Por Víctor Álvarez
El 28 de octubre Pdvsa tiene que hacer un pago por $ 913 millones correspondiente al Bono 2020, el cual tiene como garantía el 50,1 % de las acciones de Citgo. Si Pdvsa incumple con el pago, basta que 25% de los acreedores pida a una corte la ejecución de la garantía para cobrar los intereses pendientes e, incluso, el total de la deuda de $ 1.700 millones.
Citgo no procesa únicamente petróleo venezolano. Hasta enero de 2019, recibía crudos de 20 países y Pdvsa apenas suplía el 25% de sus requerimientos. La diferencia es que a Pdvsa le paga con un descuento entre 6-8 $/barril, mientras que a los demás proveedores les paga a precios de mercado. Aun con el generoso subsidio que Pdvsa solía ofrecer a Citgo, la relación ingreso neto sobre ingreso bruto representó menos de 2%. A la luz de estos datos vale preguntarse:
¿A quién conviene mantener Citgo en manos venezolanas?
¿Quién se beneficia con los descuentos al barril de petróleo y quién se perjudica?
¿Dónde se quedan las exiguas ganancias que genera la compañía?
¿Dónde se pagan los impuestos?
¿Acaso no será mejor para el interés nacional pagar con acciones de Citgo el Bono Pdvsa 2020, la deuda con Rosneft y la indemnización a Crystallex, siempre y cuando se levanten las sanciones para seguir vendiendo a Citgo sin descuento los crudos venezolanos?
Un ingreso adicional de 6-8 $/barril compensaría con creces los exiguos dividendos que Pdvsa dejaría de percibir de una Citgo que genera exiguas ganancias y pocos dividendos distribuye entre sus accionistas.
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