Por Mario Valdez*
El 15 de agosto de 1980, perecieron ahogados 18 personas, varios de ellos integrantes del Grupo Madera, la prensa de entonces bautizó este lamentable hecho, como “La tragedia del Orinoco”. Hoy, 40 años después aún sigue impune, no se hizo investigación a fondo, ni se determinaron responsabilidades.
El amanecer de ese día viernes en una tierra desconocida para la mayoría, despertaron con el cantar de los pájaros, las guacharacas y los monos saltando en la posada donde durmieron. Acomodaron sus macundales. El desayuno fue comida selvática, típica de la zona con jugos tropicales. Preparándose para la gran expedición, a ninguno de los actores le pasó por la cabeza, pensar en el desastre que tendrían en el río.
Todos los músicos y cantantes de El Grupo Madera, se encontraban en el pueblito de Samariapa (Estado Amazonas, ubicado al Sur de Venezuela), “cumpliendo con una invitación para realizar una gira fluvial a través de los pueblos indígenas del Estado Amazonas, emitida por la Dirección y Promoción del Consejo Nacional de la Cultura, perteneciente a la Fundación del Niño”. El responsable de la contratación fue el Ministerio de la Juventud.
“Esther” hace aguas y se va a pique
A las siete de la mañana de ese fatídico día, comenzaron a abordar la embarcación “Esther” (un barco de mediano calado de madera, con dos niveles, de origen brasilero), viajaban 50 personas en total, además de los integrantes de El Grupo Madera, se encontraban los integrantes del Grupo de Teatro Infantil “Chichón” de la Universidad Central de Venezuela, el Grupo Unión Cultural de barrios de Barquisimeto, y Oficiales de la Marina de Guerra. Es de destacar que muchos de los viajeros hicieron observaciones porque las compuertas del barco -delantera y trasera de la entrada y salida de vehículos- estaban entreabiertas. La respuesta del capitán de la nave fue: “Eso es normal, todo está bien”. A las 8 y 05 minutos zarparon de Samariapa, con mal tiempo y un río crecido, hacia el pueblo de San Fernando de Atabapo, para seguir la gira por el Amazonas en un recorrido de 14 horas aproximadamente. A los cinco minutos del despegue ya estaban bordeando los caños, iban contra corriente del río padre, a los 15 minutos de navegación se dieron cuenta que un hilito de agua, invadía el primer nivel de la débil embarcación, lo que en segundos se convirtió en un torrente que penetraba los compartimientos del frágil barco. Se mojaban los colchones, subieron los instrumentos musicales a la parte alta. La lluvia era pertinaz, a lo lejos todavía se divisaba el muelle de donde salieron a ese vía crucis. “Esther” hace aguas y se va a pique
Las aguas del Orinoco se tragaron la embarcación, con él se llevó a parte de su gente y, los tambores blancos “Batá” quedaron flotando en el agua junto a las maracas y los otros instrumentos. Ese sentimiento nunca lo sacamos del corazón y 40 años después, seguimos diciendo con nuestro amigo Ali Primera: “Solo se mojaron y en la orilla están, secándose al sol, pronto sonarán…”
Pánico, miedo y terror a la muerte
Carlos Daniel Palacios (El sonero de Marín), fue el primero en ver que el barco se iba a pique. El pánico, el miedo y el terror a la muerte los embargó a todos, no encontraban qué hacer, la fuerte lluvia, el barco hundiéndose, la orilla estaba lejos, los que sabían nadar se tiraron al agua para buscar salvar la vida y la de sus compañeros. Los nativos Makiritare y sus canoas fueron los salvadores de muchos de los sobrevivientes: Felipe Rengifo, Marcela Hernández, Carlos Daniel Palacios (Grupo Madera), Armando Carias (Teatro El Chichón UCV), han vivido con la tragedia del Orinoco.
Todos los corazones y los hogares venezolanos lloramos por la tragedia del Madera; todo el Barrio Marín de San Agustín, fue un grito de dolor y de tristeza, Caracas y Venezuela entera sufrieron por la pérdida de sus hijos.
En la calle Negro Primero nació “El Grupo Madera”
En la parroquia San Agustín de Caracas está ubicado el Barrio Marín, que forma parte de San Agustín del Sur, esta barriada está conformada por gente llegada de Barlovento – Curiepe, Río Chico, San José, Higuerote, etc., zonas agrícolas y productoras de Cacao – que traen consigo la herencia y las tradiciones de sus ascendientes africanos, y del Oriente del país -Carúpano, Güiria, Irapa, Bolívar-, gente que se vino a Caracas y Miranda en busca de mejoras y bienestar para la familia. Aquí se sembraron las tradiciones, culturas, cantos y bailes, traídas de sus pueblos, los aguinaldos, los cantos del 1 de enero, festejar en junio los Tambores de San Juan.
