenga”. Infante lanza una advertencia: “Si no hay una atención estructural al tema de la pobreza, el país es inviable. Si no hay una visión estratégica para superar la pobreza, con una agenda de inclusión social” el país “no va a ser viable”.
Fuente: http://contrapunto.com/noticia/alfredo-infantesi-el-revocatorio-se-hace-en-2017-maduro-lo-perderia-aun-mas-que-en-2016-92349/