En 1970, en el barrio había muchos músicos que tocaban en distintas agrupaciones. Y uno de ellos, seguramente el de más edad, un romántico y soñador Juan Ramón Castro “El Pure”, reunió a Jesús “Chu” Quintero, Ricardo Quintero, Carlos Daniel Palacios y Felipe Rengifo “Mandingo”; para con ellos recoger toda esa experiencia musical de la parroquia y difundirla. “Fueron muchos los encuentros de cantos y bohemia para darle forma a una idea que desde hacía rato ocupaba su mente, con el concepto filosófico definido. Ahora tocaba escoger el perfil de cada uno de los integrantes para conformar la agrupación.”Fue así como después de tantos ensayos y toques que los muchachos hacían en la calle Negro Primero del Barrio Marín -considerado la cuna de la música Afro venezolana-, nació “El Grupo Madera” que quedó integrado por: Juan Ramón Castro, Felipe Rengifo, Jesús “Chu” Quintero, Farides Mijares, Ricardo Quintero, Héctor Romero, Carlos Daniel Palacios, Lesvy Hernández, Ángel Silvera, Luis Orta, Alfredo Sanoja, Ricardo Orta, Miriam Orta, Nelly Ramos, Alejandra Ramos, Nilda Ramos, Tibisay Ramos, Marcela Hernández, Cecilia Becerrit, Mirna Isturiz y José Rivero”, cuenta Gregory Pérez.
La última presentación fue en Puerto Ayacucho
“Alejandrina Ramos, Ricardo Quintero y Juan Ramón Castro, asumieron las composiciones del repertorio que le dio identidad al grupo,… Comprendió los fenómenos sociales que acontecían a nuestro alrededor para hacerlos canción”…”Jesús Chu Quintero haciendo honor a su dedicación a la investigación, es el precursor de la llegada del tambor “Batá” a Venezuela, acompañado por Frank Hernández “Pavo” fue a Cuba en 1978, de allí trajo las medidas de esta batería de tambores Batá de color blanco que utilizó el Grupo Madera y que también quedaron en el Orinoco”, ha dicho Nelly Ramos.
Aunque no hay fecha cierta de su nacimiento, en 1977 el Grupo Madera hizo su primera presentación el 18 de noviembre de ese año, en la Casa Monagas en la urbanización Las Acacias, Caracas. Desde esa fecha hasta el 15 de agosto de 1980, realizó 110 presentaciones: Barrios, escuelas, liceos, universidades, el Poliedro de Caracas, plazas, y ninguna de estas presentaciones estaba condicionada por el pago de honorarios. Su última actuación fue el jueves 14 de agosto de 1980, en el polideportivo de Puerto Ayacucho, un día antes del naufragio.
Nos pronunciamos desde la Universidad Central de Venezuela
El 15 de septiembre de 1980, a un mes de la tragedia desde el Centro de Estudiantes de Derecho de la UCV, hicimos sentir nuestra voz de protesta al Ministerio de la Juventud, que había contratado a “El Grupo Madera”, y no daban una explicación cierta, ni asumen la responsabilidad al no haber tomado las previsiones del caso. Organizamos un Foro en la Sala “E” del Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, con el propósito de dilucidar los aspectos legales y las consecuencias de la tragedia. Intervinieron los abogados Javier Elechiguerra, Luis Naranjo Díaz, Luis Parra León; los sobrevivientes Noel Márquez, Marcela Hernández y Armando Carias; el diputado por el Territorio Federal Amazonas Cesar Alayón; el doctor Elio Gómez Grillo, director de Cultura de la universidad y quien escribe Mario Valdez, presidente del Centro de Estudiantes de Derecho (Diario El Universal 16 septiembre 1980). Aún hoy las manifestaciones de solidaridad y homenaje a los caídos siguen repicando como los tambores blancos que se llevó ese bravío río.
Armando Carias “Grupo Chichón’’, su testimonio pide justicia
El año 2016, el periodista Armando Carias junto con “La Fundación Grupo Madera” solicitaron a la Fiscalía General de la República, la “reapertura de la investigación sobre las causas y los responsables, tanto individuales como institucionales” de las muertes ocurridas en esa tragedia.
El sobreviviente Carias en recientes notas ha dicho “que las autoridades no enviaron ningún tipo de ayuda. Estábamos a la vista del puerto. No mandaron equipos, no mandaron nada, allí hubo un atentado y de eso no tengo la menor duda. La orden seguramente fue: manden a esos muchachos para que se ahoguen, para que aprendan y escarmienten y dejen de estar viniendo para acá a expropiarnos nuestro negocio”.
Durante 45 días se mantuvieron las labores de rescate buscando a las víctimas. Hubo helicópteros, embarcaciones diversas, cerca de 500 rescatistas voluntarios pertenecientes a La Organización Rescate Humboldt, así como el Grupo de Rescate Venezuela.
*[email protected] | @marioevaldez